Por qué deberías practicar artes marciales

Las artes marciales abarcan una variedad de disciplinas que incluyen el judo, el karate, el taekwondo, el kung-fu y el jiu-jitsu, entre otras. Han sido practicadas durante siglos por potenciar valores como la autodefensa, la disciplina y el autocontrol físico. Además, en las últimas décadas, la ciencia ha comenzado a explorar y documentar los beneficios para la salud de las artes marciales, más allá de estos aspectos tradicionales.

Qué es un arte marcial

Las artes marciales se pueden definir como una actividad física, basada en formas antiguas de combate, modificadas para la práctica de ejercicio y la realización de competiciones deportivas modernas.

El origen del arte de pelear se remonta a hace miles de años, existiendo referencias a las artes marciales en la antigua Grecia y Egipto. Aumenta su mística el hecho de que, muchas de estas artes, se desarrollaron de forma secreta en tiempos en los que las armas o la práctica de estas formas de combate estaban prohibidas.

La mayoría de las artes marciales conocidas hoy en día proceden de China, Japón e India. Muchas de ellas comparten un origen común, como diferentes estilos de combate, para defenderse de las agresiones de los rivales. Sin embargo, en la actualidad, cada disciplina consiste en un combate ritual, en el que no existe un propósito de infligir daños al contrincante.

Además, las artes marciales son algo más que una actividad física, pues en muchos casos son consideradas como un arte por la asunción de unos cánones estéticos, valores y filosofía de vida, siendo el respeto al contrincante una seña de identidad de todas ellas.

Principales artes marciales

Dentro de las artes marciales, las disciplinas más conocidas por llevar más tiempo realizándose quizás sean las que proceden de Japón y China. No obstante, existen otras menos practicadas, que proceden de una gran variedad de países.

Algunas de las artes marciales más practicadas son:

Karate

Se trata de quizás el arte marcial más conocido, tiene su origen en Okinawa (Japón) y se caracteriza por el uso de golpes con los puños, las manos y las piernas, junto con bloqueos firmes, con el objetivo de derrotar al rival con esos golpes.

Además, el karate exhibe valores como el respeto y la cortesía, que se muestra a partir de saludos.

A nivel físico, supone una mejora en el control del movimiento corporal, el equilibrio y la fuerza. Además, aporta autocontrol y disciplina en el área psicológica.

Judo

Originario de Japón, su principal mecanismo de combate consiste en la combinación del agarre y diversos desequilibrios, con el fin de aprovechar la fuerza y el impulso del contrincante para su propia derrota, por medio de su desestabilización, derribo e inmovilización.

Supone una disciplina muy técnica que requiere la ejercitación de todo el cuerpo, mejorando la fuerza, la psicomotricidad y la propiocepción.

Kung-fu

Originario de la China imperial hace miles de años, el kung-fu utiliza el contacto por medio de puñetazos, patadas y agarres. También utiliza desplazamientos y movimientos acrobáticos para mantener el equilibrio. Mejora la fuerza y el equilibrio.

El kung-fu es un arte marcial muy completo, que fomenta además la filosofía budista y taoísta, basadas en el esfuerzo, la humildad y la perseverancia, el valor y la honestidad.

Jiu-jitsu

Originario de Japón, se caracteriza por su estilo de combate suave y poco agresivo, centrado en controlar y desviar los ataques del rival, con el fin de inmovilizar al oponente. Algunas variantes incorporan la utilización de diversos tipos de armas.

Mejora el autocontrol, el equilibrio y la propiocepción.

Taekwondo

El taekwondo es un arte marcial de origen coreano, con muchos adeptos en nuestro país. En él se prioriza el uso de patadas y golpes con las piernas. A nivel defensivo se prioriza la esquiva del adversario, incorporando bloqueos con los brazos.

Físicamente requiere a la vez de fuerza y agilidad, por lo que se trata de una arte marcial muy completo.

Tai Chi

Aunque no se centra en el combate, el Tai Chi es una práctica antigua que trabaja con el cuerpo y la mente. En él se combinan movimientos suaves con técnicas de respiración, concentración mental y relajación.

Su práctica se ha mostrado beneficiosa para mejorar aspectos como el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad y la resistencia muscular.

Capoeira

Procedente de los esclavos de origen africano de Brasil, la capoeira combina técnicas de combate, danza y movimientos acrobáticos.

Se trata de una disciplina muy técnica, en la que se favorece el desarrollo de la agilidad, flexibilidad y la atención a los movimientos del rival.

Boxeo

No se trata de un arte marcial convencional, pero el boxeo ha cobrado una gran popularidad en los últimos años como método de entrenamiento.

Se trata de una disciplina en la que se combate con los puños, aunque requiere de una gran fuerza y movilidad de todo el cuerpo.

Beneficios de las artes marciales

Los beneficios de practicar artes marciales incluyen una mejoría de la salud y condición física, un mejor control del propio cuerpo, así como una mayor sensación de bienestar psicológico. Paradójicamente, no se trata de disciplinas que promuevan la agresividad ni la violencia y pueden practicarse, eligiendo la modalidad adecuada, por todo tipo de perfiles y condiciones individuales.

Los principales beneficios derivados de la práctica de las artes marciales incluyen:

Mejora de la salud física

Las artes marciales son una forma de ejercicio físico intensivo que puede mejorar la salud cardiovascular, la capacidad aeróbica, la fuerza muscular, la flexibilidad, la propiocepción y el equilibrio. Esto se ha podido observar en diversas investigaciones, mostrando efectos significativos a partir de las ocho semanas.

Beneficios cognitivos

Las artes marciales también pueden tener beneficios cognitivos, incluso en la etapa infantil. Algunos estudios muestran que la práctica de artes marciales, como el taekwondo, determinaba mejoras en las habilidades cognitivas, incluyendo la atención y la memoria, en niños de diferentes edades.

Bienestar emocional y salud mental

Las artes marciales pueden tener un impacto positivo en la salud mental por medio de la disminución de los niveles de estrés, la ansiedad y de un efecto atenuante de los síntomas depresivos.

Desarrollo de habilidades sociales

Las artes marciales también pueden ayudar a desarrollar habilidades sociales y de carácter. Diversas investigaciones han mostrado que las personas jóvenes son capaces de desarrollar habilidades de liderazgo, autocontrol y respeto hacia los demás, gracias a la práctica de artes marciales. Algunos de los mecanismos fisiológicos apuntados para explicar estos efectos incluyen la liberación de oxitocina durante la práctica de estas actividades.

En conclusión, las artes marciales ofrecen una serie de beneficios que van más allá de la autodefensa y el desarrollo físico, siendo capaces de mejorar nuestra salud y bienestar.

Referencias


Consejos para hacer deporte en verano

Hacer deporte siempre tiene consecuencias beneficiosas parala salud, también en verano. La época estival suele destacar por una mayor disponibilidad de tiempo libre, siendo especialmente propicia para practicar actividades al aire libre. El principal inconveniente puede ser el calor. Sin embargo, realizar actividad física en verano no tiene por qué ser un problema, si seguimos una serie de normas básicas.

Las altas temperaturas veraniegas pueden propiciar que el ejercicio se convierta en un desafío para nuestro cuerpo. A continuación, presentamos algunos consejos, científicamente fundamentados, para realizar deporte en verano de forma saludable y segura.

Una hidratación adecuada

La hidratación es esencial para realizar cualquier actividad física, pero es especialmente importante durante los meses de verano. Cuando hacemos deporte en climas cálidos, nuestro cuerpo pierde líquidos y sales a través del sudor, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y de sufrir un golpe de calor. Para prevenirlo, es recomendable beber líquidos antes, durante y después del ejercicio.

La ingesta de líquidos dependerá de la actividad y las condiciones específicas, pero a modo orientativo se puede situar en cerca de 500 ml a dos horas de empezar la actividad física, y de entre 200 y 300 ml cada 10-20 minutos durante la misma. También es importante recordar que no todos los líquidos son iguales. Se recomienda beber agua o bebidas deportivas que contengan electrolitos para reponer las sales minerales perdidas a través del sudor. Para valorar nuestro nivel de hidratación podemos utilizar el color de nuestra orina, cuanto más trasparente y más se parezca al color del agua, mejor será nuestro estado de hidratación.

Evitar el golpe de calor

El golpe de calor tiene lugar cuando los mecanismos que nuestro organismo utiliza para mantener la temperatura corporal en límites adecuados se ven superados. Entonces se produce un aumento de temperatura o hipertermia.

Los síntomas de un golpe de calor incluyen una piel caliente, enrojecida y seca, junto con una temperatura corporal superior a los 40 ⁰C, taquicardia, confusión y, generalmente, falta de sudoración. Se trata de una verdadera urgencia médica que debe ser atendida en el hospital lo antes posible.

El golpe de calor puede tener lugar si se presentan estados de deshidratación importantes y se realiza actividad física en condiciones de calor y humedad elevadas, sin una adecuada estrategia de hidratación, el uso de ropa inadecuada o una exposición solar excesiva.

Algunos pacientes, como los diabéticos o los que toman diuréticos por diversas enfermedades renales o para controlar su presión arterial, deben ser más precavidos cuando hagan deporte en ambientes calurosos, pues son más propensos a padecer esta urgencia médica.

Protección solar

Otro factor importante a tener en cuenta al hacer deporte en verano es la protección solar. Los rayos ultravioleta (UV) pueden causar quemaduras solares y aumentar el riesgo de cáncer de piel, por lo que es esencial usar una protección solar adecuada. Esto incluye aplicar crema solar con un factor de protección solar (SPF) de al menos 30, utilizar ropa que proteja de la radiación y evitar hacer deporte durante las horas centrales del día.

Es recomendable aplicar crema solar 15-30 minutos antes de la exposición al sol y volver a aplicarla cada dos horas, especialmente después de sudar o nadar. También se recomienda usar gafas de sol y sombreros para proteger la cara y los ojos de los rayos UV.

Paradójicamente, la falta de exposición de la piel a la luz solar puede provocar déficit de vitamina D, pues esta vitamina se activa gracias a la incidencia de la luz solar en nuestra piel. La insolación de antebrazos y cara durante 15 minutos, fuera de las horas centrales del día, puede ser suficiente para mantener niveles de vitamina D adecuados. Una buena estrategia es tomar el sol sin protección ese tiempo, en las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde.

Momento del día y lugar de realización de la actividad

El momento y el lugar en el que hacemos deporte pueden tener un impacto significativo en nuestro bienestar durante el ejercicio y en nuestra salud. En verano, las temperaturas y la incidencia de los rayos ultravioleta perjudiciales para la salud de nuestra piel son más altas en las horas centrales del día, por lo que se recomienda hacer deporte en las primeras horas de la mañana o en las últimas horas de la tarde, cuando las condiciones ambientales son más favorables. Además, es recomendable elegir lugares con sombra y evitar hacer deporte en áreas con altos niveles de contaminación.

De este modo, tanto el clima como el ambiente son condicionantes que pueden afectar el rendimiento deportivo y la salud. Por lo tanto, se recomienda hacer deporte en áreas con buena calidad del aire. En el caso de que la calidad del aire no sea óptima, es preciso limitar el ejercicio en el exterior.

Adaptación del ejercicio

El calor y la humedad pueden hacer que el ejercicio sea más difícil y aumente el riesgo de lesiones y de complicaciones. Por lo tanto, es importante adaptar el ejercicio al clima y a nuestras necesidades individuales. Esto puede incluir reducir la intensidad y la duración del ejercicio, y hacer descansos de forma más frecuente.

De este modo, la adaptación del ejercicio al clima es especialmente importante para prevenir la deshidratación y la hipertermia. Además, también se recomienda prestar atención a las señales de nuestro cuerpo y detener el ejercicio si experimentamos fatiga, mareo o cualquier otra señal de alarma.

Esta recomendación se hace especialmente importante para evitar riesgos durante la práctica de deportes acuáticos. Debemos considerar el estado del clima antes de iniciar la actividad, especialmente en el ámbito marino, considerando las previsiones meteorológicas, las corrientes y los cambios de la dirección del viento, evitando las situaciones de riesgo.

Vestimenta adecuada

La ropa que utilizamos para hacer deporte en verano también es un elemento importante. Se recomienda utilizar ropa ligera y transpirable que permita la circulación del aire y la evaporación del sudor. Además, también es recomendable usar prendas confeccionadas con tejidos que incluyan protección solar para evitar la exposición directa a las radiaciones UV.

La elección de la ropa adecuada puede mejorar el rendimiento y prevenir el riesgo de los problemas relacionados con el calor. La ropa transpirable ayuda a reducir la acumulación de sudor y mejora la evaporación, lo que contribuye a mantener la temperatura corporal durante el ejercicio.

 

Beneficios del deporte, también en verano

Una actividad física moderada de 30 minutos al día es suficiente para mejorar la salud, aumentar el bienestar general y disminuir el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas como la diabetes o el exceso de peso. Si la duración y la intensidad son mayores, se pueden obtener efectos beneficiosos adicionales.

La actividad física también ha mostrado sus efectos beneficiosos en el caso de patologías cardiovasculares, incluyendo algunos de sus factores de riesgo como la hipertensión arterial o el colesterol elevado.

En algunos tipos de cáncer la actividad física regular ha mostrado ejercer un efecto protector disminuyendo el riesgo de forma significativa, como en el caso del cáncer colorrectal y el cáncer de mama.

La relación de la salud mental con la actividad física también ha podido ser demostrada en diversidad de estudios. El ejercicio puede reducir la depresión y su recurrencia, así como la ansiedad y el afrontamiento al estrés. Además, la actividad física se relaciona con la mejora de algunos aspectos del funcionamiento mental, como la memoria.

Finalmente, en cuanto a los beneficios sobre el sistema locomotor, principalmente implicado en el desempeño de la actividad física, se puede mejorar la salud de músculos y huesos previniendo o mejorando la artritis, la sarcopenia (pérdida de masa muscular), la osteoporosis y el dolor de espalda, entre otras muchas enfermedades del aparato locomotor.

 

Fuentes

 


Beneficios de la natación y los deportes acuáticos

La natación es una actividad recreacional y deportiva beneficiosa para personas de todas las edades. Los deportes acuáticos ponen en movimiento un gran número de grupos musculares, con efectos beneficiosos sobre la circulación de retorno y sobre el gasto calórico. Además, el agua es un medio que evita el impacto para las articulaciones y las estructuras motoras del organismo.

La natación y las actividades deportivas realizadas en medio acuático son una excelente forma de ejercicio que puede ofrecer muchos beneficios para la salud y el bienestar. Se trata de actividades que se realizan en un medio que proporciona resistencia natural y reduce el impacto en las articulaciones, lo que los hace ideales para personas de todas las edades y niveles de condición física. Además, dependiendo de la temperatura, el medio acuático añade un gasto calórico extra que facilita el control del peso corporal.

Beneficios de la natación en todas las edades

La natación es un tipo de actividad que determina diferentes beneficios para todos los que la practican. Por un lado, supone un claro beneficio para el sistema cardiovascular y pulmonar. Además, propicia un aumento en la fuerza y resistencia muscular, junto con un incremento en la flexibilidad de las articulaciones. También contribuye al control del peso corporal, suponiendo un excelente método de relajación y reducción del estrés.

Al contrario que las actividades terrestres, muchas de las ventajas de las actividades y deportes acuáticos vienen propiciadas por el efecto de flotación que supone estar en un medio como el agua. De este modo, el peso corporal queda atenuado y las estructuras óseas, articulares y musculares se liberan de parte de la tensión que genera la gravedad.

Además, en el agua se evitan los impactos que se producen en los deportes terrestres contra el suelo y que hacen sufrir, especialmente, a las articulaciones.

A modo de resumen, algunos de los beneficios de la natación y los deportes acuáticos incluyen:

  • Determina un alivio para el dolor y la inflamación tras la relajación de los músculos y la liberación de la presión habitual en las articulaciones que se produce en el agua.
  • Al nadar disminuye la frecuencia cardiaca y se exige un menor esfuerzo al corazón que en las actividades terrestres, ya que la disposición horizontal minimiza el efecto de la gravedad para trasladar la sangre por el organismo.
  • Ayuda a mantener unas cifras de presión arterial más bajas.
  • Baja la concentración de colesterol malo (LDL) y mejora las del bueno (HDL) en sangre, por lo que reduce el desarrollo de la arteriosclerosis desde la infancia.
  • Disminuye los niveles de glucosa en sangre debido a que el ejercicio aeróbico produce una mayor sensibilidad a la insulina.
  • Permite trabajar durante más tiempo a baja intensidad, mejorando la resistencia aeróbica.
  • Ha mostrado ventajas frente a otras disciplinas deportivas en pacientes con asma.
  • Determina mejoras en la circulación sanguínea, debido a la postura y a la mejora que supone en el retorno venoso.
  • Favorece un movimiento articular menos agresivo.
  • Fortalece los músculos de todos los grupos musculares y los huesos.
  • Contribuye a un menor riesgo de lesiones, especialmente por la reducción de la tensión sobre las articulaciones.
  • Sus beneficios son especialmente constatables en la columna vertebral, por lo que la natación y las actividades acuáticas se suelen indicar en casos de dolor de espalda y lumbalgia.
  • Determinan un aumento en el gasto calórico, por lo que puede ayudar a perder o a controlar el peso corporal.
  • Disminuye los niveles de estrés y ansiedad. Además del efecto relajante del propio ejercicio, el agua tiene un efecto analgésico y descontracturante en nuestra musculatura, lo que ayuda a reducir la tensión muscular y el estrés mental.

Diversidad de actividades acuáticas

Las actividades en el agua pueden incluir la natación o actividades variadas que se desarrollan dentro de la piscina, como la gimnasia dentro del agua.

Algunos ejemplos de ejercicios en el agua pueden incluir:

  1. Caminar por la piscina con los brazos dentro del agua por la parte que no cubre. La resistencia del agua determina que haya que hacer fuerza para poder avanzar.
  2. Situarse en posición horizontal boca abajo, agarrándose a uno de los bordes de la piscina y dar patadas en el agua con las piernas extendidas.
  3. Colocarse boca arriba y mantenerse flotando con la ayuda de movimientos de brazos y piernas.
  4. De pie en el agua realizar movimientos de gimnasia con piernas y brazos.
  5. Se pueden utilizar los materiales de flotación (manguitos, tablas, cinturones o rulos), para no cansarse a la hora de hacer los ejercicios.

En cuanto a la práctica de la natación, esta se debe adaptar a las características de cada persona. De este modo, el estilo, la intensidad y la duración dependerán de la forma física previa de cada persona y de los objetivos que se han establecido al iniciar la actividad.

Para evitar lesiones, algo importante es realizar la natación con una técnica adecuada, por lo que es recomendable iniciar este deporte acudiendo a técnicos que nos enseñen y supervisen que nadamos correctamente.

En relación con los estilos de natación, cada uno está recomendado en unas circunstancias específicas:

  • Crol. Es el estilo más recomendable. Permite el desarrollo de la coordinación y el movimiento en el agua, haciendo ejercitar a todos los grupos musculares. En caso de personas con problemas cervicales, se pueden evitar los movimientos de rotación del cuello ayudándose de máscaras de buceo.
  • Espalda. Tiene una mayor complejidad y desarrolla coordinaciones que pueden ser complementarias al crol. Está especialmente indicada en personas que padezcan problemas de espalda o lumbalgia, o que necesiten potenciar la musculatura abdominal.
  • Braza. Aporta un gran equilibrio, promoviendo el control del cuerpo y la sincronía a la hora de ejercitar los diferentes movimientos. Debe practicarse con precaución por si se producen molestias en diferentes zonas como hombros, lumbares, cervicales o rodillas.

Recomendaciones para la práctica de deportes acuáticos

La natación y los ejercicios acuáticos ofrecen una gran variedad de prácticas que permiten adaptarlas a las circunstancias específicas de cada individuo.

Algunos consejos para lograr una práctica de actividades acuáticas satisfactorias incluyen:

  • Antes de comenzar cualquier práctica deportiva es conveniente pasar un reconocimiento médico deportivo. De este modo, se podrán detectar patologías o trastornos de salud que se pueden agravar con la práctica deportiva. También permitirán adaptar la práctica a las características de cada individuo. En casos de actividades deportivas subacuáticas, como la pesca en apnea o el buceo con escafandra autónoma, estos reconocimientos deben ser realizados cumpliendo protocolos específicos desarrollados por especialistas en medicina del deporte.
  • Se recomienda, en el caso de la natación, una periodicidad de al menos tres veces por semana, con un mínimo de 30 minutos por sesión.
  • Existe la opción de realizar las actividades deportivas acuáticas en grupo o en solitario. También se puede optar por requerir la asistencia de un monitor o entrenador si se necesita.
  • Comenzar la actividad de manera progresiva y a una intensidad asequible que se puede ir incrementando con el tiempo.
  • La natación y los deportes acuáticos se deben complementar con actividades terrestres suaves como pasear o realizar ejercicios de yoga o estiramientos.

 

Fuentes


Cómo cuidar las articulaciones al hacer deporte

Las articulaciones son estructuras esenciales para la movilidad, especialmente cuando se lleva a cabo cualquier tipo de actividad física. La práctica de ejercicios de fortalecimiento, de bajo impacto y estiramientos en rango de movimiento no doloroso, así como evitar traumatismos y una biomecánica adecuada, pueden contribuir a su cuidado y a preservar una mejor salud articular. 

El funcionamiento óptimo de las articulaciones se manifiesta en forma de una adecuada estabilidad, flexibilidad y movilidad. Su cuidado, además de fomentar el fortalecimiento de los músculos adyacentes, nos garantizará un buen estado de las diferentes estructuras articulares. 

Existen trabajos específicos y cuidados que pueden contribuir a la salud y a una mejor movilidad articular, preservando su buen funcionamiento y minimizando el desgaste de estructuras articulares tan importantes como los cartílagos.  

Qué son las articulaciones  

Las articulaciones son estructuras complejas que dependen de un grupo de músculos que las movilizan, huesos que les sirven de soporte y que se estabilizan mediante ligamentos. Estos tienen la función de reforzar la cápsula articular, que se encuentra recubierta por una membrana sinovial que nutre y protege al resto de estructuras.  

En situaciones como la fragilidad, sarcopenia o pérdida de masa muscular, los traumatismos, el sedentarismo, una edad avanzada, el exceso de peso o la aparición de diversas patologías, se pueden provocar daños en las estructuras articulares, perjudicando la capacidad de movilidad y provocando dolor de la articulación.  

Es importante que la capacidad de movimiento articular sea elevada para gozar de una buena salud física. Por ello, los ejercicios de movilidad articular son esenciales para asegurar la preparación de las diferentes estructuras y tejidos frente a la actividad física. 

¿Cómo evitar los problemas de articulaciones? 

Se pueden establecer unas rutinas sencillas para la prevención de los problemas articulares. Estas permitirán minimizar el riesgo de lesiones y los problemas en el aparato locomotor, especialmente en las articulaciones. 

Las recomendaciones incluyen: 

  • Reconocimiento médico. Es recomendable realizar un reconocimiento médico deportivo, especialmente cuando se da comienzo a la práctica deportiva o se quiere añadir el ejercicio al tratamiento de los problemas articulares.  
  • Peso saludable. El exceso de peso somete a un mayor trabajo a todas las estructuras, especialmente las articulaciones. 
  • Músculos fuertes. Es especialmente importante fortalecer aquellos situados en las zonas cercanas a las articulaciones, ya que estas son más propensas a las lesiones cuando los músculos y los ligamentos que las sostienen son débiles.  
  • Calentamiento. Antes de la actividad deportiva el calentamiento aumenta la temperatura corporal, optimizando el metabolismo y los mecanismos de obtención de energía. También permite mejorar la contracción muscular y aumentar la elasticidad de músculos y tendones. Debe incluir a todos los grupos musculares y articulaciones implicadas en la actividad a realizar. 
  • Estiramientos. Después del calentamiento se recomiendan los estiramientos con movimientos repetitivos en todos los grupos musculares y articulaciones. 
  • Adaptación al reposo. Después de la competición o el entrenamiento son recomendables los ejercicios de relajación y adaptación a la situación de reposo. 
  • Calzado. Un calzado adecuado absorbe mejor los impactos y minimiza las lesiones en el tren inferior. En algunas ocasiones la utilización de plantillas, cuando existe alguna alteración biomecánica, puede mejorar el rendimiento deportivo y prevenir lesiones. 
  • Planificación. Una carga de ejercicio correcta contribuirá al control de la fatiga y las lesiones articulares y musculares.  
  • Actividad. En caso de realizar rutinas sedentarias (trabajos de oficina, de pie, etc.), mantenerse intermitentemente activo, evitando permanecer en posiciones estáticas durante periodos prolongados. 
  • Alimentación e hidratación. Una dieta saludable, que aporte la energía y todos los nutrientes en cantidades suficientes es esencial para un buen rendimiento deportivo y para evitar lesiones. De igual modo, para conseguir fortalecer las articulaciones, es muy importante hidratarse antes, durante y después del ejercicio y reponer las sales minerales perdidas, mediante la ingesta adecuada de frutas, verduras y agua. 
  • Suplementos. No son necesarios, si bien algunos deportistas incluyen en su dieta suplementos de vitaminas, minerales y otras sustancias para mejorar el rendimiento, estimular la regeneración y la reconstrucción de los tejidos y prevenir lesiones. En el caso de las articulaciones, la glucosamina, el condroitín sulfato, el colágeno hidrolizado específico de las articulaciones, las vitaminas C y D y los ácidos grasos omega-3, juegan un importante papel en la formación del cartílago, en la elasticidad y la lubricación articular, si bien los resultados de los estudios sobre su suplementación exógena son controvertidos, por lo que es recomendable asesorarse por expertos que les puedan indicar si es necesaria dicha suplementación y, en caso de serlo, el producto más adecuado para su caso.  

Principales problemas de las articulaciones 

Las lesiones provocadas por la actividad física en muchas ocasiones son debidas a una mala planificación o ejecución del entrenamiento, anomalías en las estructuras o a la debilidad de los músculos, tendones y ligamentos. El deterioro de la condición física y de algunas estructuras osteoarticulares, que se produce con los años, también puede ser la causa de algunas lesiones. 

Dentro de las afecciones más habituales en las articulaciones se encuentran: 

  • Osteoartritis o artrosis. Se trata de la afección articular más común. Afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo y cursa con dolor y discapacidad física. Se caracteriza por cambios patológicos en los tejidos articulares que resultan en alteraciones estructurales del cartílago y del hueso. 
  • Capsulitis. Se trata de la inflamación aguda que afecta el tejido sinovial que rodea a la articulación. 
  • Artritis. Es la inflamación de una o varias articulaciones.  
  • Lesiones de ligamentos. El daño que sufren los ligamentos puede suponer un gran contratiempo para la práctica deportiva e, incluso, para la movilidad.  
  • Luxación. Tiene lugar cuando un hueso se separa de su articulación y no es capaz de volver a su sitio. 

Cuando una articulación está inflamada o lesionada es necesario guardar reposo y consultar con un especialista.  

Solución y tratamiento para los problemas de las articulaciones 

Las lesiones de las articulaciones requieren un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado, así como fomentar los hábitos que contribuyan a su mejora.  

El principal objetivo del tratamiento debe ser siempre mejorar la calidad de vida del paciente a través de la reducción de los síntomas, principalmente, el dolor, la inflamación y los problemas de movilidad.  

El tratamiento dependerá principalmente de la patología existente y de la articulación afectada. Este puede requerir reposo, ejercicios de rehabilitación, tratamiento farmacológico, suplementos o la aplicación de técnicas de fisioterapia. En algunos casos podrá ser necesaria una intervención quirúrgica.  

En el caso del ejercicio, este debe incluir un plan personalizado, con una información adecuada al paciente sobre los hábitos necesarios para la recuperación funcional de las articulaciones. 

Por otro lado, existen disciplinas deportivas que determinan un escaso impacto para las articulaciones. Estas incluyen la natación, el ciclismo, el senderismo, el pilates y el yoga, entre otras. 

Fuentes