La dieta del cerebro no es otra dieta de moda. Se trata de educar a nuestro cerebro para comer mejor. Ser más consciente de los alimentos que ingerimos, buscar el placer en cuidarse y escuchar al propio cuerpo son algunas de sus premisas.
En AXA Health Keeper contamos con nutricionistas y endocrinos que te ayudarán a planificar un buen menú alimenticio. Consúltales.
La dieta del cerebro es el término coloquial que se usa en el ámbito de la nutrición para hacer comprender a la sociedad la importancia de ser consciente de lo que uno come.
Numerosas investigaciones han demostrado la relación que existe entre una dieta saludable y el buen estado físico y emocional de las personas.
Pero, la dieta del cerebro no es otro régimen restrictivo que prohíbe tomar ciertos alimentos. Más bien propone seguir un equilibrio, escuchando a las necesidades del propio cuerpo.
Qué es la dieta del cerebro
La dieta del cerebro es una nueva propuesta nutricional que pretende lograr una relación más sana con la comida, a través del entrenamiento de la mente.
El objetivo de este régimen es ser más conscientes de lo que comemos, cómo lo hacemos y aceptar aquellos alimentos que nos apetecen.
Muchos nutricionistas creen que adiestrar al cerebro y conseguir una relación más sensata con la alimentación puede ayudar a desterrar las dietas milagro, que tanto fracasan.
Se trataría de una alimentación más intuitiva, que puede ser una herramienta eficaz contra los antojos, los atracones y el efecto yo-yo de las dietas.
Y es que, cada vez más investigaciones han demostrado que restringir algunos alimentos solo hace que se quiera comer más.
Por lo tanto, la clave no está en decidir si un alimento es bueno o malo, sino en elegir, de forma consciente, el tipo de alimentación que se debe seguir por una cuestión de salud.
Por qué están unidos la alimentación y el cerebro
Nuestro cerebro trabaja duro las 24 horas del día, los 7 días de la semana, incluso mientras dormimos. Esto significa que necesita un suministro constante de combustible.
Ese combustible proviene de la alimentación, y lo que hay en esa combustible marca la diferencia. En otras palabras, y según la Escuela Médica de Harvard, lo que comemos afecta directamente la estructura y función del cerebro y también nuestro estado de ánimo.
Al igual que un coche, el cerebro funciona mejor cuando solo recibe ‘combustible premium’. Comer alimentos de alta calidad que contienen muchas vitaminas, minerales y antioxidantes nutre el cerebro y lo protege del estrés oxidativo (puede dañar las células).
Sin embargo, al igual que un automóvil, el cerebro puede dañarse cuando ingiere algo que no es combustible premium (como alimentos procesados o refinados).
Así, las dietas altas en azúcares refinados pueden perjudicar el cerebro. De hecho, la Universidad de Corea del Sur encontró que el consumo de comida rápida se relaciona con niveles más altos de depresión.
Tips dieta del cerebro
La dieta del cerebro no es una dieta convencional. No impone comer ciertos alimentos, ni cantidades ni horarios. Tan solo sugiere algunas premisas para cambiar de hábitos:
Atención. Presta atención a cómo te hacen sentir diferentes alimentos, ahora y mañana.
Prueba. Elimina los procesados y el azúcar durante dos semanas. Mira cómo te sientes.
Muévete. Haz deporte, baila, camina, ¡usa tu cuerpo!
Bebe. Toma agua durante todo el día, también infusiones. Y abandona los refrescos y alcohol.
Vacía la despensa. Límpiala de todo lo que no sea alimento del bueno.
Aprende a cocinar. Busca nuevas recetas para cocinar sano y rico.
Disfruta de la comida. Apaga el móvil, siéntate en la mesa y come saboreando cada bocado.
Momentos de placer. No te culpes por comerte un bombón. El secreto está en el equilibrio.
Escucha tu cuerpo. Para saber cuándo estás saciado y qué te conviene.
Medita. Incorpora técnicas emocionales y cognitivas para regularte emocionalmente.
Al comer despacio y evitar las distracciones, centramos la atención en el plato y le damos tiempo al cerebro para que mande al estómago la señal de saciedad.
La dieta del cerebro ayuda a controlar el ‘hambre emocional’, es decir, comer bollería cuando estamos tristes o ingerir un kilo de patatas fritas como recompensa por algún logro.
La alimentación no puede ser una herramienta para manejar emociones, ni como un premio ni como consuelo. Por eso, no es conveniente darle a nuestro hijo una piruleta por portarse bien, mejor ofrecerle un elogio y un abrazo.
Y es que es vital educar desde la infancia. Quizás a nosotros nos toque desaprender y reaprender lo aprendido. La comida es necesidad, es premio cuando es comida sana, y siempre el premio es cuidarse.
Cualquier momento es bueno para reeducarse con la comida y con la propia gestión emocional. Proponte que quieres cuidarte más y compártelo con los tuyos. La dieta del cerebro puede ser un buen comienzo. Sal, contacta con la naturaleza y sé paciente contigo.
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Fuentes:
Dieta del cerebro: cómo educar a la mente para comer bien y evitar los antojos. Redacción Zen. 16 marzo 2022. El Mundo. https://www.elmundo.es/vida-sana/estilo-y-gastro/2022/03/16/6231d101fdddffa1508b457e.html
Lee J, Allen J. Young women’s food consumption and mental health: the role of employment. BMC Womens Health. 2022 Mar 25;22(1):91. doi: 10.1186/s12905-022-01675-4. PMID: 35337300; PMCID: PMC8957117.
Nutritional psychiatry: Your brain on food. March 26, 2020. By Eva Selhub MD. Harvard Medical School. https://www.health.harvard.edu/blog/nutritional-psychiatry-your-brain-on-food-201511168626
Comer para darte una recompensa. Por Rafa Santandreu. Clara nº345. RBA Revistas, 2021.
Intestino sano, cerebro feliz. Cuerpomente nº344. RBA Revistas, 2021.

Dr. Pedro L. González
Responsable de la redacción/ supervisión de los artículos publicados en AXA Health Keeper.
Pedro Luis González es médico especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública, periodista científico (Col·legi de Periodistes de Catalunya) y tiene varios postgrados en ciencias del comportamiento, administración sanitaria y diseño de sistemas de salud.
Life Coach y conferenciante público, ha creado la Propuesta Habittude basada en la ciencia del comportamiento aplicada a la autogestión de la salud, creando diversos servicios digitales de gestión del bienestar y del estilo de vida como forma de resolver la crisis de la cronicidad en los sistemas sanitarios.
Representa a la Organización Europea de Medicina del Estilo de Vida (ELMO) en España y trabaja con diversos actores sanitarios en el avance del pensamiento innovador para el empoderamiento de los ciudadanos respecto a su propia salud.