El hierro es un nutriente fundamental para mantener muchas funciones corporales, entre ellas, la producción de hemoglobina y mioglobina, proteínas que transportan oxígeno a los tejidos. Su deficiencia produce anemia por falta de hierro, un trastorno muy común. Te contamos sus causas, sus síntomas y qué alimentos contienen este nutriente.

En AXA Health Keeper tienes un amplio abanico de hematólogos y especialistas en el aparato digestivo que te ayudarán en todo lo que necesites. Regístrate aquí.

Anemia por falta de hierro

Cada órgano y tejido de nuestro cuerpo necesita oxígeno para funcionar. Los glóbulos rojos se encargan de transportarlo desde los pulmones al resto del cuerpo. En concreto, dos proteínas realizan esta tarea: la hemoglobina, responsable de llevar el oxígeno a los tejidos, y la mioglobina, que lo transporta y almacena dentro del tejido muscular.

Para producir hemoglobina y mioglobina, necesitamos hierro. Si no tenemos suficiente, esta función se ve obstaculizada, negando a nuestras células el oxígeno que necesitan para darnos la energía que requerimos. Sufriremos, por tanto, lo que se conoce como anemia por deficiencia de hierro.

Se tarda un tiempo en presentar los síntomas de la anemia por deficiencia de hierro porque nuestro cuerpo usa el almacenado para formar nuevas células sanguíneas cuando no lo obtiene de la dieta. Pero, en el momento en que este suministro se agota, el cuerpo empieza a disminuir la producción de glóbulos rojos.

Más del 30% de la población mundial padece anemia, debido sobre todo a la carencia de hierro, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Causas de la falta de hierro

La anemia por deficiencia de hierro puede aparecer por varios motivos:

  • Dietas bajas en hierro: el hierro se obtiene de los alimentos, de los que se absorbe aproximadamente 1 miligramo de hierro por cada 10-20 miligramos de hierro ingerido.
  • El cuerpo no lo absorbe de forma adecuada: cuando el cuerpo experimenta cambios, como brotes de crecimiento en niños o durante el embarazo y la lactancia, se requiere mayor cantidad de hierro y una mayor producción de glóbulos rojos.
  • Se pierde a través de la sangre: la pérdida de sangre como sangrado gastrointestinal, menstrual o lesiones, puede disminuir la cantidad de hierro en el cuerpo.
  • Anomalías del tracto gastrointestinal: la mayor parte del hierro lo absorbe el intestino delgado. Cualquier anomalía en el tracto gastrointestinal puede alterar la absorción de hierro.

La deficiencia de hierro es común sobre todo en:

  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
  • Personas que se han sometido a una cirugía mayor, como un bypass gástrico, que elimina parte de los intestinos.
  • Personas con enfermedades gastrointestinales como la celiaquía y las enfermedades inflamatorias del intestino (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn). Estas afecciones pueden dificultar que los intestinos absorban hierro.
  • Vegetarianos y otras personas cuya dieta no incluye alimentos ricos en hierro (el de los vegetales, incluso aquellos que contienen una alta cantidad, no se absorbe tan bien como el de los productos animales).

 

Anemia por falta de hierro Sintomas

 

Síntomas de la falta de hierro

La anemia por deficiencia de hierro puede ser leve o más intensa. En el primer caso, los síntomas son casi imperceptibles. En el segundo caso, cuando esta empeora, los síntomas se intensifican. Algunos de los más frecuentes son:

  • Debilidad
  • Fatiga extrema.
  • Dolor de cabeza o mareos.
  • Piel pálida.
  • Manos y pies fríos.
  • Dolor en el pecho y dificultad para respirar.
  • Inflamación de la lengua.
  • Uñas quebradizas.
  • Falta de apetito, sobre todo en lactantes y niños.

Estos síntomas se asemejan a otras condiciones de la sangre o problemas médicos, por tanto, es aconsejable que consultemos con el especialista, que es quien realizará un buen diagnóstico.

Alimentos para la falta de hierro

Por lo general, la deficiencia de hierro puede prevenirse con una dieta correcta de hierro. Los hombres adultos sanos necesitan unos 8 mg de hierro por día, 18 mg las mujeres adultas sanas y 27 mg las embarazadas.

El hierro está presente en muchos alimentos y se absorbe a través del estómago, sobre todo el hierro hemo, presente en los alimentos de origen animal:

  • Carne: de res, cerdo o cordero, especialmente vísceras como el hígado.
  • Aves: pollo, pavo y pato.
  • Pescado: especialmente mariscos, sardinas y anchoas.
  • Vegetales: hortalizas de hoja verde de la familia de la col como brócoli o col rizada.
  • Legumbres: guisantes, lentejas…
  • Pasta, arroz y cereales enriquecidos con hierro.

Los productos vegetales contienen hierro no hemo, de peor absorción que el hierro hemo, de ahí que el cuerpo no lo aproveche tanto.

Podemos optimizar la absorción de hierro complementando el consumo de hierro hemo con alimentos ricos en vitamina C (naranjas, mandarinas, fresas o tomate). En cambio, el consumo de alimentos como té o café limitan la disponibilidad de hierro y su absorción.

Como ves, es posible mantener unos correctos niveles de hierro con una adecuada alimentación. Te animamos a cuidarte, comiendo bien y realizando ejercicio físico.

¿Tienes un corazón fuerte? Descúbrelo en el Test de riesgo 
cardiovascular.

Fuentes:

  • Mayo Clinic
  • Sociedad Americana de Hematología
  • Organización Mundial de la Salud (OMS)