El yogur es un derivado lácteo que se obtiene por la acción de unas bacterias que fermentan la leche. En el interior de cada yogur, hay más de 100 millones de bacterias “buenas”, además de proteínas, vitaminas y minerales. Los beneficios del yogur son incuestionables. Por eso los expertos recomiendan que forme parte de toda dieta equilibrada.

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Tipos de yogur

Los primeros datos sobre el yogur aparecen Mesopotamia, unos 4000 años antes de Cristo. Como muchos alimentos su aparición fue casual, pues parece ser que los pueblos nómadas, que transportaban la leche fresca en sacos de piel de cabra, observaron que debido al calor, la leche fermentaba y formaba una pasta semi sólida, que se podía consumir y que no sólo no hacía daño sino que podía aliviar algunos síntomas digestivos. A lo largo de muchos siglos esta leche fermentada se fue acercando a Europa, concretamente a la zona de Bulgaria, pero no fue hasta el siglo XX cuando verdaderamente se popularizó su consumo.

Como consecuencia de las bacterias que fermentan la leche, parte de la lactosa se convierte en ácido láctico, de modo que el yogur pasa a ser un alimento más fácil de digerir y apto para personas con problemas para tolerar la lactosa.

Hoy en día existen varios tipos de yogur:

  • Yogur natural, sin azúcar, azucarado o edulcorado: Es el yogur básico obtenido de la fermentación láctica gracias a la acción del Lactobacillus delbrueckii bulgaricus y Spreptococcus Thermophilus. La leche de inicio puede ser entera o desnatada.
  • Yogur con frutas, zumo u otros alimentos como semillas, cereales, chocolate…. Es un yogur natural, desnatado o entero al que se le añaden más alimentos.
  • Yogur de sabor o aromatizado. Es un yogur desnatado o entero con aromatizantes añadidos con sabores a frutas, como plátano, fresa, limón… o a flores como la vainilla.
  • Yogur pasteurizado después de la fermentación, que consigue que su conservación sea más larga y no necesite frío.
  • Yogur griego que se filtra para eliminar el suero y por ello tiene mayor consistencia.
  • Yogur con probióticos, a los que se les ha añadido Lactobacillus Casei o Acidophilus, o Bifidobacterium bifidus, que ayudan a equilibrar la flora intestinal y pueden igualmente ser enteros o desnatados, naturales o de sabores.

beneficios del yogur interior

 Beneficios para la salud y valor nutritivo del yogur

  • Contiene minerales importantes como el calcio, que fortalece los huesos, el potasio que reequilibra balance hídrico y favorece la contracción muscular, el magnesio o el fósforo que favorecen al sistema nervioso, o el zinc que interviene en la mineralización de los huesos, y en el sistema inmunitario.
  • Es muy rico en vitaminas del grupo B, que intervienen en el metabolismo y en la obtención de energía, regeneran las células y nos protegen frente a infecciones.
  • Contiene también vitamina A, que es un antioxidante y vitamina D esencial para la absorción del calcio.
  • Estabiliza la flora intestinal, gracias a las bacterias que contienen y que como hemos apuntado hacen de él un alimento más digestivo.
  • Es bueno para cuidar la piel, tanto por dentro como si se utiliza por fuera, formando parte de cremas y ungüentos. El ácido láctico tiene propiedades calmantes y regeneradoras.
  • Previene la aparición de osteoporosis, y fortalece también el esmalten dental y la uñas.
  • Mejora el aspecto del cabello y su crecimiento.
  • Protege las mucosas de los ojos, previniendo la aparición de ciertos problemas oculares como ceguera nocturna.
  • Favorece el tránsito intestinal, y es recomendable tanto en procesos de estreñimiento como en dietas limpias tras unas gastroenteritis.
  • Contiene las proteínas de la leche, por lo que puede ser un alimento esencial en deportistas.
  • Si quieres controlar el peso, puedes consumirlo desnatado, porque el aporte calórico es muy bajo (apenas 45 calorías,) pero sigue conservando todas sus propiedades.

Consume dos yogures al día y complementa tus necesidades recomendadas de lácteos diarios con algo de queso o una taza de leche.

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