La dopamina es el neurotransmisor catecolaminérgico más importante. Se trata de una sustancia química que actúa como mensajero entre las neuronas y está involucrada en multitud de funciones cerebrales y fisiológicas, entre las que destacan la atención, la regulación de la vigilia y el sueño y la memoria.
Qué es y cuáles son las funciones de la dopamina
La dopamina es un neurotransmisor que pertenece químicamente a la familia de las catecolaminas. Se encuentra biodisponible en diferentes regiones corticales, pero tiene mayor concentración en la corteza prefrontal del cerebro (encargada de la toma de decisiones) y en el hipocampo (encargado de la memoria, entre otras funciones).
La dopamina tiene un papel importante en la mayoría de las funciones ejecutivas, que son aquellas que nos diferencian como especie. Las funciones de la dopamina en el cerebro humano incluyen:
- El aprendizaje y la memoria.
- La motivación y los circuitos de recompensa.
- El sueño.
- El estado de ánimo.
- La atención.
- El movimiento y la actividad motora.
- La creación de leche materna en el embarazo por medio de la secreción de prolactina.
Una alteración en los niveles de dopamina puede generar muchos cambios en el sistema nervioso, dado su papel de neurotransmisor. De este modo, unos niveles disminuidos se asocian a dificultades para prestar atención, cambios en el estado de ánimo y dificultades para dormir.
Por el contrario, la dopamina elevada provoca hiperactivación motora y movimientos involuntarios como sucede en la enfermedad del Parkinson.
La dopamina en la activación patológica del cerebro
Los niveles alterados de dopamina en el cerebro pueden tener un impacto significativo en varias funciones cognitivas clave, particularmente en la memoria, el aprendizaje y la atención.
Por otro lado, numerosos estudios asocian los síntomas positivos de la esquizofrenia (delirios y alucinaciones) con el aumento de los receptores de dopamina en áreas concretas del cerebro. En este sentido, los antipsicóticos pueden ayudar a atenuar estos síntomas, proporcionando alivio a las personas afectadas.
En lo que respecta a la memoria, la dopamina desempeña un papel en la potenciación de la memorización a corto plazo y en la capacidad de retener información. Unos niveles adecuados de dopamina son importantes para una memoria saludable y un funcionamiento cognitivo óptimo.
En cuanto a la atención, se ha explorado la relación entre la dopamina y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Algunas investigaciones han observado una disminución de los receptores de dopamina en el cerebro en ciertos casos de este trastorno de la atención.
Participación de la dopamina y funciones cerebrales
Dopamina y placer
La dopamina en mayor medida, junto con otros neurotransmisores, es la encarga de los circuitos corticales de recompensa y placer. Cuando se está disfrutando de alguna actividad o situación, nuestro cerebro genera dopamina que determina la aparición de sensaciones de felicidad o euforia. En este sentido, las investigaciones relacionan la liberación de dopamina en determinadas regiones del cerebro como el núcleo accumbens y la sensación de placer y la motivación.
Este es el mismo principio por el que algunas drogas son capaces de generar placer de forma artificial. Sustancias como la cocaína, las anfetaminas o la nicotina mejoran la transmisión dopaminérgica en áreas cerebrales límbicas. Estas áreas son las destinadas a la generación de emociones y el uso de determinadas drogas puede aumentar la intensidad con las que las experimentamos.
H3: Dopamina y estado de ánimo
La dopamina también juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo. De hecho, una de las teorías explicativas para los trastornos emocionales o de ánimo se basa en una descompensación de neurotransmisores, entre los que se encuentra la dopamina.
De este modo, algunos trastornos del estado de ánimo, como la depresión y el trastorno bipolar pueden llevar asociadas alteraciones en los niveles de dopamina. Se ha podido observar que la disminución de la actividad dopaminérgica está relacionada con la aparición de síntomas depresivos, mientras que un aumento de dopamina puede estar implicado en episodios maníacos. Estos hallazgos respaldan la idea de que la dopamina desempeña un papel crucial en la regulación de los estados emocionales.
Dopamina en el ciclo sueño-vigilia
La dopamina desempeña un papel fundamental en la regulación del sueño, junto con otros neurotransmisores y hormonas como el cortisol y la noradrenalina. Durante el día, estos mensajeros bioquímicos se encargan de mantenernos activos y motivados. A medida que avanza el día y disminuye la luz, nuestro cuerpo deja de segregar dopamina, lo que permite que comience a generarse melatonina, la hormona del sueño.
En este sentido, los casos de insomnio pueden estar motivados por unos niveles elevados de dopamina, al inhibir la producción de la hormona del sueño.
Dopamina y funciones motoras
La dopamina actúa como un mensajero químico que facilita la comunicación entre las células nerviosas responsables del movimiento. La disminución en los niveles de dopamina en regiones específicas del cerebro, como la sustancia negra, se ha relacionado con la aparición de síntomas motores característicos de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson. Estos síntomas incluyen rigidez, movimientos lentos y temblores.
La levodopa −un aminoácido precursor de la dopamina− es uno de los medicamentos utilizados para aumentar los niveles del neurotransmisor. En enfermedades como el párkinson existe una disminución de dopamina en la corteza cerebral, por lo que el uso de L-DOPA, ayuda a aliviar los síntomas como los temblores y rigidez muscular.
Sin embargo, cuando se establece un tratamiento para aumentar los niveles de dopamina es preciso tener en cuenta que esta juega un papel en la adicción y el control de impulsos, pudiendo dar lugar a la aparición de comportamientos adictivos.
Niveles adecuados de dopamina, ¿cómo conseguirlos?
El estrés y su principal hormona asociada, el cortisol, tienen influencia en la actividad dopaminérgica. En situaciones de estrés crónico o prolongado, los niveles elevados de cortisol pueden afectar la liberación y reabsorción de dopamina, lo que tiene un impacto en la respuesta de recompensa y en la motivación.
De este modo, las actividades que reducen el estrés pueden contribuir a normalizar los niveles de dopamina. Entre estas se encuentran:
- Actividad física y deporte.
- Yoga.
- Meditación.
- Actividades de interacción social.
También un estilo de vida saludable, fomentando un buen descanso y una dieta saludable rica en alimentos vegetales y antioxidantes, pueden contribuir positivamente al mantenimiento de los niveles fisiológicos óptimos de dopamina.
Tratamientos para aumentar la dopamina
Es fundamental una dieta equilibrada y adoptar buenas rutinas de autocuidado personal antes de depender de sustancias exógenas, como la levodopa.
En este sentido, la síntesis de dopamina se produce principalmente a partir del aminoácido tirosina, el cual es no esencial y puede ser sintetizado por el organismo a partir de la fenilalanina. Alimentos como carnes rojas, pescado, huevos, productos lácteos y legumbres son fuentes naturales de fenilalanina, destacando su importancia como precursores para la producción de dopamina.
Es importante tener en cuenta que, durante eventos estresantes o emocionalmente intensos, es normal que los niveles de dopamina se vean afectados. Por lo tanto, en esos momentos es crucial mantener hábitos de vida saludables.
En situaciones en las que se requiera apoyo adicional, existen tratamientos farmacológicos como los antidepresivos o las benzodiacepinas, que pueden potenciar nuestra capacidad para manejar estos eventos. Sin embargo, es esencial que estos medicamentos sean recetados por profesionales de la salud que también se involucren en nuestro proceso de cambio.
En AXA Health Keeper, podemos ayudarte a resolver estas y otras preguntas relacionadas con cómo mejorar tu salud física y mental. Estamos aquí para brindarte el apoyo que necesitas.
Fuentes
- Berke JD. What does dopamine mean? Nat Neurosci 2018; 21(6): 787-793. Doi: 10.1038/s41593-018-0152-y.
- Berridge KC. The debate over dopamine’s role in reward: the case for incentive salience. Psychopharmacology 2007; 191(3): 391-431. Doi: 10.1007/s00213-006-0578-x.
- Wise RA. Dopamine, learning and motivation. Nat Rev Neurosci 2004; 5(6): 483-94. Doi: 10.1038/nrn1406.
- Colombo M. Deep and beautiful. The reward prediction error hypothesis of dopamine. Stud Hist Philos Biol Biomed Sci 2014; 45: 57-67. Doi: 10.1016/j.shpsc.2013.10.006.

Dr. Pedro L. González
Responsable de la redacción/ supervisión de los artículos publicados en AXA Health Keeper.
Pedro Luis González es médico especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública, periodista científico (Col·legi de Periodistes de Catalunya) y tiene varios postgrados en ciencias del comportamiento, administración sanitaria y diseño de sistemas de salud.
Life Coach y conferenciante público, ha creado la Propuesta Habittude basada en la ciencia del comportamiento aplicada a la autogestión de la salud, creando diversos servicios digitales de gestión del bienestar y del estilo de vida como forma de resolver la crisis de la cronicidad en los sistemas sanitarios.
Representa a la Organización Europea de Medicina del Estilo de Vida (ELMO) en España y trabaja con diversos actores sanitarios en el avance del pensamiento innovador para el empoderamiento de los ciudadanos respecto a su propia salud.