Un estilo de vida individual poco saludable otorga hasta dos veces mayor probabilidad de contagiarse del coronavirus. Diversos estudios realizados al inicio de la pandemia ya apuntaban a esta relación, pero ahora un ensayo clínico de causa-efecto lo ha corroborado. El hallazgo tiene especial importancia para el cuidado individual y la protección frente a la COVID19.

Por el Dr. Pedro L. González, especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública y periodista científico

Según este estudio, realizado en el Wuhan Tongji Hospital, de Wuhan (China) el pasado otoño, la probabilidad de contagiarse es 1,56 veces mayor entre los que duermen mal y hasta 2,39 veces mayor entre los que hacen demasiada actividad física (5 veces por semana intensa) o la hacen en interiores mal ventilados.

Otros estudios previos de observación ya arrojaron estos resultados, cuantificando en más del 50% la proporción de infectados o con síntomas graves que no llevaban un buen estilo de vida.

En el ensayo clínico de Wuhan se ha visto también que una buena higiene de manos y la ingesta de frutas a diario reducen significativamente la susceptibilidad a la infección. Las vitaminas inhiben gran parte de la respuesta inflamatoria de los mediadores de la infección y la higiene de manos antes y después de estar en lugares públicos asegura una barrera para el virus.

Paralelamente, al comparar el grupo de 105 pacientes del estudio con otro de 210 que sirvieron de espejo para contrastar las variables en investigación, se encontró que los hombres de mediana edad con alopecia androgénica tienen hasta 2,05 veces mayor probabilidad de infectarse. Se ha visto que la alteración hormonal reduce la capacidad de defensa frente a la infección por SARS-Cov2.

Mujer durmiendo bien en su cama - Vida saludable

Por qué ciertos hábitos aumentan el contagio de la COVID19

Hay varios hábitos poco saludables que aumentan significativamente la posibilidad de contagiarse y, además, tener sintomatología grave, según han documentado diversas investigaciones. Un repaso a los mismos nos ayudará a ser más conscientes del riesgo en la vida diaria:

  • La falta de sueño reduce la capacidad inmunitaria, al igual que las alteraciones emocionales, que pueden derivar en insomnio, que a su vez produce emociones negativas en círculo vicioso.
  • La actividad física es muy saludable practicada de acuerdo al estado de forma del sujeto, pero exagerar su frecuencia e intensidad como ha ocurrido durante los confinamientos, tiene el efecto contrario y reduce la capacidad del sistema inmunitario.
  • El consumo de tabaco hace más susceptibles a las personas a contraer la COVID19, dado que su función pulmonar está disminuida, además presentan hábitos higiénicos que los predispone al contagio y a la infección cruzada. Además, el consumo de tabaco genera una serie de efectos sistémicos que pueden encubrir la sintomatología típica del COVID-19, como por ejemplo la dificultad respiratoria, pérdida del gusto olfato y tos, por tanto, esto puede generar un retraso en la consulta por parte de los pacientes
  • La alimentación juega un rol fundamental, se ha descrito que una dieta alta en grasa inhibe la función del sistema inmunológico adaptativo y aumenta el estrés oxidativo, por lo que una dieta poco saludable puede amplificar el riesgo de infección.
  • Por otra parte, se ha demostrado clínicamente que las personas obesas presentan una mayor incidencia de contagio por coronavirus, como también son los que más requieren asistencia de ventilación mecánica.

Según el seguimiento oficial de la pandemia que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) a 12 de febrero de 2021 hay en el mundo107.423.526 casos confirmados de COVID19 y 2.360.280 muertos. Las variantes británica, brasileña y sudafricana se expanden con celeridad y mientras no haya un porcentaje suficiente de vacunados, la epidemia seguirá causando estragos personales y económicos.

Por tanto, queda patente que los estilos de vida saludable, unidos a las medidas de control del contagio (mascarilla, distancia interpersonal y lavado de manos) son el mejor escudo protector frente a la infección.

Fuentes:

The impact of individual lifestyle and status on the acquisition of COVID-19: A case—Control study. Chang Gao, et al. Published: November 5, 2020

https://doi.org/10.1371/journal.pone.0241540

Lifestyle Medicine During (and After) the COVID-19 Pandemic. Smirmaul BPC, Chamon RF, de Moraes FM, et al. American Journal of Lifestyle Medicine. 2021;15(1):60-67. doi:10.1177/1559827620950276

Lifestyle risk factors, inflammatory mechanisms, and COVID-19 hospitalization: A community-based cohort study of 387,109 adults in UK. Mark Hamer, et al. Brain, Behavior, and Immunity, Volume 87, 2020, Pages 184-187. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2020.05.059.