De acuerdo con los conocimientos acumulados hasta el momento el uso de mascarillas por los niños fuera de casa es necesario en todas las ocasiones. Además de disponer de mascarillas adaptables para los niños, es imprescindible un trabajo de concienciación y entrenamiento en su uso por parte de los padres y de la escuela, con el fin de obtener la cooperación del niño.

Por el Dr. Pedro L. González, especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública y periodista científico

Está establecido que la infección por coronavirus se transmite en un porcentaje que ronda el 30%  por persona asintomática. También entre los niños. Un estudio basado en observaciones sobre 36 niños hasta 16 años que tenían conformada la infección por coronavirus, reveló que al menos 10 casos (el 28% del total)  eran asintomáticos. Resultados similares han sido encontrados en estudios con grupos de hasta 171 niños, de los cuales 27 (el 15,8%) no tenían síntomas.

Por otro lado, al revés de lo que ocurre con los adultos, casi la mitad de los niños tienen síntomas leves que no requieren intervención de un médico, lo que hace que no se diagnostiquen como COVID19 pero pueden contribuir así a la diseminación del virus.

El virus se transmite por gotitas de saliva que salen durante la tos o el estornudo, o que aún siguen activas en superficies u objetos contaminados, con variaciones en su capacidad invectiva, según las horas que han transcurrido o el tipo de superficie. Sin embargo, los resultados preliminares de algunos estudios aún no validados por la comunidad científica, indican que el virus también puede estar presente en el aire exhalado al hablar o respirar.

Hay distintos tipos de mascarillas para niños, desde las caseras hechas con algodón hasta las N95 de menor tamaño que solo se recomiendan para niños que convivan con agua familiar enfermo. Las más recomendadas por pediatras y agencias de salud pública son las quirúrgicas de tamaño infantil, desechables, que protegen al niño de inhalar gotitas potencialmente contaminadas.

Reglas de uso de mascarillas contra COVID-19 en los niños

Una regla general es que se recomienda cubrirse la cara cuando existe la posibilidad de que no pueda mantener un distanciamiento físico completo. No es obligatorio en niños menores de dos años, en los que sí se encarece el seguimiento de las normas de distanciamiento de otras personas.

En niños mayores que salen afuera para caminar o jugar en un área donde puede mantenerse a dos metros de distancia de otras personas -incluidos amigos del colegio o vecinos- que no son miembros de su mismo hogar, la normativa sugiere que no es necesario cubrirse la cara.

Si es imprescindible que el pequeño vaya a un lugar donde es difícil mantener una distancia física 1,5 a 2 metros de distancia de los demás en todo momento, como ocurre en la tienda de comestibles o la farmacia, entonces se recomienda utilizar una mascarilla.

Además de estas situaciones de uso, es importante establecer rutinas consistentes, así como ensayar y revisar lo que hay que hacer en distintas situaciones. Por ejemplo, lavarse las manos antes de quitárselas y conservar la mascarilla en lugar seguro.

Hay que dar a los pequeños suficiente tiempo para la transición entre actividades con el fin de que se sientan capaces y les ayude a dominar y reducir su nivel de ansiedad en nuevas experiencias.

Generar nuevos hábitos de higiene y salud contra la COVID-19

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Conseguir que los niños menores de 12 años utilicen la mascarilla de forma regular y en las ocasiones y llegares indicados, puede ser difícil, según una revisión efectuada en el European Journal of Pediatrics. Por ello, se hace necesario el trabajo de los padres en resistir el impulso de asumir que el niño va a responder negativamente al uso de una mascarilla. En lugar de eso, introduce la idea y pregúntale qué piensa.

Algunos niños pequeños pueden mostrar inquietud ante las mascarillas. Y pueden necesitar más apoyo y consuelo por parte de sus padres. Puede que les entusiasme una máscara con un patrón divertido o su color favorito.

Para abordar el proceso con éxito es recomendable seguir las siguientes pautas:

  • Ayudar al niño a acostumbrase a las mascarillas. En la medida en que sea posible, hay que dar al niño tiempo para practicar el uso de la mascarilla antes de que se la tenga que poner fuera de su casa. Enséñales cómo ponérsela y cómo quitársela.
  • Animar al niño a decorar su propia mascarilla. Eso le puede dar una sensación de propiedad y de que él controla la situación. Que su mascarilla tenga un toque personal puede hacer que la vea más como una parte normal de sus rutinas cotidianas y que tenga más ganas de llevarla puesta. Dependiendo del tipo de mascarilla que sea, los niños pueden dibujar o pegar adhesivos en ella.
  • Hacer la mascarilla en casa. Algunas telas no se tienen que coser y son fáciles de fabricar con materiales comunes en casa (camisetas, pañuelos, etc.).
  • Itroducir la mascarilla en el juego. Por ejemplo, jugando a médicos, que el niño o la niña simule ser una médica o un enfermero mientras lleva puesta la mascarilla. Eso ayudará a hacer que las mascarillas sean una parte normal de su vida cotidiana. Puedes pedirle a tu hijo que le ponga una mascarilla a un animal de peluche, y luego hacerle preguntas sobre por qué su peluche lleva puesta una mascarilla. En función de la respuesta que ofrezca, se le puede aclarar cualquier posible confusión o bien ofrecerle apoyo y seguridad.

Si aun así el niño se resiste al uso de las mascarillas o, por problemas de salud se le hace complicado su uso, es mejor que no la utilice. Un mal uso lleva a una potencial mayor contaminación con el virus y si el niño está molesto puede que se toque la cara con más frecuencia de la habitual. En ese caso, hay que reducir las salidas a lugares en que no se puede mantener a distancia al mínimo imprescindible.

En AXA Health Keeper tenemos una serie de artículos en torno a la COVID19 que te ayudarán a navegar mejor estos tiempos de pandemia. Infórmate con nosotros.

Fuentes