Pesarse parece un proceso sencillo. Te subes a la báscula, ves lo que pone y te bajas. Pero no es tan fácil. Debes tener claro cada cuanto pesarte, cómo hacerlo y qué factores lo alteran. Te ofrecemos algunos consejos que te ayudarán a hacerlo de la manera correcta.

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Cuando tenemos el objetivo de perder peso o mantenernos tal como estamos solemos seguir un plan para lograrlo, que seguramente va más allá de contar las calorías de los alimentos y pesarnos en una báscula para controlar el progreso.

El hecho de subir a una báscula no significa que la estemos usando de manera productiva y que esta nos aporte información valiosa (como las calorías que debemos consumir al día). Los expertos coinciden en que, si queremos obtener datos veraces, no debemos utilizarla cuando queramos y de cualquier forma.

Cómo y cuándo pesarse correctamente

La báscula puede ser una herramienta útil en tu propósito de salud. Hay de varios tipos (analógicas o digitales) y con varias funciones. Desde las que miden, además de pesar, el porcentaje de grasa corporal o la frecuencia cardiaca. Pero, para controlar el peso, tener una balanza digital robusta, que nos indique con claridad y precisión los kilos, es suficiente.

Si queremos recoger información precisa y útil, es aconsejable saber cuándo y cómo pesarnos. Algunas pautas pueden ayudarnos:

Pésate una vez a la semana. Según la Escuela de Salud de Harvard, prestar demasiada atención a la báscula puede tener el efecto contrario. No obstante, pesarse una vez por semana (siempre a la misma hora) puede ayudar a controlar el peso sin obsesionarse. Hazlo siempre el mismo día de la semana, porque tu peso puede variar si una vez lo haces el viernes y la otra el lunes.

A primera hora de la mañana. El mejor momento para pesarte es a primera hora del día, después de ir al baño y sin ropa. Un estudio del International Journal of Obesity indica que la ropa puede sumar hasta un kilo. Por la mañana, el cuerpo ha tenido tiempo para digerir y procesar los alimentos. El peso fluctúa en el transcurso del día, no es lo mismo hacerlo a la mañana que por la tarde, después de comer.

Pésate siempre igual. Si un día te pesas sin ropa, a la semana siguiente debes hacerlo de la misma manera, porque si no estás alterando una variable que cambiará el resultado. Si te pesas vestido la segunda vez lo más probable es que te marque más peso, pero esto no significa que hayas ganado peso. Si te pesas vestido, intenta hacerlo siempre con la misma ropa.

Coloca la báscula en el suelo. Evita ponerla sobre una alfombra o una superficie inclinada o blanda porque puede darte una lectura inexacta y errónea. Apóyala sobre una superficie plana, uniforme y antideslizante.

Usa siempre la misma báscula. No todas son iguales, por tanto, si te pesas en la que tienes en casa, hazlo siempre ahí. Si lo haces otro día en el gimnasio o en la farmacia es probable que los números no te cuadren por diferencias de sensibilidad y calibrado. La forma más sencilla de calibrarla es ajustar el peso a 0 kilos sin nada encima.

Mantén la postura. Una vez te subas al aparato, mantente erguido y permanece quieto, con el peso distribuido de manera uniforme en ambos pies.

Aspectos que pueden modificar el peso

Tu peso puede cambiar hasta un kilo y medio en función de varios factores:

Lo que bebes. Durante el día, la ingesta de líquidos puede afectar la aguja de la balanza. Es posible que por la noche peses un kilo más, pero no tiene porqué significar que hayas engordado; lo más probable es que lo pierdas a través de la orina y el sudor.

El ciclo menstrual. Si eres mujer, mejor no te peses si tienes el periodo, ya que durante esos días retienes más líquidos, lo que hace que puedas pesar uno y tres kilos de más.

Si has hecho deporte o no. Si te pesas después de haber realizado ejercicio físico pierdes líquido, por tanto, la báscula te mostrará un resultado inferior al real. Trata de hacerlo antes de entrenarte o realizar una actividad física intensa.

El peso no es lo más importante para gozar de buena salud. Existen otros factores, como la masa muscular y la grasa corporal a tener en cuenta en la condición física general. Lo esencial es sentirse bien, estar activo físicamente y llevar una alimentación equilibrada.

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 Fuentes:

  • Harvard Medical School
  • International Journal of Obesity