Relajarnos y aliviar ciertos dolores musculares sin acudir a un profesional también es posible. Hay algunos trucos sencillos que podemos aplicar en casa para aliviar mareos y dolores punzantes en la zona cervical. Te explicamos cómo puedes realizar un automasaje para conseguirlo.

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Una mala postura, un esfuerzo inesperado o el estrés en el trabajo pueden provocar cervicalgia o dolor en las cervicales. Entre los síntomas más comunes de esta dolencia encontramos un dolor localizado en el cuello, rigidez en los músculos o dificultad para mover la cabeza. En ocasiones, ese dolor se extiende a la cabeza, los brazos o la espalda. Incluso podemos percibir un hormigueo en los dedos de la mano.

Un profesional siempre nos ayudará a aliviar esa tensión en las cervicales, aunque también podemos masajear la zona con nuestras manos.

En qué consiste el automasaje

Deshacernos de los dolores musculares nos ayuda a mantener el cuerpo equilibrado. Una forma de conseguirlo es mediante el automasaje, que consiste en tratarse uno mismo. Los dedos, las manos y los codos serán nuestras herramientas principales. También podemos utilizar objetos tan simples como una pelota de tenis o un rollo de espuma.

Antes de empezar con el masaje, debemos relajarnos. Para ello, eliminaremos la tensión y el estrés a través de una respiración profunda y lenta. Únicamente podremos realizar un automasaje efectivo, una vez hayamos realizado varias respiraciones de este tipo.

El objetivo es trabajar toda la musculatura cervical superficial y profunda: músculo trapecio y transverso; escápula y músculos romboides, en la parte inferior de la nuca (implicados sobre todo en los dolores de la zona cervical baja).

Beneficios del automasaje

Un automasaje bien aplicado tiene muchos beneficios:

  • Reduce el estrés y libera la tensión.
  • Ayuda a mejorar la circulación sanguínea.
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Descontractura y alivia del dolor.

Técnicas de automasaje

Existen numerosas técnicas de automasaje que puedes probar para relajarte y aliviar los músculos doloridos: automasaje facial, de la espalda, del cuello, de los pies, de las manos, de las muñecas, de los hombros, etc.

Estas son tres formas sencillas de realizar el masaje:

1. Automasaje de hombros y laterales del cuello:

  • Utiliza la mano izquierda para masajear el hombro derecho y el lado derecho del cuello.
  • Comienza con algunos movimientos circulares suaves, frotando el músculo con los dedos índice y medio.
  • Finaliza con un masaje más firme, apretando los músculos de los hombros y el cuello entre el pulgar y otros dedos. La presión que ejercemos no debe producir dolor intenso.
  • Cambia de lado y utiliza la mano derecha para masajear de la misma forma el hombro izquierdo y el lado izquierdo del cuello.

2. Automasaje de la parte posterior del cuello:

  • Coloca dos o tres puntas de los dedos en la parte posterior del cuello.
  • Aplica presión firme durante unos 10-30 segundos.
  • Suelta cuando sientas el músculo más relajado.
  • Gira los hombros hacia delante y hacia atrás lentamente.
  • Repite tres veces más.

3. Automasaje en los hombros:

  • Coloca los dedos de la mano derecha sobre el hombro derecho (el trapecio superior quedará debajo de la palma de la mano).
  • Aprieta el trapecio superior tres veces. Pasa los dedos por el músculo desde el exterior y avanza hasta la base del cuello.
  • Repite varias veces.
  • Haz el mismo ejercicio en el lado izquierdo.

4. Con pelota de tenis o elemento similar (siempre blando):

  • Colócate de espaldas a la pared, un poco separado, con los pies separados a la distancia de la cadera.
  • Agáchate con la espalda recta y las rodillas flexionadas.
  • Coloca la pelota entre la pared y la parte superior del hombro.
  • Levántate lentamente, presionando contra la pared y dejando que la bola ruede lentamente por los músculos a lo largo de un lado de la columna vertebral. Cuando encuentres el punto que te duele, detente y espera a que el dolor disminuya.
  • Invierte el proceso y cambia de lado.

Recuerda que el automasaje te ayudará si el dolor que sientes es leve. Pero, si te resulta extremadamente incómodo, es intenso, persiste durante varios días sin alivio, se extiende a los brazos o las piernas y está acompañado de debilidad o entumecimiento, consulta con un especialista para que descarte una afección médica más grave.

Nuestro cuerpo es similar a una máquina que tenemos que cuidar y mimar. Si lo haces, te sentirás mucho mejor.

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FUENTES:

  • Mayo Clinic
  • Asociación Americana de Terapia de Masajes (AMTA)
  • Fisionline