Las relaciones de pareja no siempre son fáciles. En ocasiones, las discusiones por cualquier motivo pueden deteriorar la relación. Pero, afortunadamente, es posible solucionar los problemas que puedan surgir y mantener una relación saludable. Te explicamos cómo.

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Problemas de pareja

Las relaciones de pareja obligan, en ocasiones, a afrontar pequeños desafíos que las ponen a prueba. Por ejemplo, dejadez en las pequeñas cosas del día a día, celos, pérdida de deseo o falta de comunicación.

También las parejas aparentemente más felices tienen sus más y sus menos. Porque las discrepancias existen y, aunque cada relación es distinta, hay una serie de problemas que comparten la mayoría: niños, trabajo, dinero… Los pequeños desacuerdos son parte de cualquier relación.

El problema es que estos vayan asociados a comportamientos destructivos, a discusiones, a gritos o al uso de críticas personales. Discutir de forma constructiva puede ayudarte a resolver los desacuerdos mucho mejor porque te acerca a lo que puede sentir tu pareja, escuchar su punto de vista y empatizar.

Aunque resolver los problemas de pareja de forma saludable puede ser complicado (sobre todo porque los factores proceden de muy diversas fuentes), es posible reconducir la situación y recuperar la relación solucionando los pequeños conflictos cotidianos.

Cómo superar una crisis de pareja

Seguro que, en más de una ocasión, te has planteado cómo arreglar todo lo que no funciona. Te ayudamos con algunos consejos.

  • Hablar y comunicarse. La comunicación es una pieza clave en todas las relaciones. En el caso de la pareja, es fundamental y debemos hacerlo en muchos ámbitos de nuestra vida, no solo cuando se trata de los hijos o de los problemas en el hogar. Trata de encontrar unos minutos al día para hablar de aquellos temas más personales que te permitan mantener el contacto con la otra persona. Hablar de los problemas es fundamental. Y debes saber hacerlo: escucha atentamente lo que la otra persona tiene que decirte. Intenta ser empático y entender lo que intenta decirte.
  • Buscar soluciones. En una discusión solemos focalizar la atención en los problemas, en lo que está mal. Pero la mejor actitud es orientarnos hacia la búsqueda de soluciones para encontrar salidas más eficaces. Cuando cedemos en algo, solemos pensar que perdemos la batalla; pero en muchos casos es la mejor solución, además de ser un síntoma de madurez e inteligencia frente a un problema.
  • En algunos casos puede ser que la pareja esté descompensada, es decir, que uno quiera solucionar el problema y el otro no. Es muy importante que haya colaboración por las dos partes y que se vea el problema como algo que debe compartirse. No se puede dejar en manos de la otra persona todo el peso de un conflicto, por pequeño que sea.
  • Buscar espacio para la pareja. A menudo, entre los niños, el trabajo y los compromisos sociales es difícil encontrar momentos para la pareja. Los expertos recomiendan salir de la rutina y probar cosas nuevas: ir a cenar a un sitio diferente, a bailar, hacer deporte juntos… La intimidad es un componente fundamental de las relaciones de pareja, por tanto, reservar tiempo y dedicarlo a lo que más apetezca ayuda a la convivencia.
  • Deshacerse de problemas pasados. No sirve de nada, si cada vez que discutes, tienes una lista de reproches que hacer a tu pareja. Por eso, es importante ir solucionando los problemas a medida que vaya apareciendo. Dejarlos pendientes solo provoca que vuelvan a salir una y otra vez.
  • Ser respetuoso. El objetivo de toda relación es que las personas involucradas estén bien juntas, seguras y tranquilas. Es importante cultivar la paciencia y la amabilidad, y pedir lo mismo de la otra persona. Si esto no es posible, es mejor dejar pasar un poco de tiempo y esperar a que se calmen los nervios.

Recuerda que en los conflictos de pareja no hay ganadores ni perdedores. Construir un vínculo fuerte y sólido va más allá del logro o la pérdida.

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FUENTES:

  • Asociación Americana de Psicología (APA)
  • Mayo Clinic