Puede que hayas oído el término Blue Monday para describir el tercer lunes de enero como el día con más depresión del año, pero la realidad es que es solo una treta de relaciones públicas, que ha sido desmentida por psicólogos y psiquiatras. Sin embargo, sin quererlo, llaman la atención sobre un trastorno que se da con más frecuencia en invierno y en los países con poca luz solar: el trastorno afectivo estacional, también conocido como depresión invernal.

Por el Dr. Pedro L. González, especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública y periodista científico

Por qué surgió el Blue Monday

El día más triste del año fue ideado en 2005 por una agencia de relaciones públicas para hacer la campaña de ventas de unas líneas aéreas y lo atribuyeron a un estudio realizado por Cliff Arnall, por aquel entonces psicólogo de la Universidad de Cardiff.

Incluso desarrollaron una fórmula para calcular cuándo era más probable que la gente estuviera deprimida y reservara unas vacaciones. Algunos de los factores que medía la fórmula eran el tiempo, la situación económica de la gente tras las vacaciones de Navidad y la falta de motivación.

Sin embargo, este supuesto estudio ha sido cuestionada y muchos psicólogos han criticado el fenómeno por trivializar la depresión. El psiquiatra Dean Burnett, también de la Universidad de Cardiff, lo explicó muy claro diciendo que «no existe una depresión de 24 horas, como una gripe. La salud mental no funciona así y la idea de que lo haga es, en realidad, bastante perjudicial”.

Salir fuera de casa a disfrutar de la naturaleza, es un buen método para luchar contra el trastorno afectivo estacional.

Síntomas del trastorno afectivo estacional

Aunque el Blue Monday se ha desacreditado como un mito, lo cierto es que el trastorno afectivo estacional (TAE) es real, según se ha descrito en varios estudios. A todo nos afectan en alguna medida los cambios de estación y hay épocas del año en las que notas cambios en tu estado de ánimo o tus patrones de sueño y de alimentación.

Pero si tus sentimientos interfieren en tu vida cotidiana, puede ser un signo de que tienes algo más serio, y si siguen apareciendo en la misma época del año, un médico puede diagnosticarlo como trastorno afectivo estacional. De hecho, este problema se da también en verano, aunque se caracteriza más por el insomnio y la ansiedad.

El TAE afecta sobre todo a personas de entre 20-35 años de edad y el doble en mujeres que en hombres. Se calcula que lo padece entre el 1 y el 10% de la población, siendo más frecuente en países de latitud norte como Finlandia, Suecia y Noruega, donde se ha esgrimido la falta de luz solar como motivo primordial.

Los psiquiatras apuntan a que la alteración del ritmo circadiano (el reloj interno del organismo), la sensibilidad de la retina a la luz, el metabolismo anormal de la melatonina (que media para inducir el sueño ante la ausencia de luz) o una menor secreción de la serotonina (que regula el estado de ánimo), están detrás del trastorno afectivo estacional de otoño e invierno.

Sin embargo, un estudio publicado en el 2013 en la revista Journal of Affective Disorders, sugiere que en realidad no hay ninguna variación estacional en la depresión en la población general, y que cualquier estudio que lo sugiera podría haber sobrestimado su frecuencia total.

Qué hacer si te pones triste con el cambio de estación… 

Vivir con un trastorno afectivo puede ser difícil, pero investigadores canadienses han descrito lo que puedes hacer para ayudarte a afrontarlo. Aquí tienes algunas ideas, pero recuerda que a cada persona le funcionan cosas diferentes en momentos distintos:

  • Anota tus síntomas, incluyendo cuándo empiezan y si hay cosas concretas que los desencadenen. Esto podría ayudarte a notar cualquier patrón.
  • Prueba algunas técnicas de relajación. Aprender a relajarte puede ayudarte a cuidar tu bienestar cuando te sientas estresado, ansioso u ocupado.
  • Sal al aire libre, a un espacio verde. Eso puede ayudarte a sentirte más en contacto con tu entorno y benefíciate de la luz natural.
  • Haz ejercicio, es el mejor remedio contra el estrés y la depresión.
  • En verano, hidrátate bien y protégete del sol con sombreros y gafas o pasando el tiempo de más calor en interiores.

El reto de la medicina clínica es el reconocimiento de estos trastornos y su tratamiento con luminoterapia (exposición a la luz a cierre frecuencia) como terapia para prevenir los episodios depresivos en personas con susceptibilidad a las variaciones estacionales.

Fuentes:

  • Blue Monday: a depressing day of pseudoscience and humiliation. The Guardian. Dean Burnett, doctor of neuroscience
  • Fonte, A., Coutinho, B. Seasonal sensitivity and psychiatric morbidity: study about seasonal affective disorder. BMC Psychiatry 21, 317 (2021). https://doi.org/10.1186/s12888-021-03313-z
  • Two longterm studies of seasonal variation in depressive symptoms among community participants. David C.R.Kerrab et al Journal of Affective Disorders Volume 151, Issue 3, December 2013, Pages 837-842
  • Melrose S. Seasonal Affective Disorder: An Overview of Assessment and Treatment Approaches. Depress Res Treat. 2015;2015:178564. doi:10.1155/2015/178564