Los celos y la envidia son dos conceptos que suelen confundirse a menudo y utilizarse como sinónimos. Sin embargo, manifiestan emociones distintas. A continuación, te explicamos cuáles son las principales diferencias.

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Sentimientos negativos

Tanto los celos como la envidia pueden causar sentimientos de inseguridad. Pero es más probable que la primera emoción desencadene enojo y resentimiento, y la segunda provoque tristeza y un deseo de cambio. Ambos estados pueden aparecer a la vez. Por ejemplo, cuando alguien se siente celoso, también puede envidiar a la persona que lo hace sentir celoso.

Habitualmente, sentir estas emociones no tiene nada de malo, especialmente si nos incitan a trabajar más y a mejorar en ciertos aspectos de nuestra vida. Tampoco promueven problemas de salud mental. Sin embargo, en algunos casos sí que fomentan el descontento y la angustia, conducen al resentimiento y a la amargura y generan en nosotros actitudes que, en condiciones normales, no llevaríamos a cabo.

Celos y los problemas que provocan

Los celos suelen describirse como el miedo a perder algo (la pareja, un amigo, un ascenso en el trabajo…). Es un sentimiento de posesión sobre algo que ya tenemos o más bien una emoción anticipatoria, ya que buscan prevenir la pérdida.

Algunos comportamientos celosos son sutiles, imperceptibles, pero otros desencadenan sentimientos más fuertes. Las señales que nos indican que podemos tener celos incluyen:

  • Ir hacia una persona o situación que interfiere en algo que nos importa.
  • Resentimiento hacia un amigo que no puede pasar tiempo con nosotros.
  • Dificultad para sentirnos felices por un compañero de trabajo que recibe lo que desea.
  • Sentimientos de aversión hacia una nueva persona en la vida de un ser querido nuestro.

Es normal sentir celos en algún momento de nuestras vidas. El problema comienza cuando estos sentimientos son muy fuertes y tienen una base más profunda relacionada con la autoestima, la confianza o el control.

Las personas podemos ponernos celosas por varias razones: rivalidad entre hermanos, inseguridad, perfeccionismo, problemas de confianza o pura competencia entre amigos. No solo se centran en la esfera romántica.

 

Celos o envidia Que es la envidia

Qué es la envidia

La envidia se refiere a una emoción provocada por querer algo que alguien tiene (un coche más nuevo, por ejemplo) y nosotros no tenemos. Es un sentimiento de descontento con respecto a las ventajas, posesiones o rasgos de alguien como la belleza, el éxito o el talento.

La envidia no acostumbra a depender de la presencia de una relación cercana, sino que se experimenta como respuesta a la suerte de otra persona. El objeto de la envidia puede ser la riqueza, un atributo físico como la fuerza o la belleza, una cualidad emocional como el carisma o un estatus social como la popularidad o la fama.

Por tanto, para que la envidia aparezca, se deben cumplir tres condiciones:

  • Enfrentarnos a una persona (o personas) con una cualidad, logro o posesión.
  • Desear esa cualidad para nosotros mismos o que la otra persona carezca de ella.
  • Sentir dolor por la emoción deseada.

Normalmente, las cualidades de los demás no causan el dolor de la envidia, sino que se trata de un sentimiento de inferioridad y frustración provocado por la falta de confianza en nosotros mismos.

Cómo evitar tener celos o envidia

En los celos y en la envidia puede haber un elemento de frustración. Es posible reconducir la situación o aligerar estos sentimientos con los siguientes consejos:

  • Reconocer tus sentimientos: la envidia suele aparecer de forma espontánea, por tanto, controlarla es muy difícil. Pero negar este sentimiento solo nos perjudicará. Debes aceptarlo y trabajar para convertirlo en algo positivo.
  • Detectar el origen: la envidia y los celos suelen originarse en nosotros mismos, no en los demás. Aunque moverse en un ambiente competitivo o con grandes expectativas personales aumenta la posibilidad de desarrollar envidias.
  • Potenciar nuestra autoestima: una persona segura de sí misma es más difícil que sienta envidia. En cambio, las personas con baja autoestima o inseguras siempre se comparan con los demás, suelen mirar más hacia fuera (las otras personas) que hacia dentro.
  • Evitar las comparaciones: la ambición no debe convertirse en la comparación constante con los demás, debe servir para motivarnos para lograr nuestros objetivos. No es lo mismo admirar que envidiar.
  • Buscar el lado positivo de las cosas: tener una mirada positiva frente a la vida es una buena manera de disfrutar de las pequeñas victorias, de valorar lo que consigues.

Tal como recuerda Cicerón, “nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro”.

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Fuentes:

  • Asociación Americana de Psicología (APA)
  • Psychology Today