Ya sabemos que el sol puede ser nuestro aliado, pero también nuestro enemigo. Las radiaciones ultravioleta también hacen daño en pleno invierno cuando practicamos deportes como el esquí o el snowboard. Te explicamos qué factor de protección solar usar en la nieve.
En AXA Health Keeper tenemos especialistas en dermatología que pueden asesorarte si tu piel necesita cuidados especiales. Pregúntales registrándote aquí.

Nieve y sol

El sol nos ayuda a sintetizar vitamina D, indispensable para absorber correctamente el calcio y fortalecer los huesos. Además, estimula la producción de linfocitos, dilata los vasos sanguíneos por lo que podría ayudar a reducir la presión arterial, mejora el aspecto de la piel y produce sensación de bienestar.
Pero tomar el sol sin protección, como ya sabes, tiene muchos más perjuicios que beneficios, ya que puede producir quemaduras, pérdida de elasticidad en la piel, arrugas, manchas y, cómo no, cáncer de piel.

¿El sol en la nieve es más perjudicial?

En alta montaña, a mucha altitud, la radiación ultravioleta llega menos filtrada y es más intensa. Además, la nieve refleja los rayos solares, hasta un 80%, lo que provoca un efecto espejo,  que multiplica la exposición.
Los expertos consideran que, por cada 300 metros de altitud, la radiación es un 5% más intensa.
Además, el frío y el viento favorecen que la piel se deshidrate y sea más frágil. En especial los labios que se agrietan y tienen más riesgo de quemarse.

Cuál es el mejor protector solar

Aunque vayas muy cubierto, y sólo expongas el rostro, es muy importante que tu protección sea lo más alta posible. El mínimo recomendado es de 30 SPF (factor de protección solar), para pieles oscuras que no se queman con facilidad. Lo mejor sería una crema con protección SPF50+ siempre.
Además de las cremas convencionales, existen productos específicos para la nieve, como barras para la protección de zonas más expuestas como nariz u orejas, cremas con color, o geles que evitan la deshidratación y protegen la piel del sol y del frío.
Para los niños también existen cremas con protección máxima, hipoalergénicas y sin parabenos, que cuidan de su piel más fina y sensible.
No te olvides repetir la aplicación cada dos horas y proteger también los labios, con labiales específicos untuosos y con protección solar de 50, que evitan que se resequen.
Aplica protector solar aunque esté nublado y aunque te parezca que el sol no quema, porque hace frío. Las quemaduras solares en la nieve pueden ser muy peligrosas precisamente por la sensación engañosa que produce el frío ambiental.
La aplicación de la crema solar debe ser unos 20 minutos antes de salir al sol, y debe repartirse uniformemente, sin olvidar orejas, nuca o párpados.
Sol y nieve

Sol, nieve y protección ocular

En la nieve es siempre muy recomendable utilizar gafas de sol. Deben ser de calidad, para asegurar una protección adecuada. El sol en la nieve, por la radiación más intensas y, como hemos apuntado, por el efecto espejo puede producir:

  • Queratitis solar o fotoqueratitis, que es una inflamación de la córnea, que produce dolor intenso, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, ojos rojos, fotofobia y disminución de la visión. Esta lesión suele aparecer en las primeras 12h tras haber estado al sol.
  • Lesiones en los párpados, como quemaduras.
  • Lesiones en la conjuntiva (por exposiciones repetidas y prolongadas, sin protección), que pueden llegar a ser graves, como enfermedades degenerativas, o carcinomas.
  • Lesiones en el cristalino que, a largo plazo podrían incidir en la formación de cataratas.

La comunidad europea tiene una normativa sobre gafas (EN 1836:2006) en la que se definen los niveles de menor a mayor protección (de 0 a 4). La mejor protección es la 4, que se recomienda para deportes de invierno como el esquí, el snowboard o la marcha nórdica. Estas gafas filtran, por lo menos, el 75% de la radiación ultravioleta y, al menos, el 50% de la radiación infrarroja (IR).
Es importante que tengan protecciones laterales para que los rayos no incidan por los lados y que se puedan sujetar a la cabeza. Si además están polarizadas, reducirán los reflejos en situaciones de mucha luminosidad.
Los filtros fotocromáticos cambian sus características de transmisión dependiendo de la radiación UV incidente. Suelen ser lentes grises que se oscurecen en situaciones de luz intensa.
Los filtros espejados están especialmente recomendados para practicar deportes en ambientes muy luminosos, como el esquí o el snowboard, ya que cuentan con un revestimiento en su superficie que les permite reflejar parte de la luz, impidiendo que esta llegue al ojo.
Lo más importante es que sean de calidad y preguntes a tu oftalmólogo y/o al óptico antes de elegirlas.
Disfruta de la nieve y todos los deportes que te ofrece sin poner en riesgo tu piel y tus ojos. En AXA Health Keeper encontrarás profesionales para asesorarte.