La adicción al sexo consiste en una preocupación excesiva por fantasías, impulsos o comportamientos difíciles de controlar. ¿Te has preguntado alguna vez si eres adicto al sexo? Te ayudamos a identificar sus síntomas y a descubrir sus posibles consecuencias en la salud.

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La adicción al sexo

La adicción al sexo, también comportamiento sexual compulsivo e hipersexualidad, suele definirse como un trastorno progresivo de la intimidad caracterizado por pensamientos y actos sexuales compulsivos. Como todas las adicciones, tiene un impacto negativo en la vida de quienes lo sufren.

Y es que algunas personas son incapaces de controlar algunos impulsos y acciones, a pesar de las dificultades que puedan causar en sus relaciones. Otras pueden tener una dependencia al sexo y a la actividad sexual para borrar las emociones negativas.

Un adicto al sexo se entrega a un comportamiento de riesgo sin temer las consecuencias de sus acciones. A menudo, la persona necesita un comportamiento sexual más intenso para satisfacer unos deseos cada vez más crecientes.

Causas de la adicción al sexo

Aunque se desconoce la causa exacta, los expertos incluyen las siguientes:

  • Desequilibrio de las sustancias químicas naturales del cerebro. Ciertos neurotransmisores, como la serotonina o la dopamina, ayudan a regular el estado de ánimo. Unos niveles muy altos pueden relacionarse con la adicción al sexo.
  • Condiciones que afectan al cerebro. Enfermedades como la epilepsia o la demencia pueden dañar partes del cerebro que pueden afectar al comportamiento sexual. Algunos fármacos usados (agonistas de la dopamina) también pueden hacerlo.
  • Cambios en las vías cerebrales. La adicción al sexo puede provocar cambios en los circuitos neuronales del cerebro. Como en otras adicciones, se necesita un contenido sexual y una estimulación más enérgicos para obtener satisfacción o alivio.

Síntomas de la adicción al sexo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye un diagnóstico llamado “Trastorno de conducta sexual compulsiva” (CSBD) que comprende “adicción al sexo, hipersexualidad, sexualidad excesiva o comportamiento sexual problemático”, caracterizado por preocupaciones repetitivas e intensas con fantasías sexuales, impulsos y comportamientos.

Los criterios de diagnóstico para una adicción al sexo son a menudo vagos y subjetivos. Pero se contemplan varias características comunes:

  • El sexo domina la vida de la persona y queda excluida cualquier otra actividad.
  • Las actividades sexuales pueden ser inapropiadas o arriesgadas (riesgo de contraer VIH o hepatitis) y pueden incluir exhibicionismo, sexo en público…
  • La necesidad constante de tener relaciones sexuales se acostumbra a intercalar con sentimientos de arrepentimiento, ansiedad, depresión o vergüenza.
  • La persona se involucra en otras formas de sexo cuando está sola, incluyendo sexo por teléfono, pornografía, etc.
  • Se suelen tener relaciones sexuales con múltiples parejas.
  • La masturbación y la autoestimulación es habitual cuando está sola.

Este trastorno de conducta es una actividad compulsiva y fuera de control. Muchos adictos al sexo tienen relaciones íntimas con sus parejas y aún sienten el apremio de buscar gratificación en otra parte.

La adicción sexual se caracteriza con mayor frecuencia por un círculo vicioso de hipersexualidad y baja autoestima. Aunque el sexo puede brindar alivio a corto plazo, el daño psicológico a menudo aumenta y empeora con el tiempo.

Tratamiento de la adicción al sexo

El comportamiento sexual compulsivo no tratado puede dañar la autoestima, las relaciones, los estudios, la salud y las personas cercanas. No obstante, con un tratamiento de autoayuda adecuado, la persona que lo padece puede aprender a manejarlo.

Según la Asociación para el Tratamiento de la Adicción y la Compulsividad Sexuales, aceptar la propia adicción y aprender técnicas de control y evitación con un psicólogo puede ayudar a recuperar el control.

  • Psicoterapia. Ayuda a conocer las razones psicológicas subyacentes del comportamiento. Puede incluir terapia cognitivo-conductual; terapia de aceptación; y psicoterapia psicodinámica.
  • Medicamentos. Algunos fármacos actúan sobre las sustancias químicas del cerebro relacionadas con los pensamientos obsesivos, reduciendo los impulsos sexuales. Son antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo y antiandrógenos.
  • Grupos de autoayuda. En muchos casos ayudan a lidiar con los problemas que causa la adicción, aprender sobre el trastorno, encontrar apoyo y comprensión, reconocer opciones de tratamiento y apoyar en el caso de recaídas.

Como ves, el sexo es una parte primordial de la naturaleza humana. Pero como casi todo en esta vida, en exceso puede convertirse en algo dañino y fuera de control.

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Fuentes:

Asociación Británica para el Tratamiento de la Adicción y la Compulsividad Sexuales (ATSAC)

Mayo Clinic