¿Te ha pasado alguna vez? Te has agachado para recoger algo del suelo y no has podido volver a ponerte derecho. Ibas a atarte los cordones y te has quedado doblado. Querías levantarte de un salto de la cama y no has conseguido separar la espalda del colchón. El dolor lumbar es agudo, intenso, reconocible y puede dejarte fuera de juego y te impida incluso ir a trabajar. Hoy queremos darte las claves para superar el dolor lumbar mediante tratamiento y cuidados.

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¿Qué es una lumbalgia?

Una lumbalgia, o simplemente un ataque de lumbago, es un dolor en la parte baja de la espalda causado por la lesión en las vértebras lumbares, en los discos intervertebrales o en los ligamentos, tendones o músculos que recubren la zona que va desde la columna dorsal hasta el sacro.

Muchas veces se dice: Me duelen los riñones, cuando en realidad nos referimos a un dolor de espalda, que puede no tener nada que ver con nuestros órganos internos.

Se denomina aguda si se produce de forma súbita y dura entre 3 y 5 días, y crónica si es recurrente y la molestia se alarga más allá de 3 meses.

¿Por qué se produce este dolor de lumbago?

Las causas son muy diversas y pueden abarcar:

  • Desgarros musculares.
  • Contracturas musculares.
  • Rotura de ligamentos.
  • Hernias discales.
  • Artritis o artrosis.
  • Fisuras vertebrales.
  • Ciática.
  • Estenosis.
  • Escoliosis o cifosis.
  • Osteoporosis.
  • Infecciones en la columna o infecciones del riñón.
  • Enfermedades ginecológicas, síndrome premenstrual y embarazo.

Pero además, son factores de riesgo que van a predisponer a la persona a sufrir un ataque de lumbago:

  • Una mala postura continuada, por permanecer sentado, caminando o de pie.
  • Uso de tacones muy altos o totalmente planos.
  • Carga de pesos excesivos.
  • Sobreesfuerzo físico.
  • Entrenamiento sin calentamiento previo ni estiramiento.
  • Sobrepeso.

Los síntomas de la lumbalgia pueden ser leves o llegar a ser muy invalidantes. Esto significa que se puede pasar de una simple molestia, dolor punzante o cargazón, a una disminución del movimiento o incapacidad de ponerse derecho, de pie, o levantarse de la cama.

lumbalgia interior

Tratamiento del dolor lumbar. claves para su cuidado:

  1. Reposo relativo. Al principio deberás suspender toda actividad, pero no es conveniente que permanezcas muchos días en cama, puesto que la zona lumbar debe ejercitarse para recuperar tono, fuerza y flexibilidad.
  2. Frío local al inicio, para aliviar el dolor y bajar la inflamación. Ten en cuenta que en los casos de contractura muscular el frío podría empeorar el dolor. Por eso es importante que sigas las indicaciones médicas. Después de los primeros días es recomendable aplicar calor seco que relaje la zona.
  3. Analgesia y tratamiento antiinflamatorio. También es posible aplicar pomadas de forma local que penetran en la piel y producen alivio a corto plazo. Existen también apósitos con propiedades antiinflamatorias, de eficacia moderada.
  4. Si el dolor se vuelve crónico se podría contemplar la posibilidad de infiltraciones de antiinflamatorios esteroideos en el espacio epidural.
  5. Ejercicios de calentamiento y estiramiento para fortalecer la zona y algo de trabajo aeróbico, sin impacto para volver a coger fondo. Siempre bajo las premisas de un entrenador personal que evite que te hagas daño.
  6. Cuidados para prevenir que vuelva a suceder
  • Evita el sobre peso.
  • Siéntate correctamente en la silla del trabajo con toda la espalda apoyada.
  • Coloca un cojín en las lumbares para que la zona no esté en el aire.
  • Levántate de la cama poco a poco.
  • En la cama acuéstate en posición fetal lateral con un cojín entre las piernas.
  • Evita acostarte y dormir boca arriba y procura que tu almohada no sea demasiado elevada para que tu cuello permanezca recto.
  • Realiza ejercicios para fortalecer el core. Como la gimnasia de mantenimiento.
  • Agáchate siempre doblando las rodillas y aprende a coger peso haciendo fuerza con los brazos.

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