El 17 de mayo es el día Mundial de la Hipertensión Arterial. Se trata de uno de los problemas más importantes de salud a nivel mundial, situándose en primera posición de causas de muerte y discapacidad. El consumo de sal puede jugar un papel importante en su aparición. Además, la implementación de hábitos saludables es esencial para su prevención. 

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Cuerpo 

Qué es la hipertensión arterial 

La hipertensión arterial es el exceso de tensión que deben ejercer las paredes de las arterias como respuesta a la presión que ejerce la sangre a su paso. Cuando la tensión es elevada, el corazón tiene que hacer un mayor esfuerzo para bombear la sangre. Estas circunstancias aumentan el riesgo de padecer patologías y eventos cardiovasculares, como infartos o accidentes cerebrovasculares.  

A nivel mundial, la hipertensión arterial afecta a cerca de la cuarta parte de los adultos, unos 1.000 millones de personas.  

En España, más de 10 millones de personas tienen hipertensión. La tasa de personas afectadas aumenta con la edad, por lo que el 40% de los adultos y el 60% de las personas mayores de 60 años tienen hipertensión.  

H2: Síntomas de la hipertensión 

La hipertensión es una afección que, en general, no muestra ningún síntoma, por lo que muchas personas ignoran que la padecen. De igual modo, cerca de la mitad de las personas diagnosticadas de hipertensión y que están en tratamiento no logran controlar las cifras de tensión arterial.  

Sin embargo, en ocasiones pueden aparecer algunos síntomas: 

  • Dolor de cabeza.  
  • Problemas respiratorios. 
  • Hemorragias nasales. 
  • Dolor en el tórax. 
  • Palpitaciones. 

La tensión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y consta de dos parámetros: 

  • La tensión arterial sistólica, cuando el corazón está contraído. 
  • La tensión arterial diastólica, cuando el corazón está relajado.  

La tensión arterial normal se sitúa en torno a 120 mm Hg, la sistólica y 80 mm Hg, la diastólica.  

Por el contrario, la hipertensión se diagnostica con valores a partir de 140 y/o 90.  

La clasificación de los grados de la tensión arterial contempla las siguientes situaciones: 

  • Tensión óptima: Por debajo de 120 y 80 (sistólica y diastólica, respectivamente). 
  • Tensión normal: 120-129 y 80-84 (sistólica y diastólica). 
  • Tensión normal-alta: 130-139 y de 85-89 (sistólica y diastólica). 
  • Hipertensión Grado 1: 140-159 y 90-99 (sistólica y diastólica). 
  • Hipertensión Grado 2: 160-179 y 100 a 109 (sistólica y diastólica). 
  • Hipertensión Grado 3: por encima de 180 y 110 (sistólica y diastólica, respectivamente). 
  • Hipertensión sistólica aislada: por encima de 140 la sistólica e inferiores a 90 la diastólica. 

Relación entre hipertensión y sal de la dieta 

La hipertensión arterial se produce por la interacción de diversos factores genéticos y ambientales. Si bien la hipertensión arterial tiene múltiples causas, se ha demostrado que el consumo excesivo de sal es uno de los factores más importantes que contribuyen al desarrollo de esta condición. 

La sal está compuesta por sodio y cloro. Estos electrólitos esenciales para nuestro organismo están presentes de forma natural en muchos alimentos. El hecho de añadir sal a las preparaciones culinarias responde a cuestiones culturales o gastronómicas, ya que desde un punto de vista nutricional no es necesario añadirla.   

Sensibilidad a la sal 

Las investigaciones muestran que existen ciertos grupos de población más sensibles a los efectos de la sal como los afrodescendientes, los pacientes con obesidad, síndrome metabólico o insuficiencia renal. De este modo, la ingesta excesiva de sal de forma continuada podría jugar un papel más importante en el desarrollo de la hipertensión en esos grupos de población. 

Cómo reducir el consumo de sal 

Los estudios indican que reducciones moderadas en el consumo de sal producen una disminución significativa en los niveles de tensión arterial en periodos relativamente cortos (a partir de 4 semanas).  

Por ello, organismos internacionales como la OMS promueven una ingesta de sal diaria en adultos inferior a 5 g. En España el consumo medio estimado por algunos estudios se sitúa en torno a los 10 g diarios, por lo que en nuestro país habría que reducir la ingesta de sal a la mitad.   

En este sentido, se calcula que el 80% de la sal que se consume está presente en alimentos procesados, por lo que la principal acción para reducir el consumo de sodio y sal es reducir el consumo de alimentos procesados.   

Algunos consejos para reducir el consumo de sal incluyen: 

  • Aumentar el consumo de alimentos frescos (frutas, verduras, hortalizas, pescados, carnes, etc.). 
  • Reducir el consumo de alimentos procesados (especialmente los precocinados, snacks, embutidos, salazones, frutos secos con sal, conservas con sal, quesos curados, etc.). Algunos alimentos aparentemente saludables, como los frutos secos y los quesos, pueden contener altas cantidades de sodio.  
  • Sazonar con especias y condimentos para dar sabor a los alimentos y reducir la sal añadida.  
  • Reducir progresivamente la sal en la cocina y retirar el salero de la mesa. 
  • Enjuagar los alimentos enlatados, como las legumbres y las verduras, para reducir su contenido de sodio. 

Además de la reducción en el consumo de sal, el elevado consumo de potasio (presente especialmente en frutas y verduras) y la actividad física son hábitos muy importantes que pueden contribuir a controlar la hipertensión.  

Medicamentos para la hipertensión 

Más allá de la prevención y de los hábitos saludables que pueden ayudar a controlar la tensión arterial elevada, existen varios fármacos para el tratamiento de la hipertensión. Los diferentes grupos de medicamentos se diferencian por su mecanismo de acción: 

  • Diuréticos. Promueven la expulsión de sodio y agua por la orina. 
  • Betabloqueantes. Disminuyen el ritmo cardíaco, lo que baja la tensión arterial. 
  • Antagonistas del calcio. El bloqueo del calcio en las células determina la relajación de las arterias y la reducción de la actividad cardíaca. 
  • IECA (Inhibidores de la acción de la enzima de conversión de la angiotensina). Promueven una menor contracción de los vasos sanguíneos. 
  • Antagonistas de la enzima de conversión de la angiotensina. Efecto similar a los IECA.
     

Siempre se recomienda priorizar el cambio de hábitos antes de introducir medicación para la hipertensión. Es importante destacar que cada caso es único y el tratamiento específico debe ser discutido con un profesional de la salud. 

  

Fuentes