No hace falta salir a correr 10 km para perder calorías. El deporte nos brinda infinidad de opciones. Existen ejercicios lentos, suaves y efectivos para sudar sin dañar las articulaciones. Toma nota de la rutina que te proponemos y ponte en forma sin riesgos.

En AXA Health Keeper ponemos a tu disposición a nuestros entrenadores para que puedan facilitarte la rutina de ejercicios más adecuada. Consúltales.

Los entrenamientos cardiovasculares mejoran la coordinación, elevan el ritmo cardíaco y son muy prácticos para quemar grasa.

Sin embargo, algunos ejercicios pueden estresar el cuerpo y resultar agresivos para los huesos y las articulaciones, poniendo en riesgo nuestro bienestar (como correr o levantar pesas),

Para evitarlo, conviene alternar rutinas de alto impacto con otras de bajo impacto para lograr resultados óptimos y evitar posibles lesiones en tobillos, rodillas y caderas.

Diferencias entre alto impacto y bajo impacto

Ambas rutinas son beneficiosas para nuestra salud y estado físico, pero ejercen un efecto distinto sobre el organismo y no todos podemos llevar a cabo ambos entrenamientos.

Las rutinas de alto impacto implican movimientos más agresivos y un fuerte impacto sobre el cuerpo. Durante la práctica deportiva, los pies dejan de estar en contacto con el suelo y todo el peso corporal recae sobre sí mismo en el momento de la caída.

Correr, el aeróbic, saltar o el tenis son ejercicios de alto impacto con los que se queman más calorías y se mejora la densidad ósea. Aun así, los ejercicios de alto impacto no se recomiendan para quienes se recuperan de una lesión o sufren problemas articulares u óseos.

En el otro lado se encuentran las rutinas de bajo impacto, que consisten en movimientos fluidos que no resultan agresivos para las articulaciones. Normalmente ambos pies están en contacto con el suelo la mayoría del tiempo, lo que supone una presión inferior en zonas como los tobillos, las rodillas o las caderas.

Andar, ir en bicicleta, nadar o el yoga son ejercicios de bajo impacto, aptos también para personas mayores y para quienes no practican mucho deporte o se recuperan de una lesión.

Además, el entrenamiento de cardio de bajo impacto ayuda a quemar grasas, a aumentar la fuerza y la flexibilidad de las articulaciones y a mejorar la capacidad aeróbica.

De hecho, un estudio del Instituto de Educación Física y Deportiva de Túnez ha demostrado que el ejercicio cardiovascular de bajo impacto mejora la composición corporal, la condición física y los factores asociados al sobrepeso.

Tipos de ejercicios de bajo impacto

Los próximos ejercicios cardiovasculares de bajo impacto y alta intensidad pueden ayudarte a bajar de peso sin que se resientan tus articulaciones.

Bicicleta estática. Una actividad cómoda y sencilla con la que quemarás entre 500 y 800 calorías por hora, dependiendo de la agilidad con la que pedalees.

Remo. Acelerarás tu frecuencia cardíaca, mientras trabajas todos los músculos de la espalda, glúteos, brazos y piernas. Se queman unas 300 calorías en 30 minutos.

Sentadillas. Reforzarás piernas, glúteos y zona lumbar. Baja lo máximo con la espalda recta e intenta que las rodillas no sobrepasen las puntas de los pies cuando se flexionan.

Elíptica. Es una alternativa perfecta a las máquinas de correr, ya que son mucho más cómodas y tienen distintos niveles de esfuerzo.

Cardioboxing. Mantén las rodillas un poco dobladas, concéntrate en un punto en el aire e intenta golpearlo. Ayuda a liberar el estrés y tonificar el cuerpo.

Natación. Se trabajan todos los músculos del cuerpo y se pueden quemar más de 400 calorías por hora nadando a un ritmo entre bajo y moderado.

Subir escaleras. Es un ejercicio cardiovascular excelente para quemar calorías, unas 700 calorías por hora si las subes con agilidad.

Combinar ejercicios de alto y bajo impacto es una buena opción para quemar grasa sin poner en riesgo los huesos y articulaciones. Eso sí, para lograr mejores resultados es imprescindible combinar estos entrenamientos con una dieta sana y equilibrada, rica en frutas y verduras.

Si necesitas ayuda, acude a un entrenador personal para que te oriente sobre la rutina más adecuada para conseguir tu propósito de forma eficaz y segura.

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Fuentes: