Todos queremos ser felices y, más, después de vivir una crisis sanitaria como la del COVID-19. Pero ¿sabemos realmente lo que esto significa? ¿Somos capaces de ser auténticamente felices? Queremos darte algunas pistas para conseguirlo.

En AXA Health Keeper nos importa tu bienestar y, por ello, si necesitas ayuda puedes contar con nuestros psicólogos y mimarte por dentro. Puedes registrarte aquí.

Qué es ser feliz

¿Qué es la felicidad? Esta pregunta, que puede parecer muy simple, en realidad es bastante compleja. La felicidad juega un papel fundamental en nuestras vidas y puede tener un gran impacto positivo en la forma en la que vivimos. La mayoría de nosotros sabemos qué es la felicidad cuando la sentimos.

A menudo usamos el término para describir una variedad de emociones positivas que incluyen alegría, orgullo, satisfacción y gratitud. Pero ¿qué significa realmente ser feliz? ¿Cómo sabemos que somos felices? No se trata de sonreír todo el tiempo ni se deriva de tener mucho dinero, sino de la autoconfianza de sentir que estás en el camino en el que quieres estar.

Para descubrir qué significa ser feliz (una búsqueda importante tras este periodo de reclusión), pregúntate qué es lo importante para ti, cuáles son las cosas que te aportan más satisfacción y en qué te sientes más agradecido. A menudo, son las pequeñas cosas las que traen una gran alegría: revivir antiguas aficiones como la escritura o la fotografía o un deporte; pasar tiempo con los amigos o con la familia; cambiar un hábito insano por otro más saludable, etc.

Los psicólogos suelen referirse a la felicidad como un estado de ánimo provocado por pensamientos y sentimientos generalmente positivos. El afecto positivo contrasta con estados de ánimo bajos y negatividad.

Tras vivir la experiencia de reclusión en nuestras casas, parece fundamental hacer un esfuerzo para descubrir qué es lo que hace que nuestra vida sea más agradable. Es esencial para nuestro bienestar.

La psicología positiva de Seligman

Martín Seligman es un pionero de la psicología positiva. Mediante el uso de cuestionarios exhaustivos, Seligman descubrió que las personas más satisfechas y optimistas eran aquellas que habían descubierto y explotado una combinación de “puntos fuertes” como la humanidad, la templanza y la persistencia.

La conclusión de Seligman es que la felicidad tiene tres dimensiones que se pueden cultivar:

  • La vida agradable: se realiza si aprendemos a valorar y disfrutar placeres tan básicos como la compañía, el entorno natural, etc. La vida solo es realmente satisfactoria si descubrimos valor dentro de nosotros mismos. Se basa en una vida que persigue con éxito las emociones positivas sobre el presente, el pasado y el futuro.
  • La buena vida: este tipo de felicidad implica encontrar formas de usar nuestros mejores talentos. Es la felicidad que se deriva de ser buenos en algo y poder utilizar ese talento. Se basa en cultivar fortalezas y virtudes a través de actividades que nos gusta hacer.
  • La vida significativa: similar a la anterior, pero utilizamos nuestras habilidades para servir a un propósito superior. Encontramos una manera de contribuir a una causa que beneficia a otros.

La psicología positiva busca ayudar a las personas a adquirir habilidades para poder lidiar con las dificultades de la vida.

Fórmula científica de la felicidad

Hablar de la felicidad de una manera científica puede ayudarnos a comprender la química del cerebro y cómo influye en nuestro estado de ánimo. La felicidad también es una experiencia química.

Según las investigaciones en este campo, cuatro neuroquímicos, hormonas y neurotransmisores generados en el cerebro son los principales responsables de crear sensaciones y emociones que solemos asociar con la felicidad:

  • Dopamina: es la responsable del comportamiento impulsado por la recompensa y la búsqueda de placer. Las personas con un tipo de personalidad más extrovertida tienden a tener niveles más altos de dopamina que las personas con personalidades introvertidas. Puedes aumentar tus niveles de dopamina estableciéndote metas y consiguiéndolas.
  • Oxitocina: es el neuroquímico que nos ha permitido convertirnos en personas sociales. Nos hace sentir empatía. Es la hormona directamente relacionada con el vínculo humano. Realizar actividades en grupo es una excelente manera de mantener los lazos humanos y liberar oxitocina.
  • Serotonina: desempeña distintos papeles en nuestro cuerpo, de ahí que sea difícil etiquetarla. Suele denominarse la “molécula de la confianza”, la que permite ponernos en situaciones que refuerzan la autoestima. Ser capaz de decir: “¡Lo conseguí!” produce un ciclo de retroalimentación que refuerza nuestros comportamientos que desarrollan la autoestima, nos hacen menos inseguros.
  • Endorfinas: tienen propiedades analgésicas. Son producidas por la glándula pituitaria y el hipotálamo durante el esfuerzo físico extenuante. Las endorfinas se producen en grandes cantidades durante el entrenamiento de fuerza y cardio anaeróbico de alta intensidad.

Recuerda esta frase de Jean Paul Sartre: la “felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace”.

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Fuentes:

  • Harvard Medical School
  • Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. Institutos Nacionales de Salud.