Los suplementos vitamínicos son un aporte extra para nuestro organismo y pueden suplir la falta de esas sustancias esenciales. Sin embargo, las vitaminas solo deben tomarse cuando realmente se necesitan. Te contamos en qué casos son efectivas y cuándo no.

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La sensación continuada de cansancio, la caída estacional del cabello, la necesidad de mejorar el aspecto de nuestra piel o de evitar un catarro pueden llevarnos a tomar suplementos, un aporte extra de vitaminas, cuyo consumo es muy habitual en países como Estados Unidos y, en Europa, una tendencia que va al alza.

Aunque las vitaminas están presentes en los alimentos, a veces sufrimos una carencia (o un exceso) que nos lleva a recurrir a estas cápsulas, que se venden en farmacias sin receta. A la larga, sin embargo, un uso indiscriminado y sin control médico podría causar problemas serios.

Tomar vitaminas, ¿cuándo es recomendable?

En los siguientes casos pueden utilizarse, aunque siempre es mejor consultar con un médico o un farmacéutico.

Embarazo y lactancia. En estas dos etapas, las mujeres necesitan más vitaminas y es habitual que el ginecólogo recete ácido fólico. Los bebés suelen necesitar un extra de vitamina D.

Personas enfermas o convalecientes. Quienes padecen una enfermedad o se han sometido a una cirugía pueden requerir un mayor aporte vitamínico.

Deportistas. Los suplementos con vitaminas A, C y E pueden ser muy útiles cuando se practica deporte de alta intensidad, de altitud o de impacto.

Tercera edad. El déficit de calcio, vitaminas B12 y D y ácidos omega 3 son habituales a cierta edad. La dificultad al comer también provoca carencias que pueden suplirse con suplementos.

Elevados niveles de estrés. Los suplementos de melatonina y vitaminas B pueden mejorar las situaciones de estrés y/o ansiedad.

Vegetarianos. Las personas que no consumen alimentos de origen animal suelen tener déficit de vitamina B12, por lo que en muchos casos recurren a suplementos que cubran esa falta.

Alimentos con vitaminas

¿Qué pasa cuando tomas vitaminas y no las necesitas?

Si se sigue una alimentación variada y equilibrada y no existe una deficiencia de vitaminas y/o minerales diagnosticada, no debe recurrirse a los suplementos.

Tampoco son útiles para mejorar las capacidades cognitivas y la memoria, según el Consejo Global de Salud Cerebral lobal Council on Brain Health (GCBH).

Asimismo, la ingesta de suplementos puede interferir con otros fármacos, por lo que es recomendable acudir a un profesional sanitario antes de empezar a tomarlas.

Repasemos cuáles son las vitaminas esenciales, en qué alimentos están presentes y qué riesgos puede conllevar una dosis inadecuada.

Vitamina A. Es clave para la salud de los ojos, los huesos y la piel. Se recomienda tomar 700 mg al día de esta vitamina, cuyo déficit puede provocar pérdida visual. Una sobredosis puede causar vómitos, fatiga y osteoporosis. La encontramos en zanahorias, espinacas y tomates.

Vitamina C. Estimula las defensas y es esencial para la cicatrización de heridas. La dosis diaria recomendada es de 90 mg. Una cantidad inferior podría originar escorbuto (empobrecimiento de la sangre). Un exceso ocasiona diarrea y problemas renales. Está en fresas, kiwis o brócoli.

Vitamina D. Favorece la absorción del calcio, esencial para la salud de dientes y huesos. La dosis diaria aconsejada es de 20 mg. Su carencia es habitual, pero el exceso puede causar fatiga, vómitos y piedras en el riñón. Está presente en el pescado azul, lácteos y huevos.

Vitamina E. Protege las células de los radicales libres. Se recomiendan 15 mg al día: menos, podría causar debilidad muscular y problemas de visión. Un exceso puede derivar en diarrea, náuseas y cansancio. El aceite de oliva virgen, las avellanas y el germen de trigo la tienen.

Vitaminas B3 y B6. Ayuda a formar glóbulos rojos y fortalece las defensas. La dosis diaria debe ser de 15 mg; menos puede causar problemas digestivos y dérmicos. Un abuso puede elevar la glucosa y provocar daño hepático. La consigues en aguacates, salmón, plátano y nueces.

¿Qué vitaminas debo tomar, si hay una indicación médica?

Los suplementos pueden tener distintos formatos.

Pastillas. Suelen incluir las vitaminas y minerales imprescindibles para el organismo y se presentan en forma de comprimidos o cápsulas.

Suplementos nutricionales. Contienen vitaminas, proteínas, hidratos de carbono y minerales y se presentan en forma de batidos o sopas.

Complementos con estimulantes. El ginseng y la guaraná pueden resultar efectivos para afrontar algunas situaciones de cansancio, fatiga y problemas de concentración.

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Fuentes:

  • Organización Mundial de la Salud
  • Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU