Las redes sociales se han convertido en parte integral de la vida cotidiana de muchas personas. La alimentación es uno de los ámbitos en el que han entrado con más fuerza. ¿Qué riesgos supone dejarnos llevar por las recomendaciones sobre nutrición de influencers? Te lo contamos con detalle.

En AXA Health Keeper te ofrecemos ayuda si la necesitas y te enseñamos a comer bien con nuestros endocrinos y nutricionistas. Regístrate aquí.

La difusión y el intercambio de contenido relacionado con la alimentación son frecuentes en las redes sociales. Los mensajes suelen tener un propósito simbólico en estas plataformas, pero a la vez esta comunicación también puede tener efectos, sobre todo, en los adolescentes.

Una simple ojeada por Instagram o Facebook nos mostrará no solo imágenes atractivas de recetas de cocina. Muchas veces, también encontramos información y consejos de salud y bienestar, en ocasiones, difundidos por influencers no cualificados que nos explican qué comen y cómo se entrenan.

Sea como sea el tipo de información que busquemos (cómo debe ser una alimentación saludable, los beneficios del veganismo, las dietas paleo, el vegetarianismo o si deberíamos comer más carbohidratos), la influencia de las redes sociales impulsa cada vez más las decisiones de nuestras elecciones alimentarias.

A menudo, nos encontramos con ideas contradictorias sobre dietas distintas, dejándonos un poco perdidos y confundidos.

Redes sociales y alimentación Principales riesgos

Los principales riesgos de las redes sociales y la alimentación

El uso generalizado de las redes sociales ha incorporado un cierto intrusismo en el ámbito de la alimentación. Aunque esto no puede parecer perjudicial en un principio, compartir consejos de salud y de alimentación que no estén respaldados por médicos y nutricionistas puede tener efectos negativos.

Los estudios realizados sobre la relación entre el uso de las redes sociales y sus efectos en la alimentación determinan que existe una fuerte asociación entre ambos. Uno de ellos, publicado en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, admite que las redes sociales combinan muchos de los aspectos visuales de los medios tradicionales como revistas con la oportunidad de que los usuarios interactúen y propaguen estereotipos que pueden generar preocupación sobre la alimentación y la imagen corporal.

La investigación, centrada en redes sociales como Facebook, YouTube, Twitter, Instagram, Pinterest o Linkedin, concluye que los adolescentes que pasan la mayor parte del tiempo en cualquiera de estas plataformas tiene un riesgo 2,2 veces mayor de tener problemas de alimentación e imagen corporal que los que no consultan tanto las redes sociales.

En líneas generales, algunos de los principales problemas que se detectan hoy en día sobre el uso de redes sociales e información sobre nutrición son:

  • Saturación de información: infinidad de perfiles en las redes sociales hablan de nutrición y alimentación, de los cuales muy pocos acreditan (si lo hacen) su formación. Bloggers, influencers, etc. son como los gurús de la autoayuda de la industria alimentaria, que brinda inspiración y motivación para una alimentación saludable y que nos dicen qué comer incluso cuando no tenemos tiempo para cocinar.
  • Intrusismo profesional: en el ámbito de la alimentación ocurre algo que difícilmente se detecta en otros campos de la salud, es decir, que cualquier persona sin preparación académica ni formación realiza una actividad de asesoramiento nutricional. Muchas veces son personas que han seguido un plan de dieta y les ha funcionado y asesoran a las demás.

Cuanta más información, menos informada está la población y más confundida y desorientada se siente en temas como el de la alimentación.

Nutrición basada en la evidencia

Las redes sociales son una plataforma con múltiples ventajas. Sin embargo, debemos elegir bien la información para no tomar elecciones equivocadas o permitir que se altere nuestra relación con los alimentos.

  • Sigue a profesionales de la salud y dietistas: busca información nutricional basada en la evidencia de organizaciones de expertos.
  • Si suena demasiado bueno para ser verdad (como que comer plátanos durante una semana te hará perder cinco kilos en una semana), probablemente no sea verdad. Contrasta la información con fuentes fiables.
  • Busca la fuente oficial: si la noticia no tiene carácter científico, podemos cuestionarnos la veracidad del contenido. En caso de duda, es recomendable consultar siempre los organismos oficiales sobre alimentación y seguridad alimentaria.

Siempre que tengas dudas, consulta con un dietista-nutricionista, que es el profesional y el experto en temas de alimentación. Puede resolver cualquier duda que tengas sobre hábitos saludables.

¿Crees que te alimentas correctamente? Haz el test de etilo de vida de la app y sal de dudas.

Fuentes:

  • Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics