Una alimentación inadecuada, el sedentarismo, la obesidad o enfermedades, como la diabetes y el colesterol alto pueden causar inflamación hepática. Conoce qué alimentos aconsejan incorporar a la dieta para reducir la grasa acumulada en el hígado. 

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El hígado graso o esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) es un síndrome caracterizado por la presencia de depósitos de grasa en el hígado en pacientes sin consumo de alcohol y en ausencia de otras causas de enfermedad hepática, según la Sociedad Catalana de Digestología.

Se trata de un trastorno hepático crónico, que afecta entre el 20-30% de la población en los países desarrollados y que puede ocasionar cirrosis y enfermedades cardiovasculares.

Qué es el hígado graso

El hígado es uno de los órganos vitales y el segundo más grande, después de la piel. Esta víscera realiza más de 500 funciones esenciales para nuestro organismo, como ayudar a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar sustancias tóxicas. 

En ocasiones, se acumula un exceso de grasa en las células hepáticas. Cuando supera el 5% del peso del hígado provoca esteatosis hepática no alcohólica (EHNA), más conocida como hígado graso. Es la forma más común de enfermedad hepática crónica, afecta a una cuarta parte de la población mundial y puede derivar en cirrosis hepática.

Causas del hígado graso

Existen varios factores que pueden favorecer el desarrollo del hígado graso. 

Obesidad. El exceso de peso puede causar inflamación, que, a su vez, estimula la acumulación de grasa en el hígado. El 70% de los pacientes sufre obesidad o diabetes tipo 2.

Grasa abdominal. La obesidad visceral, es decir, el exceso de grasa alrededor de la cintura, predispone a sufrir esta enfermedad hepática.

Diabetes tipo 2. Las personas que la padecen tienden a acumular más grasa en el hígado por la resistencia a la insulina. Existe relación entre el hígado graso y la diabetes mellitus tipo 2. 

Carbohidratos refinados. Tomar carbohidratos en exceso promueve la acumulación de grasa en el hígado, sobre todo en personas con sobrepeso y diabetes.

Bebidas azucaradas. Los refrescos y las bebidas energéticas son altas en fructosa, que puede provocar acumulación de grasa en el hígado en niños y adultos.

Problemas intestinales. Los desequilibrios en la flora del intestino y los problemas de salud en esa zona repercuten en el hígado. 

Síntomas del hígado graso

Habitualmente  la  enfermedad  hepática  por  depósito  de  grasa  no  suele  provocar  síntomas.

Algunos enfermos, sin embargo, notan cansancio, malestar general o dolor en la parte derecha y superior del abdomen.

  • Fatiga y debilidad
  • Dolor leve o hinchazón abdominal
  • Niveles elevados de enzimas hepáticas
  • Niveles elevados de insulina y de triglicéridos
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Ojos y piel de color amarillento (ictericia)

La sospecha diagnóstica de hígado graso se realiza ante la alteración de las pruebas de función hepática (generalmente aumento de las transaminasas) o bien por la presencia de alteraciones de la ecografía abdominal (hígado brillante, que es provocado por la grasa acumulada).

Sin embargo, el diagnóstico definitivo sólo puede hacerse mediante la práctica de una biopsia hepática.

Dieta para hígado graso 

Actualmente  no  se dispone  de  un  tratamiento  específico  para  la  enfermedad  hepática  por depósito  de  grasa. En los enfermos con obesidad o sobrepeso se recomienda perder peso modificando los hábitos dietéticos y estimular la realización de ejercicio físico.

Reducir la ingesta calórica. La pérdida de peso es una de las mejores maneras de eliminar la grasa en el hígado, sobre todo, si se tiene sobrepeso u obesidad. 

 No picar entre horas. Evitar ingerir alimentos entre comidas. Tratar de comer tres veces al día y, si se tiene hambre, optar por beber agua o tomarse una infusión.

Ácidos grasos poliinsaturados. La dieta mediterránea (rica en omega 3 y baja en grasas) ayuda a disminuir la grasa en el hígado. Aceite de oliva, nueces, frutas, verduras, legumbres y pescado. 

Alimentos permitidos. Son muy beneficiosos para el hígado el ajo y la cebolla, el aguacate, la vitamina C y D, salmón y atún. El café y el té verde también reducen la inflamación del hígado.

Alimentos prohibidos. Eliminar las bebidas azucaradas, porque favorecen la síntesis de triglicéridos en el hígado. Descartar carnes rojas, embutidos, bollería industrial, sal y alcohol. 

Menú semanal para hígado graso

Te proponemos uno para que te inspires, aunque las opciones son infinitas.

Desayuno. Empezar el día con un bol de frutas rojas con yogur bajo en grasas y un puñado de nueces. También sirve una tortilla con espinacas y una taza de café con leche desnatada. 

Comida. De primero, ensalada de brotes verdes con vinagreta. De segundo se puede comer salmón a la brasa con guarnición de brócoli y, de postre, un bol con piña natural o un kiwi. 

Cena. Un plato de judías verdes y unas tostadas con aguacate y queso bajo en grasas son dos opciones muy saludables y ligeras.

Como ves, la dieta juega papel fundamental para reducir el exceso de grasa en el hígado. No debemos olvidar acompañar los buenos hábitos alimentarios con la práctica de ejercicio físico, al menos cuatro veces a la semana semana durante media hora.

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Fuentes:

Obesidad y sobrepeso. 9 de junio de 2021. Organización Mundial de la Salud (OMS). https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight

¿Existe relación entre el hígado graso y la diabetes mellitus tipo 2? Pilar Buil Cosiales. Centro de Salud Azpilagaña (Pamplona). Junio 2015. https://www.redgdps.org/gestor/upload/GUIA2016/P57.pdf

Esteatosis hepática o hígado graso no alcohólico. Societat Catalana de Digestologia. http://www.scdigestologia.org/docs/patologies/es/fetge_gras_no_alcoholic_es.pdf