La vuelta al trabajo después de unos días de vacaciones y de relax puede desatar lo que se conoce como depresión o síndrome post-vacacional. Se trata de un estado de ánimo pasajero que suele acompañarse de síntomas como cansancio y nerviosismo. Te explicamos algunos trucos para superarlo sin mucho esfuerzo.

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Síndrome postvacacional, ¿existe?

Se acaban los días en los que nos hemos olvidado del despertador, de las tareas rutinarias del trabajo y de tener que cumplir con un horario estricto. Con el mes de septiembre suelen acabarse las vacaciones para muchos de nosotros y la vuelta al trabajo y al colegio es inevitable.

Muchas personas experimentan durante esta época lo que se conoce como depresión post-vacacional (si bien no es exactamente una depresión) o síndrome post-vacacional. Está relacionado sobre todo con un periodo transitorio en el que suelen aparecer síntomas tanto físicos como psíquicos.

Se trata de un síndrome que abarca distintos síntomas emocionales pasajeros y que suelen aparecer con la reincorporación a la actividad laboral, según expertos de la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Forma parte de lo que los psicólogos denominan Trastorno Adaptativo, caracterizado por una respuesta a una situación de estrés. Cuando venimos de un periodo de descanso, es posible que no seamos capaces de responder a las demandas de la vuelta al trabajo. Forma parte, por tanto, de un proceso normal de adaptación.

Síntomas del síndrome postvacacional

El síndrome postvacacional suele aparecer después de que nuestro organismo haya estado relajado durante un tiempo, sin obligaciones ni horarios. Cuando esto se acaba, nuestro organismo puede responder con estrés hasta que consigue adaptarse de nuevo al cambio.

Los síntomas físicos del síndrome postvacacional más habituales son cansancio, fatiga, falta de apetito, somnolencia, falta de concentración, taquicardia, dolores musculares, sensación de falta de aire e insomnio.

Los síntomas psíquicos más frecuentes son nerviosismo, inquietud, tristeza, irritabilidad o falta de interés. En los casos más leves, estos síntomas duran de dos a tres días, aunque lo habitual es que se alarguen hasta las dos semanas, que es cuando el organismo consigue habituarse.

Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el síndrome post-vacacional suele afectar especialmente a personas:

  • De entre 40-45 años.
  • Que realizan un cambio brusco con el ritmo de vacaciones.
  • Que no están a gusto en el trabajo.
  • Que idealizan el periodo de vacaciones como un periodo de bienestar personal.

Si los síntomas no desaparecen al cabo de unos 15 días y se prolongan en el tiempo, será necesario consultar con nuestro médico. Determinará si es necesaria una atención especial.

Consejos para prevenir y superar el síndrome post-vacacional

Te contamos algunos de los principales factores para protegernos del síndrome post-vacacional:

  • Planificar la vuelta de las vacaciones 1 o 2 días antes: la idea de apurar las vacaciones hasta el último momento no es lo más correcto en estos casos. Es recomendable no volver de las vacaciones el día anterior a la vuelta de las vacaciones sino hacerlo un poco antes para tener tiempo de retomar nuestra actividad diaria poco a poco.
  • Adaptar las horas del sueño al horario habitual de trabajo: adaptar paulatinamente el horario de sueño a la nueva rutina para no notar un cambio brusco.
  • Retomar el trabajo de forma gradual: debemos evitar sobrecargarnos de trabajo nada más empezar y fijarnos pequeños retos cada día. Organizarnos y priorizar tareas nos ayudará a retomar el trabajo sin agobiarnos.
  • Seguir unos hábitos de vida saludables: la alimentación y el ejercicio regular nos ayudarán a reincorporarnos con más facilidad y a superar de forma más adecuada el estrés.
  • Adoptar una actitud positiva y constructiva: se trata quizás de uno de los aspectos más importantes que resaltan los psicólogos. Recrearnos demasiado en las molestias que supone volver al trabajo puede generar un estado de preocupación innecesario.
  • Planificar tareas y actividades placenteras después del trabajo: acabar las vacaciones no tiene porqué significar acabar con hacer aquello que nos gusta y nos apetece. Si encontramos el tiempo para poder realizarlas, la vuelta al trabajo será más placentera.
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FUENTES:

  • Universidad Complutense de Madrid (UCM)
  • Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)