La depresión es una enfermedad médica que afecta de forma negativa a cómo nos sentimos, cómo pensamos y cómo actuamos. Te explicamos cuáles son los síntomas que delatan que una persona está realmente deprimida, no triste, y te ayudamos a afrontar una depresión.

En AXA Health Keeper nos gusta cuidar de tu bienestar. Pregunta a nuestros psicólogos. Puedes registrarte aquí.

Qué es la depresión

La depresión provoca sentimientos de tristeza y pérdida de interés hacia actividades con las que antes solíamos disfrutar. Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), la depresión puede conducir a sufrir una variedad de problemas emocionales y físicos y a disminuir la capacidad de realizar tareas cotidianas.

Según la Academia estadounidense de Médicos de Familia, una persona padece una depresión cuando sufre los síntomas todos los días, durante todo el día y, al menos, durante dos semanas o más.

Este trastorno mental afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y puede convertirse en un problema de salud serio, sobre todo cuando se prolonga en el tiempo y es de intensidad moderada a grave.

No debe confundirse depresión con sentirse triste. Los sentimientos de tristeza o dolor en respuesta a situaciones como la muerte de un ser querido o el final de una relación son normales. El proceso de duelo en estos casos es normal. Además, a menudo, los sentimientos de tristeza están entremezclados con recuerdos positivos. Sin embargo, en la depresión, el estado de ánimo no varía.

Síntomas de la depresión

Los síntomas de una depresión pueden variar de leves a severos. Se dividen en dos tipos: emocionales y físicos. Los emocionales incluyen:

  • Pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban.
  • Sentimientos de tristeza.
  • Sentirse culpable o inútil.
  • Pensar en la muerte o el suicidio.

Los síntomas físicos suelen ser:

  • Cambios en el apetito, pérdida o ganancia de peso.
  • Problemas para dormir o dormir demasiado.
  • Pérdida de energía y aumento de fatiga.
  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
  • Tener dolores y molestias que no mejoran con tratamiento.
  • Dolores de cabeza, de espalda o problemas digestivos.

No todas las personas deprimidas experimentan estos síntomas. Para un diagnóstico de depresión mayor, además de un estado de ánimo bajo, varios de estos síntomas deben ser persistentes.

Causas de la depresión

Hay varias causas que pueden explicar la depresión. Diferentes investigaciones sugieren que es una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales como situaciones estresantes, y psicológicos.

Se puede producir un desequilibrio de sustancias químicas en el cerebro. Es decir, que en ocasiones puede ser que no haya suficientes “mensajeros químicos” (neurotransmisores) que transmitan señales desde una neurona hasta la siguiente. Estos “mensajeros” o neurotransmisores pueden ser la serotonina, la noradrenalina o la dopamina, que afectan a nuestro estado de ánimo.

Así, ese desequilibrio químico en el cerebro puede estar causado por:

  • Genética: la depresión puede ser hereditaria. El riesgo es mayor si tenemos algún familiar que ha padecido o la padece.
  • Factores ambientales: la depresión puede estar provocada por situaciones estresantes en nuestra vida, como la muerte de un ser querido, un divorcio, una enfermedad crónica o la pérdida de un trabajo.
  • Medicamentos o alcohol: tomar ciertos medicamentos o abusar de drogas o alcohol también puede conducir a la depresión.

A este respecto, es importante destacar que la debilidad personal o la falta de voluntad no promueven la aparición de la depresión.

Cómo combatir la depresión

En general, la depresión no se puede prevenir. Sin embargo, hay algunos cambios en el estilo de vida que pueden mejorar nuestro estado de ánimo y ayudarnos a relajarnos y a minimizar los síntomas. Pero la depresión sí puede tratarse y, cuanto antes empecemos el tratamiento, más efectivo será.

En general, la depresión se trata con:

  • Antidepresivos: son medicamentos que tratan la depresión. Pueden ayudar a mejorar la forma en la que nuestro cuerpo usa ciertos químicos que controlan nuestro estado de ánimo o el estrés. Es posible que se tengan que probar varios medicamentos distintos antes de encontrar el que mejore nuestros síntomas y el que tenga menos efectos secundarios. Los antidepresivos suelen tardar en funcionar de dos a cuatro semanas. Hay varios tipos de antidepresivo, cada uno actúa sobre un neurotransmisor distinto. Los medicamentos deben tomarse según lo prescrito por el médico, incluso si los síntomas han mejorado, para prevenir una recaída.
  • Psicoterapia: las terapias psicológicas o conversacionales incluyen la terapia cognitivo-conductual, la interpersonal y la psicodinámica. En casos leves de depresión, las psicoterapias son la primera opción de tratamiento. En casos moderados y severos, pueden usarse junto con antidepresivos. Pueden hacerse en sesiones individuales, con un terapeuta o en grupo.
  • Terapias de estimulación cerebral: se reserva para depresiones mayores de gravedad y cuando se cumplen ciertos requisitos médicos. Solo si los medicamentos no reducen los síntomas, este tipo de terapia puede ser una opción, tal y como informa el Instituto Nacional de Salud Mental (NIH). La terapia electroconvulsiva consiste en una serie de sesiones durante varias semanas. No es dolorosa y no se sienten los impulsos eléctricos. Antes de comenzar, el médico aplicará anestesia y relajante muscular.

Si crees que puedes estar sufriendo una depresión, empieza por acudir a un especialista. Determinará cuál es el mejor tratamiento a seguir.

¿Quieres conocer tu nivel de estrés? Puedes hacerlo con nuestro test 
de estrés aquí.

Fuentes:

  • Asociación Americana de Psiquiatría (APA)
  • Organización Mundial de la Salud (OMS)
  • Academia estadounidense de Médicos de Familia
  • Instituto Nacional de Salud Mental (NIH)