Una de las más frecuentes lesiones de los corredores es, sin duda, la rotura fibrilar en el gemelo. La sensación que se nota es como si recibieran una pedrada en la pierna, de ahí que coloquialmente se le conozca como “la pedrada”.

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Infografia Cómo superar una Rotura de gemelo

Cómo superar una rotura de gemelo

Se produce una contracción muy brusca en el músculo gemelo, que puede dar lugar a una contractura o bien a una rotura de fibras. Este tipo de lesión no es habitual en otros grupos musculares debido a que los gemelos, por la posición y el trabajo que realizan deben ser capaces de contraerse y relajarse de manera continua y rápida. Por ello los deportistas que realizan cambios de intensidad, velocidad y dirección de la marcha de forma brusca están más expuestos a este tipo de lesión.

Hablamos de grado 1 cuando no hay rotura sino un tirón doloroso, grado 2 si hay rotura parcial de las fibras, y grado 3 cuando hay rotura completa del músculo.

¿Por qué se produce la “pedrada”? ¿Es mi culpa? ¿Hago algo mal?

Las causas más comunes son:

  1. No calentar bien antes de entrenar. Ya sabes que es fundamental. En AXA Health Keeper ya te hemos hablado de ello. Es nuestro consejo deportivo favorito.
  2. Lesiones anteriores que hayan debilitado el músculo.
  3. Falta de agua y sales. Es fundamental una buena hidratación y recuperar las sales que se pierden al sudar.
  4. Fatiga Hay que dar reposo al cuerpo, de vez en cuando. Si no se recupera el músculo tras un entrenamiento exigente, terminará rompiéndose.
  5. Calzado Si pisas mal, te harás daño no sólo en el gemelo, sino en la rodilla, la cadera y la espalda.

¿Qué es lo que notas?

Lo primero que vas a notar es un chasquido y un dolor intenso, y te parecerá que algo ha impactado en tu pierna. Después notarás dificultad para mover el músculo, para caminar y el dolor se hará más intenso al apoyar el pie. Al día siguiente es posible que sea visible un hematoma, en la zona de la rotura.

Y… ¿qué debes hacer?

El tratamiento común responde a las siglas en inglés “RICE”.

  • Rest, o reposo.
  • Ice, o hielo.
  • Compression, o vendaje compresivo.
  • Elevation, o elevación del miembro.

Ese es el tratamiento durante las primeras 48 o 72 horas. Después debes intentar mejorar la movilidad mediante la aplicación de calor, movilización, contracciones isométricas, estiramientos y masajes. Más adelante, necesitarás fortalecer el músculo con ejercicios de potenciación y ejercicios activos y pasivos realizados por un fisioterapeuta. Para finalizar comenzarás a realizar entrenamientos específicos, estiramientos y utilizarás un vendaje funcional si fuera necesario.

Consulta a tu médico y sigue todas sus indicaciones para superar esta lesión sin problemas y volver en unas semanas a estar a pleno rendimiento.

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