El temor a que no nos quieran puede esconder un trastorno emocional más profundo.

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Qué es el  complejo de Wendy

El complejo o síndrome de Wendy es la necesidad de satisfacer a los otros (pareja, hijos o amigos), olvidándose de uno mismo.

Fue el psicólogo Dan Kiley quien acuñó el término por primera vez en 1984 para describir a aquellas personas que actúan como padre o madre con su pareja o con la gente más próxima, liberándoles de la asunción de sus propias responsabilidades.

En el cuento de Peter Pan, Wendy tomaba las decisiones y cuidaba del resto de niños del país de ‘Nunca Jamás’, mientras Peter Pan fantaseaba, sin asumir riesgos, logrando sus triunfos gracias a los esfuerzos de su amiga. Según el Colegio Oficial de Psicólogos de Las Palmas, el de Wendy es un síndrome más frecuente entre las mujeres, que suelen justificar las «niñerías» de esos adultos incapaces de crecer emocionalmente.

Síndrome de Wendy. Causas

El miedo a no ser aceptadas es la principal causa pero, junto a otras variables (como ser mujer, estilos educativos o rasgos de personalidad) puede desembocar en el dilema de Wendy.

 – Miedo al rechazo o abandono: el temor a ser rechazadas hace que estas personas cumplan los deseos de otros, asumiendo responsabilidades que nos les pertenecen y sobrecargándose ellas mismas.

– Influencias culturales: una educación sexista que realza el rol de la mujer como cuidadora y responsable de las tareas familiares puede incrementar las probabilidades de padecerlo.

– Baja autoestima: personas que tienen un concepto bajo de sí mismas, provocando que su autoestima se resienta y afectando a su bienestar emocional. Esto, unido a la necesidad de afecto, puede dar lugar a este trastorno y a otros estados depresivos.

– Necesidad de seguridad: el comportamiento de Wendy no es altruista, sino que responde a una necesidad de sentirse respaldada. El miedo a que nadie le quiera es lo que le lleva a ser extremadamente servil con los demás.

– Dependiente emocionalmente: las personas con este complejo difícilmente controlan el rumbo de su vida, por eso intentan controlar la vida de los otros. Es bastante común que una madre Wendy tenga un hijo con síndrome de Peter Pan.

– Experiencias vividas: con frecuencia el origen del síndrome se encuentra en el pasado familiar de la persona, en el que se sintió apartada y desprotegida, por lo que en la edad adulta compensa la falta de protección asumiendo el rol de los padres ausentes que no tuvo.

Cómo superar el miedo al rechazo

El primer paso para solucionar este problema es tomar consciencia, admitir que hay un problema y buscar ayuda. Lo más recomendable es ponerse en contacto con un especialista (psicoterapeuta o psicólogo experto en emociones), quien puede ayudar a tratar:

– Aprender a ‘decir no’: entrenar a la persona en sus habilidades interpersonales para ‘decir no’, poner sus límites y delegar tareas.

– Quererse más uno mismo: darlo todo por los demás sin tenerse en cuenta puede provocar un gran vacío e incluso desarrollar otras enfermedades psicosomáticas. El psicólogo puede ayudarle en la búsqueda de herramientas para ganar fortalezas y afrontar el futuro con actitud positiva.

– Perder el temor a ser rechazada: hay que borrar esta idea de la mente a la persona y hacerle entender que el miedo a ser abandonada es una idea irracional e infundada.