Características del síndrome de ovario poliquístico y su tratamiento
El síndrome del ovario poliquístico es la patología endocrina más frecuente en mujeres en edad fértil, a pesar de estar infradiagnosticada. Se trata de una dolencia compleja y heterogénea que requiere de un tratamiento específico en función de las características de cada paciente.
Qué es el síndrome del ovario poliquístico
El síndrome de ovarios poliquísticos determina la aparición de quistes (pequeñas cavidades llenas de líquido) en los ovarios, debido a una producción excesiva de hormonas masculinas.
Otros signos y síntomas que caracterizan al ovario poliquístico incluyen el exceso de vello corporal o hirsutismo (determinado por los niveles elevados de hormonas masculinas o hiperandrogenismo), la disfunción ovulatoria y la disminución de la frecuencia o ausencia de los periodos menstruales con una escasa liberación de óvulos.
El síndrome del ovario poliquístico afecta aproximadamente a 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva y su principal consecuencia es la disminución de la fertilidad. Se trata, además, de uno de los motivos frecuentes de consulta médica en adolescentes.
Causas del ovario poliquístico
Al igual que en la mayoría de los síndromes conocidos, no existe una única causa que defina la aparición del ovario poliquístico. Por un lado, se produce una disfunción neuroendocrina con un exceso de hormona luteinizante. Esta situación tiene como consecuencia un exceso en la secreción de testosterona que impide a los óvulos madurar adecuadamente, por lo que permanecen en el interior de los ovarios, en lugar de ser expulsados durante el proceso de ovulación.
Por otro lado, también se produce un trastorno metabólico con resistencia a la insulina y niveles elevados de insulina en sangre, que también estimula, a su vez, la producción de hormonas masculinas.
Otros factores que se relacionan con la enfermedad y que pueden influir en el desarreglo hormonal que se produce incluyen una alimentación deficiente, el exceso de peso y la falta de actividad física, entre otros.
Finalmente, existen causas genéticas que pueden condicionar la aparición del síndrome de ovario poliquístico, lo que la convierten en una patología con un marcado componente hereditario.
Síntomas principales del ovario poliquístico
Los principales síntomas y signos que pueden aparecer con el síndrome de ovario poliquístico incluyen:
- Menstruaciones irregulares. Se pueden dar casos de amenorrea, con la desaparición de varios periodos menstruales consecutivos, y también de oligomenorrea, cuando se producen solo de 6 a 8 menstruaciones al año. Esta irregularidad en la menstruación se relaciona directamente con la disminución de la ovulación y la aparición de infertilidad.
- Masculinización. El exceso de hormonas masculinas (hiperandrogenismo) determina la aparición de síntomas como el hirsutismo o aumento de vello corporal (puede aparecer en cara, piernas, abdomen, espalda y antebrazos, principalmente). Otros síntomas asociados incluyen el aumento del tamaño del clítoris, alopecia, agravamiento del tono de voz, aumento de masa muscular y disminución mamaria.
- Aumento de factores de riesgo cardiovascular. Se incluye el aumento de tensión arterial, de la resistencia a la insulina y de los niveles de colesterol sanguíneo.
- Exceso de peso.
- Dolor pélvico.
- Aparición de síntomas cutáneos, como acné, piel grasa y manchas de color marrón oscuro en la piel.
Además, las mujeres que padecen el síndrome de ovario poliquístico pueden presentar una serie de complicaciones, muchas de las cuales están asociadas a los síntomas y signos anteriores, entre ellas:
- Síndrome metabólico.
- Diabetes tipo 2.
- Hipertensión arterial.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Trastornos menstruales, infertilidad y abortos.
- Apnea obstructiva del sueño.
- Cáncer de endometrio.
- Depresión y ansiedad.
Diagnóstico
Debido a su complejidad, el diagnóstico del síndrome de ovario poliquístico suele dilatarse en el tiempo de forma significativa en muchas pacientes. De este modo, hasta un tercio de las mujeres tardan más de 2 años en ser diagnosticadas.
Para evitarlo, las mujeres con exceso de vello corporal o facial que presentan un claro patrón de masculinización y las mujeres con irregularidades en la menstruación deberían ser consideradas como de mayor riesgo.
En este sentido, las pruebas a las que deberían ser sometidas las pacientes sospechosas de padecer ovario poliquístico incluirían:
- Examen físico, incluyendo el examen pélvico.
- Análisis de sangre completo, incluyendo los niveles hormonales, en especial de hormonas masculinas.
- Ecografía ginecológica de alta resolución.
Tratamiento del ovario poliquístico
El síndrome de ovario poliquístico no tiene una cura definitiva. Sin embargo, sí es posible paliar diferentes aspectos de la enfermedad. De este modo, los objetivos del tratamiento incluirían:
- Alcanzar la ovulación y normalizar los ciclos menstruales.
- Disminuir y si es posible eliminar el hirsutismo y el acné.
- Conseguir una pérdida de peso razonable.
- Disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular por medio del control de factores de riesgo como la dislipemia, la hiperglucemia y la hipertensión.
A la hora de establecer el tratamiento es preciso tener en cuenta que los cambios en el estilo de vida pueden suponer una mejora considerable de los diferentes elementos que constituyen la enfermedad. Una alimentación saludable, realizar ejercicio físico de manera regular y el control de los factores estresantes son cuestiones que pueden favorecer la regulación hormonal, mejorar la sensibilidad a la insulina y, en consecuencia, aumentar la fertilidad y hacer que mejoren todos los síntomas.
Por otro lado, los anticonceptivos hormonales pueden ser adecuados para regular la producción de hormonas y de esta manera normalizar el ciclo menstrual. También pueden contribuir a controlar el acné y el vello corporal.
El uso de antidiabéticos orales como la metformina puede ayudar a regular los niveles de insulina y, por tanto, también ayudan a regular los ciclos menstruales.
También se pueden utilizar inductores de la ovulación en el caso de pacientes que deseen quedarse embarazadas.
En cualquier caso, ante cualquier síntoma relacionado con el síndrome de ovario poliquístico siempre es recomendable consultar con el ginecólogo.
Fuentes
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Revisado
Marta García
Técnicas de psicoterapia más efectivas según la evidencia
La psicoterapia es la principal herramienta para promover el bienestar psicológico y emocional de las personas por parte de los profesionales de la salud mental. Como muchos tratamientos y terapias, ha evolucionado a lo largo de los años, dando lugar a una diversidad de enfoques y técnicas avalados con diferentes grados de evidencia científica.
En qué consiste la psicoterapia
La psicoterapia es el procedimiento terapéutico utilizado por los profesionales de la salud psicológica y mental que tiene como objetivo ayudar a superar las situaciones que suponen un riesgo para el desarrollo vital, la salud emocional y el bienestar general, incluyendo situaciones de ansiedad, estrés y depresión, entre otras.
El psicoterapeuta (psicólogo y psiquiatra, principalmente) es el profesional de la salud cualificado para abordar los diferentes trastornos psicopatológicos. Su formación y aptitudes le permiten optimizar los procesos cognitivos y enseñar a gestionar las emociones por medio de diferentes técnicas que permiten modificar conductas inapropiadas.
Dependiendo de nuestras necesidades y de nuestro entorno, el psicoterapeuta puede intervenir a nivel individual para permitirnos superar problemas personales, ayudar a niños y adolescentes, así como apoyar a familias y a parejas en la gestión de sus problemas y conflictos cotidianos.
Estados de ansiedad, estado de ánimo bajo, miedos irracionales, problemas alimenticios, autoestima o una adicción suelen ser factores determinantes para emprender un proceso psicoterapéutico. Pero existen muchos otros motivos que pueden impulsarnos a buscar una intervención psicológica. Entre ellos, la superación de hechos traumáticos, la muerte de un ser querido, una separación de pareja, o simplemente aprender a gestionar el estrés cotidiano.
Principales beneficios de la psicoterapia
Las técnicas de intervención más habituales en psicoterapia han demostrado en mayor o menor grado una mejora en la calidad de vida de las personas por medio de beneficios en diferentes ámbitos psicológicos y relacionales de los pacientes.
Algunos de los beneficios más evidentes de la psicoterapia incluyen:
- Mejor manejo de las emociones. El desarrollo de la identificación y el manejo emocional determina un mayor grado de empatía y resiliencia.
- Gestión del estrés y resolución de conflictos. Mediante las técnicas para el control del estrés se puede mejorar la tolerancia ante la frustración y optimizar el desempeño en situaciones de presión.
- Motivación para conseguir los objetivos. El psicoterapeuta contribuye a mejorar y focalizar la motivación buscando el compromiso con nuestros objetivos.
- Acceso al autoconocimiento. El ritmo de vida actual nos impide profundizar en nuestro propio conocimiento y en la indagación de nuestro comportamiento. La psicoterapia permite conocer mejor nuestras fortalezas, creencias y valores personales.
- Desarrollo de habilidades sociales. La mejora de la capacidad de comunicación asertiva, el incremento en la habilidad para desenvolvernos en nuestro entorno y hacer valer nuestras necesidades frente a los demás son elementos relevantes en las relaciones sociales que la psicoterapia puede contribuir a optimizar.
Diferentes técnicas en psicoterapia
Existe un amplio abanico de modos de abordaje psicoterapéutico que incluyen diferentes técnicas de intervención. Cada enfoque se aproxima a la problemática de una manera distinta, por lo que el psicoterapeuta se debe adaptar a las características y necesidades de cada paciente a la hora de elegir entre ellas.
Dentro de las opciones de psicoterapia, las más habituales incluyen:
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más ampliamente reconocidos dentro de la psicoterapia. Esta técnica se centra en la identificación y modificación de patrones de pensamiento negativos y comportamientos disfuncionales. También establece pautas y técnicas de relajación para reducir la ansiedad y propone planes de activación conductual para facilitar el cambio.
La TCC cuenta con un sólido respaldo científico. En investigaciones que compararon diferentes enfoques terapéuticos se señala que la TCC puede ser igual de efectiva que la farmacoterapia en el tratamiento de la ansiedad. Además, diversos estudios han confirmado la eficacia de la TCC en una amplia gama de trastornos psicológicos, incluyendo la depresión, la ansiedad y los trastornos de pánico.
Terapia de aceptación y compromiso
La terapia de aceptación y compromiso se basa en aceptar los pensamientos y emociones negativas, mientras se compromete con acciones que conducen a una vida rica y significativa. Se presenta como una alternativa a la psicología tradicional y es un modelo de psicoterapia que utiliza distintas técnicas como paradojas, ejercicios experimentales, metáforas, trabajo con valores personales y entrenamiento con mindfulness.
La terapia de aceptación y compromiso ha ganado respaldo científico en los últimos años. Diversos estudios han mostrado su efectividad en la reducción de la sintomatología depresiva y ansiosa en pacientes con trastorno depresivo mayor, además de utilizarse con éxito en casos de estrés crónico.
Terapia psicodinámica
La terapia psicodinámica se centra en explorar los procesos mentales inconscientes y las dinámicas interpersonales para comprender y abordar los problemas emocionales.
Esta técnica guarda algunas similitudes con el psicoanálisis, si bien la terapia psicodinámica suele ser más breve y utiliza técnicas de otras corrientes (cognitiva, conductual, etc.).
Si bien la terapia psicodinámica ha sido históricamente debatida en términos de su grado de evidencia, investigaciones recientes respaldan su utilidad, aunque son necesarias más investigaciones para fortalecer su base empírica. Algunos estudios han mostrado su eficacia en el tratamiento de la depresión mayor, habiéndose utilizado en una variedad de trastornos, incluyendo trastornos de personalidad y trastornos relacionados con el trauma.
Terapia psicoanalítica
El psicoanálisis trabaja con el contenido verbal como medio para acceder al inconsciente, haciendo conscientes los pensamientos y emociones más profundos. El lenguaje es interpretado como símbolo del yo interno.
Su principal inconveniente es la falta de evidencia científica que apoye su eficacia psicoterapéutica.
Psicoterapia contextual
Se centra en establecer direcciones vitales con las que comprometernos, interpretando los fenómenos de la conducta y la mente humana en relación con su contexto y no de forma aislada. La terapia contextual busca conocer los orígenes de las emociones, conductas y pensamientos a un nivel más profundo gracias a la incorporación del contexto, pero también a estudiar cómo esas conductas cambian en la interacción.
Incluye técnicas de atención plena y mindfulness para centrarnos en el momento presente y distanciarnos de los problemas. Esto permite empoderar a la persona para que disfrute del día a día, trabajando en las áreas vitales para su crecimiento.
La psicoterapia contextual es un enfoque relativamente nuevo, si bien ha habido investigaciones y estudios que respaldan su efectividad. Puede ser una técnica beneficiosa para una variedad de problemas psicológicos, como la depresión, la ansiedad, el estrés, los trastornos de la alimentación y otros problemas relacionados con la regulación emocional y la flexibilidad cognitiva.
Terapia de exposición
La terapia de exposición es un enfoque ampliamente utilizado en el tratamiento de trastornos de ansiedad y trastornos relacionados con el trauma. Consiste en enfrentar gradualmente los estímulos temidos para reducir la respuesta de ansiedad asociada.
Este tipo de terapia ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de trastornos de ansiedad, como el trastorno de estrés postraumático y el trastorno de pánico.
Terapia familiar sistémica
Este enfoque considera a cada individuo como un componente del sistema familiar, donde cada miembro cumple una función y tiene relevancia, en lugar de centrarse únicamente en el individuo. Analizando la función de cada persona dentro de su entorno y como se vincula con él se logra reestructurar los lazos familiares disfuncionales y se alcanza una consciencia de familia y apoyo más enriquecedor para las personas que componen la familia.
Existe cierto grado de evidencia que respalda la efectividad de la psicoterapia familiar sistémica en el tratamiento de una variedad de problemas, como trastornos de conducta en adolescentes, trastornos alimentarios, problemas de pareja y conflictos familiares.
Fuentes
- Cook SC, Schwartz AC, Kaslow NJ. Evidence-Based Psychotherapy: Advantages and Challenges. Neurotherapeutics. 2017; 14(3): 537-545. Doi: 10.1007/s13311-017-0549-4.
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- Cuijpers P et al. The effects of psychotherapies for major depression in adults on remission, recovery and improvement: a meta-analysis. J Affect Disord 2014; 159: 118-26. Doi: 10.1016/j.jad.2014.02.026.
- Majumdar S, Morris R. Brief group-based acceptance and commitment therapy for stroke survivors. Br J Clin Psychol 2019; 58(1): 70-90. Doi: 10.1111/bjc.12198.
Alimentación adaptada para cada disciplina deportiva
La relación entre la alimentación y el rendimiento deportivo es un tema de creciente interés para los deportistas, tanto profesionales como aficionados. La nutrición juega un papel esencial en el desempeño físico, ya que repercute directamente en el metabolismo energético, la función muscular y la recuperación tras el esfuerzo. En este sentido, es necesario que la dieta esté adaptada, ya que las demandas nutricionales varían en función de la disciplina deportiva y las características individuales.
Dieta y rendimiento deportivo
Cualquier tipo de dieta debe ofrecer la cantidad de energía necesaria que permita desempeñar las actividades cotidianas, junto con todos los nutrientes en cantidades suficientes, incluyendo aminoácidos esenciales y proteínas totales, ácidos grasos esenciales y cantidad de grasa suficiente, vitaminas y minerales. Además, especialmente cuando se producen situaciones continuadas de estrés oxidativo, como en el caso de la actividad deportiva intensa, los antioxidantes naturales pueden contribuir positivamente a un mejor estado de salud y un mejor rendimiento.
Por otro lado, la dieta siempre debe estar adaptada a las características y circunstancias de cada persona. El peso, la talla, la edad y el grado de actividad física son elementos que condicionan las necesidades de energía y nutrientes. De este modo, las diferentes disciplinas deportivas requerirán diferentes aportes de energía y una proporción específica de nutrientes para un rendimiento óptimo.
Energía y nutrientes para el deportista
Un adecuado aporte energético es clave en la dieta del deportista. Los factores que pueden hacer aumentar las necesidades energéticas son variados e incluyen el aumento en los niveles de entrenamiento, la exposición al frío o al calor, el nivel de estrés, la altitud, el aumento en la masa magra corporal y encontrarse en la fase lútea de ciclo menstrual femenino, entre otros.
Por el contrario, las necesidades de energía pueden disminuir con la reducción de los entrenamientos, el envejecimiento, la disminución de la masa magra corporal y la fase folicular del ciclo menstrual en mujeres.
Composición corporal y rendimiento deportivo
Varios atributos del cuerpo como el tamaño, la forma y la composición pueden ser factores que contribuyan al éxito en diferentes deportes.
En los deportes que involucran fuerza y potencia, los deportistas se esfuerzan por ganar masa magra a través de programas de hipertrofia muscular.
Otros deportistas se esfuerzan por mantener una masa corporal baja o un nivel reducido de grasa. Los corredores de fondo y los ciclistas se benefician de un bajo coste energético del movimiento y una relación favorable entre peso y superficie para la disipación de calor.
Macronutrientes
Las reservas de carbohidratos del cuerpo proporcionan una importante fuente de combustible para el cerebro y el músculo durante el ejercicio, pudiendo ser moduladas por el entrenamiento y la ingesta dietética.
Las recomendaciones para la ingesta de carbohidratos generalmente varían de 6 a 12 g por kilogramo de peso corporal y día, reservando el nivel máximo para condiciones extremas y actividades prolongadas. En el caso de competiciones de más de 60 minutos de duración se puede consumir carbohidratos durante la realización del ejercicio para mejorar el rendimiento.
En cuanto a las proteínas, la ingesta suele oscilar entre 1,2 y 2,0 g de kilo de peso corporal y día.
Para la mayoría de los deportistas la ingesta de grasas se sitúa entre el 20 y el 35% de ingesta total de energía consumida. Las restricciones más acusadas en el aporte de las grasas no benefician el rendimiento. De igual modo, las dietas extremadamente altas en grasas y restringidas en carbohidratos no están sustentadas por las evidencias actuales.
Micronutrientes
Los deportistas deben consumir dietas que proporcionen una ingesta adecuada de todos los micronutrientes (vitaminas y minerales). Los deportistas que restringen la ingesta de energía o siguen patrones alimentarios restrictivos corren el riesgo de deficiencias de micronutrientes.
En general, los suplementos de vitaminas y minerales son innecesarios para deportistas que consumen una dieta con una variedad de alimentos ricos en nutrientes y una cantidad suficiente de energía. En otros casos, pueden ser conveniente un suplemento de vitaminas y minerales.
Estrategias nutricionales adaptadas a diferentes deportes
Deportes de resistencia
En disciplinas como el ciclismo, el atletismo de larga distancia o el triatlón, la ingesta de carbohidratos es primordial. Se requiere un suministro continuado de carbohidratos para mantener los niveles de glucosa en sangre y retrasar la fatiga. Un consumo entre 6 y 12 gramos de carbohidratos por kilogramo de peso corporal al día puede contribuir a mantener los niveles de glucógeno muscular y maximizar el rendimiento.
Deportes de fuerza
Los deportes que implican levantamiento de peso y entrenamientos de alta intensidad se benefician de una dieta rica en proteínas y calorías para favorecer el desarrollo y la recuperación muscular. Se pueden requerir hasta 2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día.
En un deportista de 75 kg de peso, esto representa la necesidad de ingerir 150 g de proteína. Para hacernos una idea de lo que esto supone, un huevo mediano de gallina contiene unos 6 g de proteína; un filete de 200 g de carne magra contiene cerca de 40 g de proteína; 100 g de legumbres contienen cerca de 20 g de proteínas.
Deportes de equipo
El fútbol, el baloncesto y otros deportes de equipo exigen una combinación de nutrientes para el rendimiento y la resistencia. La hidratación es fundamental, junto con carbohidratos y proteínas para mantener la energía y reparar los tejidos. La reposición de electrolitos en estos deportes es esencial, especialmente en estaciones y climas y calurosos.
Deportes de agilidad
Deportes como el tenis y el baloncesto requieren agilidad y cambios rápidos de dirección. La dieta debe incluir una variedad de nutrientes, enfocándose en carbohidratos para la energía, así como grasas saludables para el soporte cardiovascular. Los estudios señalan la necesidad de ácidos grasos omega-3 para reducir la inflamación y mejorar la función cognitiva.
Suplementos ergogénicos
Se estima que más de la mitad de todos los atletas utilizan suplementos con el fin de cubrir necesidades nutricionales, mejorar la utilización energética y su rendimiento físico. Algunos de los suplementos más utilizados son:
- Creatina. Puede mejorar el rendimiento en actividades de alta intensidad y corta duración, como el levantamiento de pesas y carreras cortas de velocidad.
- Cafeína. Aumenta la resistencia y reduce la fatiga durante el ejercicio de resistencia.
- Beta-alanina. Se asocia con mejoras en la capacidad de ejercicio de alta intensidad y corta duración, reduciendo la acumulación de ácido láctico y retrasando la fatiga muscular.
- Curcumina. Se ha investigado ampliamente por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, con posibles efectos beneficiosos en la recuperación muscular y la reducción del daño oxidativo asociado al ejercicio intenso.
Fuentes
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Qué es la celulitis facial
La celulitis es una infección de las capas profundas de la piel en la que se produce inflamación del tejido conjuntivo, con una afectación de la dermis y una epidermis relativamente respetada. La infección puede presentar diferentes orígenes, como una herida, la infección de un grano o una infección de origen odontológico.
Qué es la celulitis facial
En este caso, la celulitis nada tiene que ver con la ‘piel de naranja’ o la disposición anómala de grasa en muslos y caderas. Se trata de una infección localizada en las partes blandas subcutáneas que se desarrolla como resultado de la entrada de bacterias a través de una barrera cutánea alterada. De este modo, una herida en la piel, una intervención quirúrgica o una lesión cutánea puede permitir la entrada de microorganismos. También puede presentarse cuando se infecta un grano o un folículo piloso.
La celulitis compromete la dermis reticular y la hipodermis y puede generar daño linfático permanente. El área afectada se caracteriza por aumento de temperatura, edema, dolor y eritema, presenta bordes irregulares, pero puede respetar áreas de piel en un patrón impredecible. Puede dar lugar a la aparición de ampollas, ampollas hemorrágicas y pústulas.
Se trata de una afección de presentación relativamente frecuente y su diagnóstico precoz es clave para establecer un tratamiento efectivo.
Si las bacterias causantes alcanzan las capas profundas de la piel y no se establece un tratamiento, podrían acceder al torrente sanguíneo y la infección se podría expandir por todo el cuerpo, lo que podría causar una enfermedad grave. La celulitis facial puede ser especialmente peligrosa si afecta a la piel situada en el contorno de los ojos.
Qué puede causar celulitis facial
La celulitis es el resultado de la invasión bacteriana directa a través de la barrera cutánea alterada, con compromiso variable de tejido blando. Excepcionalmente la causa es una bacteriemia cuya infección de origen está situada en otro lugar, sobre todo en pacientes inmunosuprimidos.
La celulitis suele estar causada por bacterias. Las más habituales son Streptococcus pyogenes y Staphylococcus aureus. Con menos frecuencia, también pueden producir calulitis especies como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Escherichia coli, Legionella, Pseudomonas aeruginosa e Hidrophila, Erysipelothrix rhusiopathiaea y enterobacterias como faecalis, faecium y durans.
Estos microorganismos producen diferentes toxinas tales como la estreptocinasa, lo que puede generar una marcada reacción inflamatoria.
Existe una especial predisposición a la celulitis facial en ancianos, niños pequeños, personas debilitadas inmunológicamente, personas que padecen diabetes mellitus y pacientes con problemas en el sistema linfático.
Tipos de celulitis facial
Según su localización, origen y características se pueden clasificar diversos tipos de celulitis facial.
Celulitis orbitaria
Afecta las partes blandas anteriores al septum ocular y se caracterizan por edema e inflamación de los párpados, sin verse afectada la agudeza visual. Es más frecuente en los niños menores de 5 años.
Celulitis odontógena
La celulitis facial odontógena es una infección causada por bacterias de origen bucal y que se puede presentar en forma de inflamación subcutánea en diferentes partes de la zona de la cara.
Síntomas de la celulitis facial
Los síntomas que aparecen en la celulitis facial bacteriana incluyen enrojecimiento, hinchazón, calor y llagas en la zona de la piel afectada. Las zonas enrojecidas se presentan con bordes mal definidos y son frecuentes las adenopatías regionales, linfangitis y síntomas generales como fiebre, escalofríos, dolor y malestar general.
El diagnóstico debe basarse en los síntomas, pero también puede ser útil el estudio microbiológico.
Para el diagnóstico, en las celulitis periorbitarias y orbitarias es importante realizar una valoración conjunta con un oftalmólogo o un especialista en otorrinolaringología, según el caso. De igual modo, en la celulitis odontógena es importante la valoración por el odontólogo.
Las pruebas para establecer el diagnóstico pueden incluir:
- Proteína C reactiva.
- Cultivo de secreciones conjuntivales o nasales y de secreciones obtenidas por drenaje quirúrgico.
- Radiología de senos paranasales.
- Ecografía periocular.
- TAC o RMN.
Tratamiento de la celulitis facial
Dado que la celulitis facial está producida por bacterias, el tratamiento consiste en la prescripción de antibióticos sistémicos, principalmente por vía oral. Algunos especialistas recomiendan el uso de penicilina como tratamiento estándar, asumiendo que el principal agente patógeno sea el Streptococcus.
Con el tratamiento antibiótico, los patógenos mueren rápidamente, liberando toxinas y enzimas que serían responsables de un aparente empeoramiento clínico inicial, con la aparición de mayor inflamación cutánea y fiebre. Sin embargo, no debe confundirse con el fallo del tratamiento. Se suele observar mejoría clínica con una progresiva desaparición de los síntomas al cabo de uno o dos días de tratamiento, que será necesario completar hasta los 10-14 días.
También podrían incluir se en el tratamiento los antiinflamatorios no esteroideos y los corticoides, dependiendo de la gravedad e intensidad de la infección.
Tras la fase de tratamiento farmacológico, se puede proceder a tratar la dolencia que ha generado la celulitis. Por ejemplo, si se trata de una infección odontógena como una caries, se valorará un tratamiento de endodoncia o la extracción de la pieza dental afectada, ya que al llegar a estos extremos el diente suele estar muy afectado.
Como prevención, se recomienda una adecuada higiene e hidratación de la piel con cremas hidratantes. En caso de heridas o arañazos, es necesario lavar abundantemente con agua y jabón y secar bien. También se puede valorar aplicar alguna solución desinfectante, como la clorhexidina.
Entre las complicaciones de la celulitis cabe citar los abscesos subcutáneos, bacteriemia, artritis séptica, endocarditis, tromboflebitis y fascitis necrotizante.
Ante cualquier síntoma de la piel que exceda lo convencional, siempre es recomendable consultar con el Dermatólogo.
Fuentes
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- Moreno JP, Martínez A, Jiménez S. Celulitis facial en paciente anciano. A propósito de un caso. Medicina de Familia SEMERGEN 2010; 36(6): 358-361. Doi: 10.1016/j.semerg.2010.01.011.
29 de septiembre, Día Mundial del Corazón
El 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón. Esta conmemoración cobra una gran relevancia ya que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo y en España. Además, una gran proporción de estas muertes podrían evitarse con medidas preventivas sencillas como una alimentación más saludable, ejercicio físico regular y evitando el consumo de tabaco.
Enfermedad y mortalidad cardiovascular
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que aproximadamente 18 millones de personas mueren cada año debido a enfermedades cardiovasculares, lo que representa alrededor de un tercio de todas las muertes a nivel global. Principalmente estas se producen por infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Además, se estima que esta cifra seguirá aumentando hasta los 23 millones en el año 2030.
En España, unas 120.000 personas fallecen al año por patologías cardiovasculares, lo que supone una de cada cuatro muertes.
Existen muchas afecciones cardiovasculares, siendo las más frecuentes:
- Ataque al corazón o infarto de miocardio. Se caracteriza por el estrechamiento de los vasos sanguíneos encargados de llevar sangre al corazón.
- Enfermedades cerebrovasculares. Están causadas por un sangrado intracerebral o por un coágulo de sangre depositado en el cerebro.
- Hipertensión arterial. Es la presión alta de la sangre dentro de las arterias y constituye uno de los mayores factores de riesgo para padecer un infarto de miocardio o ictus.
- Angina de pecho. Es un tipo de dolor de pecho provocado por la reducción del flujo sanguíneo al corazón.
- Es la alteración del ritmo en el latido cardiaco.
- Insuficiencia cardiaca. Tiene lugar cuando el corazón no es capaz de bombear la sangre suficiente para cubrir las necesidades del organismo.
Factores de riesgo cardiovascular
Los factores de riesgo son las características biológicas o conductuales que determinan una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad en el futuro. Algunos factores pueden ser modificados y controlados, mientras que otros no.
Dentro de los factores de riesgo cardiovasculares no modificables se encuentran:
- La edad.
- El género.
- Factores hereditarios.
Los factores de riesgo cardiovascular modificables incluyen:
- El tabaquismo.
- El colesterol sanguíneo elevado.
- La diabetes mellitus.
- La obesidad.
- Hipertensión arterial.
- El sedentarismo.
- El estrés.
El control de los factores de riesgo modificables es un componente clave de la prevención de las enfermedades cardiovasculares y los cuidados del corazón. Esto incluye, especialmente, el control de la tensión arterial, de la glucosa en sangre y de los niveles elevados de colesterol.
La hipertensión arterial es un importante factor de riesgo cardiovascular. El control de la presión sanguínea a través de cambios en el estilo de vida, la dieta y, en su caso, de medicamentos puede reducir significativamente el riesgo.
Las personas que padecen diabetes mellitus también presentan un mayor riesgo de padecer patologías y eventos cardiovasculares. Mantener controlados los niveles de glucosa en la sangre puede ayudar a reducir el riesgo. Esto se puede lograr por medio de una alimentación saludable, actividad física regular y, cuando el médico lo considere, fármacos hipoglucemiantes o insulina.
Finalmente, el colesterol elevado en sangre ocasiona el acúmulo de grasa en las paredes de las arterias, reduciendo su calibre y aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los cambios en la dieta, el ejercicio y los medicamentos pueden ayudar a controlar el colesterol.
Objetivo: cuidar el corazón
El Día Mundial del Corazón debe servir para concienciar a la población de que la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares se puede prevenir hasta en el 80% de los casos, por medio de hábitos de vida saludables que ayuden a controlar los principales factores de riesgo cardiovascular.
Dieta
Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y semillas, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.
La dieta mediterránea, un patrón alimentario que cumple con estos requisitos, ha demostrado ser particularmente beneficiosa.
Grasas y sal
Un exceso de grasa y calorías en la dieta puede contribuir a la aparición de sobrepeso y obesidad, aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes. Además, es muy importante la calidad de la grasa. Las grasas saturadas aumentan el colesterol sanguíneo, lo que supone un aumento del riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. De este modo, se recomienda un aumento en el consumo de ácidos grasos insaturados de tipo omega-3 presentes en el pescado, y monoinsaturado como el del aceite de oliva, beneficiosos a nivel cardiovascular.
Además, los ácidos grasos trans, presentes en alimentos industriales como bollería, precocinados, etc., son los que más aumentan el colesterol en sangre, por lo que se debe evitar su consumo.
Por otro lado, un exceso de sal en la dieta puede provocar hipertensión arterial, que es a su vez un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por ello, se debe limitar la ingesta de sal. La mayor parte de la sal que ingerimos está presente en los alimentos procesados. Alimentos como los precocinados, las salsas y los snacks suelen tener una cantidad elevada de sal. Esta puede constituir hasta el 80 % de la sal total de nuestra dieta. Las recomendaciones señalan un límite de 5 g de sal al día, más o menos la mitad de lo que consumimos de media.
Actividad física
La actividad física regular, incluyendo caminar, correr, nadar o ir en bicicleta, puede ayudar a mantener un peso saludable, reducir la presión arterial y mejorar el perfil lipídico y la glucemia. Además, previene la aparición de estrés.
Hábitos saludables para el corazón
Limitar el consumo de bebidas alcohólicas, de refrescos (con azúcar o con edulcorantes) y de tabaco es sumamente beneficioso para el corazón.
De igual modo, vivir en lugares contaminados aumenta el riesgo de problemas respiratorios y de infartos, cardiopatía isquémica e ictus.
Finalmente, el estrés y la depresión también son factores de riesgo cardiovasculares. Se ha comprobado que el estrés aumenta las posibilidades de sufrir un infarto de corazón, una angina de pecho o una crisis hipertensiva.
Se debe fomentar una actitud positiva ante la vida, trabajar el control de las emociones y realizar ejercicios de relajación, además de mantener una vida social activa.
Prevención secundaria
En personas que ya han padecido un evento cardiovascular, como un infarto o un accidente cerebrovascular, la prevención secundaria es crucial. Esto incluye tener en cuenta el control de los factores de riesgo mencionados anteriormente, así como la adherencia a los tratamientos prescritos, incluyendo los fármacos antiagregantes, los hipocolesterolemiantes y los medicamentos para la presión arterial.
El día del corazón debemos concienciarnos que cuidar el órgano más importante del sistema cardiovascular es sencillo a través de un estilo de vida saludable, el control de los factores de riesgo y, en el caso de que ya exista una patología, el seguimiento del tratamiento.
Fuentes
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Volver de vacaciones sin volverse loco
Las vacaciones son momentos de descanso y relajación que nos permiten desconectar de las rutinas diarias, revitalizarnos y disfrutar de nuevas experiencias. Sin embargo, regresar de vacaciones puede resultar problemático para muchos, ya que implica volver a la realidad, retomar responsabilidades y adaptarse nuevamente a la rutina. Existen ciertas actuaciones que pueden contribuir a una transición posvacacional menos traumática, potenciando el bienestar psicológico.
Vuelta de vacaciones y síndrome posvacacional
El popular síndrome posvacacional viene dado por la falta de adaptación a las actividades cotidianas tras finalizar el periodo de vacaciones, sobre todo si esas actividades no nos resultan del todo satisfactorias. De este modo, pueden aparecer una serie de síntomas físicos y psicológicos.
Síntomas físicos y psíquicos
La cantidad de síntomas que pueden aparecer tras la vuelta de las vacaciones es amplia. Entre los factores físicos que pueden hacer presencia destacan:
- Falta o exceso de apetito.
- Problemas de concentración.
- Dolores musculares.
- Molestias gastrointestinales.
- Sensación de falta de aire.
A nivel psicológico se pueden dar:
- Falta de interés.
- Nerviosismo e inquietud.
- Tristeza y decaimiento.
- Estrés.
En condiciones normales se trata de síntomas transitorios que desaparecen en unos cuantos días. De no ser así, es aconsejable consultar con el médico o psicólogo.
Consejos para una vuelta de vacaciones positiva
En primer lugar, es necesario no contemplar al periodo vacacional como una etapa contrapuesta al periodo de trabajo, sino que constituye una fase más dentro del año caracterizada por el descanso. Las vacaciones constituyen un aspecto positivo para el trabajo, del mismo modo que lo hacen los días libres por ser festivos o los fines de semana.
A continuación, citamos algunos consejos que te pueden ser útiles para sobrellevar mejor la vuelta de las vacaciones:
Establece una transición gradual
No es una buena idea pasar directamente de la relajación total a un horario de trabajo completo. Al igual que ocurre con el inicio de las vacaciones, regresar al trabajo requiere de cierto entrenamiento.
La vuelta a la rutina de forma abrupta puede generar más estrés. Por ello, es recomendable llevar a cabo una transición gradual, planificando un período de adaptación en el que se dedique tiempo a reorganizar la agenda y ajustarse a los horarios habituales. Por ejemplo, con un acercamiento paulatino al horario laboral, siguiendo el mismo horario de comidas o manteniendo el contacto con los compañeros de trabajo.
Las investigaciones han demostrado que una transición gradual facilita la adaptación psicológica y disminuye el estrés.
Establece unos hábitos y rutinas saludables
Durante las vacaciones, es común relajarse en términos de alimentación y ejercicio físico. A medida que regresas a tu rutina, es importante cuidar de tu bienestar físico. Establece una rutina de actividad física regular y una alimentación equilibrada. De este modo nos aseguraremos de tener un buen nivel de energía para la vuelta al trabajo.
Existe una sólida evidencia que respalda el ejercicio y la dieta saludable como herramientas para mejorar la salud, el estado de ánimo y el bienestar general.
Recobra un horario regular de sueño
Tras las vacaciones, donde los horarios se difuminan y las horas de sueño pasan a un segundo plano, retomar un horario regular y suficiente de sueño es crucial para un mejor bienestar y readaptación a la nueva rutina. De igual modo, un horario de sueño irregular puede aumentar los niveles de estrés. El calor y la elevada humedad durante la noche también puede dificultar el descanso, por eso es recomendable el uso de ventiladores, abanicos o difusores de agua. A veces una ducha antes de irse a la cama ayuda a tener un sueño reparador para volver al trabajo con energía.
Las evidencias señalan que el mantenimiento de un horario de sueño regular y un descanso de calidad tiene repercusiones muy positivas en el estado de ánimo, el bienestar general y la salud física y emocional.
Dedica tiempo para el autocuidado
Que hayan terminado las vacaciones no significa que debamos olvidarnos de lo que nos sienta bien y de cómo nos sentimos. El autocuidado, entendido como dar respuesta a tus necesidades y hacer lo que te sienta bien, es esencial para mantener el equilibrio emocional. Las actividades de autocuidado pueden contribuir a reducir el estrés, mejorar el bienestar emocional y ayudar a que te adaptes a la nueva etapa. Darse algún capricho, del tipo que sea, durante la primera semana de vuelta al trabajo ayudará a que lo hagamos de mejor humor.
Mantén una actitud positiva
La actitud puede tener un impacto significativo en cómo experimentamos el estrés. Mantener una actitud positiva, relativizando las cuestiones negativas de la nueva etapa, puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el grado de aceptación y la adaptación.
Aunque pueda parecer lo más simple, en el fondo es algo difícil de lograr. Por eso, rodearse de familiares o amistades que nos ayuden a mejor nuestra actitud puede convertirse en el apoyo suficiente para no añorar tanto las vacaciones.
Revive los buenos recuerdos
Aprovecha la energía positiva generada durante las vacaciones y recuerda los momentos agradables y las experiencias emocionalmente positivas vividas durante ese período. Haz fotos o videos durante tus vacaciones para después poder recrearte en esos recuerdos de una forma más vívida. La literatura científica destaca que evocar recuerdos positivos puede contribuir a mantener altos niveles de bienestar y reducir los sentimientos de tristeza asociados a la finalización de las vacaciones.
Establece metas y planifica actividades
El establecimiento de metas y la planificación de actividades gratificantes en el periodo posterior a las vacaciones pueden ayudar a mantener una sensación de propósito y motivación. Establece pequeñas metas alcanzables y planifica actividades placenteras para contribuir a una sensación de satisfacción personal. Estas pueden o no estar relacionadas con el ámbito laboral, cualquier meta por pequeña que sea tendrá su efecto.
La meditación también puede ayudar
La práctica de meditación o mindfulness puede ser beneficiosa para manejar el estrés posvacacional y cultivar una actitud más consciente hacia la transición. Las investigaciones señalan que la práctica regular de mindfulness reduce la ansiedad y mejora el bienestar emocional. Incorporar técnicas de mindfulness, como la meditación o la respiración consciente, puede ayudarte a mantener la calma y la claridad mental durante la vuelta de las vacaciones.
En resumen, la transición de las vacaciones a la rutina diaria puede ser un periodo problemático, pero con un poco de planificación y cuidado personal, puedes aprovechar al máximo este periodo de adaptación y comenzar con buen pie. La vida está llena de cambios y transiciones, aprender a sobrellevarlos de forma positiva te ayudará a crecer como persona.
Fuentes
- Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Consejos para el síndrome posvacacional. Consultado: 20/07/2023.
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Revisado
Identidad y discordancia de género en la infancia y la adolescencia
En los últimos tiempos, la identidad de género y algunos de sus problemas derivados están teniendo un gran eco social y mediático. Se trata de un tema controvertido en el que en muchos casos se intenta dar una respuesta genérica y simplificada a un problema que es complejo y diverso. El enfoque médico de la discordancia de género incluye posibles tratamientos de supresión puberal, tratamiento hormonal y cirugía para la asignación de género.
Transición de género: nomenclaturas y definiciones
En primer lugar, es importante entender que el género es una construcción social y cultural, y no simplemente una cuestión biológica. En este sentido, la identidad de género hace referencia a cómo una persona se identifica y se siente en términos de género, en relación con los estereotipos culturales imperantes.
La discordancia o incongruencia de género (IG) hace referencia a la discrepancia entre el género de nacimiento (basado en características biológicas como los genitales, es decir, el sexo) y la identidad de género que una persona experimenta y con la que se identifica. En otras palabras, una persona experimenta incongruencia de género cuando su identidad de género autopercibida no coincide con el género que se le asignó al nacer. Algunas personas pueden experimentar una incongruencia leve o fluctuante, mientras que otras pueden tener una incongruencia más pronunciada y estable. Es destacable que esta definición no tiene connotaciones clínicas o patológicas.
Por otro lado, el término disforia de género (DG) hace referencia a la condición clínica caracterizada por el malestar o la angustia psicológica significativa debido a la discrepancia entre la identidad de género y el sexo biológico. Es importante destacar que no todas las personas con incongruencia de género experimentan disforia.
La DG puede manifestarse de diferentes maneras y grados en cada individuo, dependiendo también de si se presentan otro tipo de patologías médicas o psicológicas. Algunos síntomas comunes pueden incluir malestar corporal (sentirse incómodo con las características sexuales primarias o secundarias del cuerpo), angustia social (dificultades en las relaciones con los demás) y ansiedad o depresión relacionada con la identidad de género.
La DG apareció como diagnóstico psiquiátrico en la quinta edición de DSM de 2013 (Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales de la Asociación de Psiquiatría Americana). Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud desterró el término DG cuando descatalogó la transexualidad como enfermedad, para tratarla como “una condición relativa a la salud sexual” y pasó a denominarla como discordancia (incongruencia) de género en el CIE-11, la clasificación internacional de enfermedades de la OMS que fue aprobada en 2019 y empezó a ser efectiva en 2022.
Prevalencia de disforia de género
La prevalencia de DG en niños y adolescentes no ofrece datos concluyentes, pero se estima en torno al 0,6-1,7%, dependiendo de diversos factores como el grupo poblacional, la edad y el método de investigación utilizado en su estimación.
Además, se ha podido constatar en los últimos años que el número de niños y adolescentes con IG y DG que buscan ayuda médica y psicológica ha aumentado considerablemente.
No sin controversia, algunas voces señalan la importancia del impacto de la presión social y las redes sociales en el incremento de casos, ya que muchos adolescentes utilizan estas últimas, pudiendo llegar a darse un “efecto contagio” en el que algunos jóvenes podrían confundir sus síntomas con IG y DG.
En cuanto al no binarismo, las personas que no se identifican con la clasificación dicotómica de género pueden llegar a constituir cerca de un 10 % de las personas con IG.
En lo concerniente a las “causas” de la IG −en el supuesto de que estas existan−, no han podido ser identificadas hasta la fecha. Sin embargo, las investigaciones llevadas a cabo han barajado factores psicosociales y biológicos como posibles elementos relacionados con su desarrollo.
En cuanto a la contribución genética en el desarrollo de la IG, se ha podido observar en estudios con gemelos que existe una alta concordancia de IG en gemelos monocigóticos (idénticos) frente a gemelos dicigóticos.
De este modo, el papel causal de genes, hormonas, estructura cerebral y comportamiento en la IG todavía se cuestiona sin existir una evidencia clara en ninguno de ellos.
Tratamiento médico en la transición de género
En relación con el tratamiento médico en la transición de género, desde hace más de dos décadas que se viene aplicando el conocido como “protocolo holandés”, que se ha generalizado en muchos países. Cuando llegan adolescentes o preadolescentes con incongruencia de género a las Unidades de Identidad de Género del servicio de salud, se les realiza una evaluación diagnóstica.
Esta puede derivar en la administración de una medicación de supresión de la pubertad, consistente en la administración de agonistas de la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH).
Si deciden seguir adelante, se les prescriben hormonas de afirmación de género con algunas consecuencias irreversibles. El tratamiento hormonal consiste en la administración de esteroides sexuales sintéticos inductores del desarrollo de las características sexuales del género identificado, con un inicio que cada vez más se sitúa por debajo de los 16 años. A menor edad se da una mayor irreversibilidad en los efectos.
En individuos con IG que nacieron con caracteres sexuales masculinos se recomienda el uso de valerato de estradiol oral o 17-betaestradiol oral o transdérmico. La feminización que se produce incluye el desarrollo de los senos y la alteración de la forma del cuerpo con un aumento en las caderas y disminución de la circunferencia de la cintura.
Entre los riesgos de esta terapia se cuentan los problemas cardiovasculares (principalmente, trombosis venosa y enfermedad cerebrovascular).
Por otro lado, en individuos con IG que nacieron con caracteres sexuales femeninos, se recomienda el uso de inyecciones de ésteres de testosterona. La virilización del cuerpo que se consigue implica una voz más grave, el desarrollo muscular y el crecimiento de vello y del clítoris.
Los riesgos de esta terapia incluyen el aumento de factores cardiovasculares como hiperlipidemia y aumento de peso, síndrome de ovario poliquístico, acné y alopecia, entre otros.
Finalmente, se puede recurrir a la cirugía de asignación de género con el objetivo de lograr la apariencia y función de las características sexuales experimentadas y la apariencia genital lo más “natural/similar” posible. No todas las personas transgénero o con IG desean o requieren de intervenciones quirúrgicas para cambiar sus características sexuales.
Resultado a largo plazo de la intervención médica temprana
A pesar de que la experiencia en el manejo del tratamiento médico −incluyendo los tratamientos hormonales y quirúrgicos− es cada vez más extensa, no se dispone de estudios con resultados a largo plazo, por lo que la evidencia científica es poco sólida y relativamente escasa.
Sin embargo, sí se han podido mostrar los beneficios del tratamiento de afirmación de género sobre la salud psicológica de las personas trans. Además, la gran mayoría de adolescentes trans que comienzan un tratamiento hormonal tras someterse a una evaluación diagnóstica exhaustiva no lo abandonan. De este modo, la continuidad de este tipo de medicación en menores de edad es muy alta (puede llegar al 98%) entre 3 y 6 años después de iniciarse el tratamiento.
En el caso de la cirugía, un año después el funcionamiento psicológico mejora mayoritariamente y el bienestar es comparable o mejor que los adultos jóvenes de la misma edad de la población general.
En cualquier caso, y dejando a un lado los resultados positivos del tratamiento médico para la reasignación de género, parece necesario un cambio en el paradigma social en cuanto a la cultura relacionada con los estereotipos de género que plantee otras posibles soluciones más allá de las puramente médicas.
Referencias
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- Carswell JM, Lopez X, Rosenthal SM. The Evolution of Adolescent Gender-Affirming Care: An Historical Perspective. Horm Res Paediatr 2022; 95(6): 649-656. Doi: 10.1159/000526721.
Cómo tener una vida sexual saludable
Una vida sexual saludable es un componente esencial de la salud y el bienestar general de las personas. La sexualidad es una parte natural y normal de la vida y es importante abordarla de manera libre, informada y consciente.
Qué es una vida sexual saludable
La salud sexual se puede definir de muchas maneras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad; no es simplemente la ausencia de enfermedades, disfunciones o dolencias. La salud sexual requiere un abordaje positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coacción, discriminación y violencia. Para alcanzar y mantener la salud sexual, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos”.
De igual modo, la sexualidad se puede definir como un aspecto central del ser humano, abarcando a lo largo de la vida el sexo, las identidades y roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se experimenta y expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad está influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. Por eso, la sexualidad de las personas depende mucho de su entorno y contexto vital.
Otro concepto a tener en cuenta es el de los derechos sexuales. Estos determinan la aplicación de los derechos humanos a la sexualidad y a la salud sexual. Los derechos sexuales protegen los derechos de todas las personas a realizar y expresar su sexualidad y disfrutar de la salud sexual y reproductiva, con el debido respeto por los derechos de los demás, en un marco legal de protección contra la discriminación. El derecho sexual de uno mismo implica tener en cuenta el derecho sexual de los demás.
Finalmente, el placer sexual puede ser concebido como la satisfacción y el disfrute físico y psicológico derivado de experiencias eróticas solitarias o compartidas, incluidos los pensamientos, los sueños y el autoerotismo. La autodeterminación, el consentimiento, la seguridad, la privacidad, la confianza y la capacidad de comunicarse y establecer relaciones sexuales con otros son factores clave que permiten que el placer contribuya a la salud y al bienestar sexuales.
El placer sexual debe ejercerse en el contexto de los derechos sexuales, en particular los derechos a la igualdad y no discriminación, la autonomía e integridad corporal. Las experiencias de placer sexual son diversas y los derechos sexuales garantizan que el placer sea una experiencia positiva para todos.
Puntos clave de una vida sexual saludable
Existen varios aspectos de la vida sexual que son relevantes para asegurar una vida y unas relaciones sexuales saludables. Los más relevantes son:
Una vida saludable
La salud sexual forma parte de la salud general. De este modo, una vida sexual saludable está estrechamente relacionada con un estilo de vida saludable. Mantén una dieta equilibrada, realiza ejercicio regularmente y duerme lo suficiente. Estos factores pueden tener un impacto positivo en tu vida sexual al mejorar la energía, la autoestima y el bienestar general. Una vida sexual sana depende de un cuerpo y mente sanos.
Educación sexual
La educación y el acceso a una información contrastada y basada en evidencias es fundamental para tener una vida sexual saludable. Lee libros, artículos científicos y documentos de fuentes fiables sobre sexualidad. Busca información sobre anatomía, fisiología sexual, anticonceptivos, prevención de enfermedades de transmisión sexual y técnicas que te puedan ayudar a mejorar el placer sexual. Consultar a profesionales del campo de la medicina y la sexología también te puede ayudar a tener una mayor y mejor información sobre el tema.
Conocimiento del propio cuerpo, autoaceptación y positividad corporal
En ocasiones, las dificultades o contratiempos a nivel sexual están relacionadas con la falta de conocimiento del propio cuerpo. El tabú de la sexualidad acompaña aún a muchas culturas e impide conocer correctamente nuestro propio cuerpo. Conocerlo y saber cuál es su funcionamiento y sus respuestas es esencial para disfrutar de él.
La aceptación de tu cuerpo y tu sexualidad puede mejorar tu autoestima, tu satisfacción sexual y la calidad de tus relaciones. Una baja autoestima y los complejos sobre el propio cuerpo pueden muchas veces impedir tener una vida sexual sana y satisfactoria.
Comunicación con la pareja
La comunicación abierta, honesta y efectiva es la base de una vida sexual saludable. Hablar abiertamente con la pareja sexual sobre tus deseos, necesidades, preocupaciones y límites es esencial para construir una relación sexual satisfactoria. La comunicación también implica escuchar y ser receptivo a las necesidades de tu pareja.
Consentimiento
El consentimiento mutuo, junto con el placer deseado, es fundamental en todas las interacciones sexuales. Ambas partes deben dar su consentimiento de forma libre y voluntaria. No se debe presionar ni obligar a nadie a participar en actividades sexuales contra su voluntad. Se debe respetar que el consentimiento pueda ser retirado en cualquier momento.
Prácticas seguras
El uso de métodos anticonceptivos de barrera como los preservativos pueden prevenir los embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual (ITS). Las revisiones periódicas y las pruebas para identificar ITS son importantes para mantener una vida sexual saludable, especialmente cuando se tienen múltiples parejas sexuales.
Cuidado del bienestar psicológico y la salud mental
El bienestar psicológico, la salud mental y la salud sexual están íntimamente conectados. El estrés, la ansiedad y la depresión pueden afectar la libido y la satisfacción sexual, algo que puede resultar muy habitual en nuestras actuales sociedades de vida acelerada. Por lo tanto, cuidar de tu salud mental puede mejorar tu vida sexual.
Recuerda que cada persona es única y que no hay una solo fórmula para una vida sexual saludable y placentera. Siempre es importante escuchar tus propias necesidades y respetar tus límites y los de tu pareja. Si tienes preocupaciones o dificultades, no dudes en buscar el apoyo de un profesional de la salud sexual o un terapeuta especializado en sexología. Deja la vergüenza a un lado y disfruta de la vida conociéndote a ti mismo.
Fuentes
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Controlar lunares y manchas en la piel
La piel humana es un órgano complejo y multifuncional que puede estar sujeto a diversas alteraciones, incluyendo la aparición de lunares y manchas. Estas marcas cutáneas pueden ser de origen congénito, si bien también pueden aparecer cuando existe una importante exposición al sol u otros factores ambientales. En determinados casos, es necesaria una evaluación adecuada para descartar posibles complicaciones.
Lunares o nevus de la piel
Los lunares son acumulaciones de melanocitos a nivel de la capa basal de la epidermis. Los melanocitos son las células cutáneas que producen melanina, el pigmento protector que le da color a la piel. Todas las personas presentan un número variable de lunares, aunque estos no cumplen una función específica. Se ha relacionado un aumento en el número de lunares y una mayor incidencia de cáncer cutáneo en las personas que han sufrido quemaduras en la infancia.
Los lunares pueden presentar un tamaño variado, desde puntos apenas perceptibles hasta pigmentaciones de más de 2 cm de diámetro.
La forma de los lunares también es diversa, encontrándose algunos planos, abultados, lisos, rugosos, etc. El color puede ser de color carne, rojo, diferentes tonalidades de marrón, gris azulado y negro.
El número y la forma de los lunares se relacionan con el riesgo de sufrir un melanoma. También son factores relevantes el tipo de piel, la predisposición genética y la exposición al sol, entre otros factores.
Es importante seguir la evolución que pueden experimentar los lunares y manchas de la piel, ya que una peca maligna puede evolucionar hacia la expansión con metástasis si no se diagnostica a tiempo.
La clasificación clínica y el uso de herramientas de imagen, como la dermatoscopia, son fundamentales para una evaluación precisa.
Lunares y melanoma
La mayoría de los lunares son benignos, pero algunos pueden presentar características atípicas que requieren una evaluación más exhaustiva para descartar la posibilidad de malignidad, es decir de melanoma. Se trata del tipo de cáncer de piel más peligroso que en sus inicios puede parecer un simple lunar.
En nuestro país son diagnosticados más de 6.000 casos de melanoma cada año, según la Sociedad Española de Oncología Médica. Se trata de uno de los tumores que más está aumentando debido a los hábitos de exposición solar y a un mayor diagnóstico. El melanoma puede aparecer a cualquier edad y es algo más frecuente en mujeres.
En cuanto a la relación entre lunares y cáncer, los lunares no son en sí peligrosos, si bien pueden aumentar el riesgo de padecer melanoma en personas que tienen muchos lunares adquiridos. Solo una cuarta parte de los melanomas surgen de un lunar ya existente, por lo que la gran mayoría aparecen sobre piel normal.
Las personas que presentan lunares de nacimiento de gran tamaño y las que tienen antecedentes familiares de melanoma también presentan un riesgo mayor.
Otros factores que incrementan el riesgo de melanoma son tener la piel y los ojos claros, haberse quemado con el sol de forma frecuente en la infancia y la juventud, y tener lunares atípicos.
Cuándo consultar al dermatólogo
Las personas con mayor riesgo deben observar periódicamente los cambios que puedan producirse en los lunares y acudir periódicamente al dermatólogo.
La técnica del ABCDE puede ser útil para saber si debemos realizar una consulta médica, cuando el lunar presenta (A) asimetría, (B) borde irregular, (C) color cambiante, (D) diámetro de más de medio centímetro y (E) evoluciona.
Otras señales que deberían propiciar la consulta con el dermatólogo incluyen el sangrado de un lunar con picor o dolor, la aparición de un halo rojizo en el lunar o su endurecimiento y descamación, o si se inflaman los ganglios de una zona cercana al lunar.
Tipos de manchas en la piel
Además de los lunares, en la piel pueden aparecer manchas debido a una amplia variedad de afecciones y situaciones. Además de la exposición solar, otras causas que pueden provocar la aparición de manchas en la piel incluyen procesos inflamatorios, tratamiento con algunos medicamentos como sulfamidas y tetraciclinas, y el contacto con algunos cosméticos.
Estas alteraciones pueden ser el resultado de cambios en la producción y distribución de melanina, la exposición solar, el envejecimiento cutáneo, factores hormonales y una predisposición genética.
Es esencial realizar un diagnóstico diferencial adecuado mediante la observación clínica y, en algunos casos, la biopsia cutánea para descartar condiciones graves.
Manchas por exposición al sol
La producción de melanina en la piel se relaciona con la exposición a la luz solar. Estas determinan la posible aparición de manchas por hiperpigmentación.
Las principales manchas de la piel causadas por el sol incluyen:
- El lentigo senil o actínico. Se trata de una respuesta de la piel a la radiación ultravioleta. Suele afectar a zonas expuestas normalmente a la luz del sol como cara, cuello, escote y brazos. Aparecen habitualmente a partir de los 50 años, relacionadas con un historial de exposición solar y quemaduras.
- El melasma. Son manchas marrones irregulares que aparecen en mujeres a partir de los 20 años, especialmente durante el embarazo o con la toma de anticonceptivos orales. Suelen afectar a la cara, cuello y antebrazos, especialmente durante el verano por la mayor exposición solar. El estrés también puede ocasionar cambios hormonales que provoquen la aparición de melasma.
- El melanoma. Es el cáncer de piel más peligroso y aparece como una mancha de distintos tonos que varía y evoluciona con el tiempo.
Cómo eliminar las manchas del sol
Existen diferentes técnicas médicas para reducir las manchas de la piel por hiperpigmentación. En primer lugar, se pueden minimizar las manchas gracias a la aplicación de cremas despigmentantes. Estas pueden contener diferentes agentes, como la hidroquinona, el ácido azelaico, los alfa-hidroxiácidos, los retinoides, el resorcinol, el ácido tranexámico, los corticosteroides tópicos, los antioxidantes tópicos y orales y las sustancias naturales con efecto despigmentante como los derivados del regaliz.
También se pueden aplicar tratamientos con láser, luz pulsada y la microdermoabrasión. Otros tratamientos como los peelings químicos y la terapia lumínica de baja intensidad son modalidades adicionales que han mostrado ser útiles como terapias coadyuvantes del tratamiento tópico.
Manchas blancas de la piel
Otro tipo de manchas relacionadas con la pigmentación de la piel es el de las manchas blancas. Frente al exceso de melanina que aparece en manchas como el melasma, también pueden producirse defectos de pigmentación.
Las manchas blancas de la piel pueden aparecer a cualquier edad, siendo más visibles en personas de piel oscura. En algunos casos, pueden responder a patologías y afecciones de la piel, suponiendo además un problema a nivel estético.
Las manchas blancas pueden estar causadas por lesiones producidas por tratamientos o traumatismos de la piel y por afecciones cutáneas como el vitíligo, la psoriasis, la dermatitis atópica e infecciones por hongos. Con el envejecimiento de la piel también pueden aparecer manchas blancas por agotamiento de la capacidad de producir melanina.
Eliminar las manchas blancas cutáneas
Cuando las manchas se deben a una infección, el tratamiento contemplará medicamentos que eliminen al microorganismo causante de las manchas.
En el caso de afecciones que cursen con despigmentación de la piel como el vitíligo, se pueden emplear fotosensibilizantes que ayuden a estimular la producción de melanina en las zonas deficitarias.
En el caso de las manchas blancas por pérdida de la capacidad de la producción de melanina pueden indicarse tratamientos con antioxidantes por vía oral para intentar frenar la aparición de nuevas manchas.
Evaluación y manejo de lunares y manchas de la piel
El abordaje de los lunares y las manchas de la piel implica una evaluación clínica completa, teniendo en cuenta la historia del paciente, los factores de riesgo y los hallazgos dermatoscópicos. Para los lunares atípicos, se pueden aplicar reglas clínicas y algoritmos de diagnóstico para determinar la necesidad de realizar una biopsia o seguimiento estrecho. En cuanto a las manchas de la piel, el manejo puede incluir el uso de agentes despigmentantes, el láser y otros tratamientos específicos según el diagnóstico establecido.
Además, los cuidados y la prevención de afecciones de la piel deben contemplar elementos como la fotoprotección de forma habitual, limitando el tiempo de exposición al sol y usando los protectores solares adecuados. Así mismo, es importante una alimentación saludable, incluyendo una ingesta suficiente de vitaminas y antioxidantes (carotenos, polifenoles, vitamina C y E, etc.), así como de vitamina D. Finalmente, se deben contemplar unos cuidados mínimos de la piel, incluyendo una correcta higiene, hidratación y protección.
Ante cualquier signo o lesión de la piel siempre es recomendable consultar con el Dermatólogo.
Fuentes
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Importancia del hierro en el embarazo
Durante el embarazo, el cuerpo de una mujer experimenta cambios significativos para proporcionar un ambiente óptimo para el desarrollo y crecimiento del feto. Uno de los nutrientes que desempeña un papel crucial durante esta etapa es el hierro. Se trata de un mineral indispensable para la formación de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno en el organismo. Con el embarazo la demanda de hierro aumenta, por lo que la dieta de la mujer embarazada debe contener un aporte adecuado para asegurar su propia salud y la del feto en gestación.
Importancia del hierro en el embarazo
El hierro es uno de los nutrientes importantes durante el embarazo, ya que en esta etapa aumenta el volumen de glóbulos rojos y, en consecuencia, los requerimientos de este mineral. Existe un riesgo elevado de anemia ferropénica por la mayor demanda que se produce. De este modo, los niveles de hierro del feto dependen del suministro materno, siendo un elemento esencial para el desarrollo de los órganos en formación.
Una ingesta adecuada de hierro durante el embarazo es crucial para prevenir su carencia. La cantidad recomendada de hierro para mujeres embarazadas se aproxima a los 30 miligramos al día. Principalmente, se puede obtener hierro de fuentes alimentarias como carnes rojas, aves, pescado, legumbres, espinacas y semillas como la quinoa y la chía.
Anemia y embarazo
La deficiencia de hierro es una de las deficiencias nutricionales más comunes en el embarazo y puede tener consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé.
La anemia ferropénica es muy frecuente en las mujeres embarazadas, especialmente en el segundo y tercer trimestre de la gestación y también después del parto. Las estimaciones señalan que el déficit de hierro durante el embarazo puede afectar a una de cada cinco embarazadas, pudiendo llegar a una de cada tres durante el tercer trimestre de gestación.
Por otro lado, la principal causa de anemia en embarazadas en España es el déficit de hierro, llegando a alcanzar el 90% de los casos. De este modo, muchas gestantes necesitarán suplementos de hierro, aunque una alimentación adecuada podría prevenir la anemia por deficiencia de hierro en el transcurso de la gestación.
Se debe asegurar el aporte de 30 mg de hierro al día durante el embarazo en las gestaciones únicas y 60 mg diarios en las gestaciones múltiples. Durante la lactancia el aporte total debe ser de 15 mg/día.
Además de la dieta, se recomiendan suplementos de hierro oral a dosis bajas a partir de los cinco meses de gestación en las mujeres en las que existen unas reservas inadecuadas de hierro. Sin embargo, la suplementación con hierro en mujeres sanas que presentan una alimentación adecuada y con unos niveles normales del hierro no es necesaria y puede no ser inocua, aconsejándose en todo caso unos suplementos ajustados a las necesidades individuales.
La anemia por deficiencia de hierro durante la gestación puede tener consecuencias negativas para la salud de madres e hijos. En las formas más graves se pueden producir consecuencias negativas para la gestación, existiendo un mayor riesgo de aborto y de parto pretérmino, bajo peso al nacer (con un aumento de la mortalidad perinatal), así como un incremento del riesgo de infecciones puerperales por una afectación de la función inmunológica.
Además, la deficiencia de hierro y la anemia durante la gestación se verán agravadas tras el parto, debido a las pérdidas de sangre que se producen. De este modo, la anemia posparto puede afectar a la mitad de las mujeres dentro de las 48 horas posteriores al alumbramiento. Para poder prevenir estas situaciones, las gestantes deberían llegar al último trimestre del embarazo con las reservas de hierro en óptimas condiciones, es decir, con unos niveles de hemoglobina mayor o igual a 11 mg por dl de sangre.
Otro de los efectos de la deficiencia de hierro es la interacción negativa entre la madre y el niño. De este modo, los niños nacidos de madres con deficiencia de hierro tienen un menor desarrollo en las funciones cerebrales, abarcando al ámbito cognitivo, motor, emocional y neurofisiológico.
Una vez analizados los resultados analíticos por parte del ginecólogo, este podrá recomendar la necesidad de suplementos de hierro y de las vitaminas implicadas en el metabolismo del hierro, como la vitamina B9 (ácido fólico) y B12.
Síntoma de hierro bajo
Los síntomas de unos niveles bajos de hierro que no llegan a niveles de anemia son inespecíficos. En todo caso, la disminución de las reservas corporales de hierro puede dar lugar a la aparición de fatiga.
Por el contrario, cuando se desarrolla anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropénica), los síntomas suelen ser más específicos y pueden aumentar con la severidad de la anemia.
En cualquier caso, los síntomas de la anemia en los casos más leves pueden pasar inadvertidos dentro de los síntomas generales que se experimentan por el propio embarazo. De este modo, una mujer embarazada con niveles bajos de hierro puede presentar cansancio, palidez, mareos, disminución de la capacidad cognitiva, síntomas depresivos y mayor riesgo de infecciones. En casos más severos, pueden aparecer palpitaciones, dificultad para respirar y dolor en el pecho.
Dieta para el embarazo: alimentos ricos en hierro
Una dieta adecuada para el embarazo debe incluir alimentos ricos en hierro, como carnes rojas magras, carne de ave, pescado y moluscos. Además, las opciones vegetales comprenden sobre todo las legumbres y verduras como espinacas y acelgas, frutos secos y semillas.
El hierro que proviene de los productos de origen animal (hierro hemo) se absorbe mejor que el de origen vegetal. Para aumentar la absorción de hierro de las fuentes vegetales y de los suplementos es recomendable consumirlos junto con alimentos ricos en vitamina C (cítricos, frutos rojos y kiwis, entre otros). En cambio, el calcio puede reducir la asimilación de este mineral.
Fuentes
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