La exposición solar excesiva puede suponer un riesgo para la salud, especialmente en las personas mayores. A estas edades, los cambios experimentados en la piel hacen que se pueda sufrir más frente a los agentes externos, incluidas las radiaciones solares. Sin embargo, es importante que se produzca exposición solar para que el organismo sintetice vitamina D, esencial para una correcta mineralización de los huesos y para el sistema inmunitario y hormonal.
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¿Deben tomar el sol las personas mayores?
Tomar el sol y realizar actividades al aire libre de forma habitual son acciones beneficiosas para la gente mayor. De este modo, reducen el riesgo de padecer diversas enfermedades y contribuyen a un mejor estado de salud general y una mayor calidad de vida.
En lo que se refiere a la exposición al sol, esta puede contribuir a diferentes beneficios para la salud:
- Antidepresivo. La luz del sol ejerce un efecto sobre el estado de ánimo, por su impacto en la modulación de las funciones hormonales que se produce en el cerebro.
- Fotoprotección de la propia piel. La exposición a las radiaciones solares provoca que se desencadenen en la piel una serie de mecanismos protectores, con el aumento en la síntesis de melanina y haciendo que la capa más externa de la epidermis se haga más gruesa.
- Mejora de afecciones de la piel. En diferentes patologías de la piel (incluyendo la psoriasis o la dermatitis atópica, entre otras) se pueden producir mejorías significativas cuando se produce una exposición controlada a la radiación solar.
- Acción calorífica infrarroja. Los rayos infrarrojos del sol penetran en la piel de manera profunda, provocando la dilatación de los vasos sanguíneos y estimulando la circulación y el aumento de temperatura. Además, cuando la exposición no es excesiva se ha demostrado que tienen un efecto antiinflamatorio.
- Vitamina D. Esta vitamina es producida por el propio organismo a partir del colesterol y la radiación ultravioleta B en la piel. Una exposición al sol de 15 minutos al día en la cara, los brazos y las piernas puede ser suficiente para asegurar las necesidades diarias de esta vitamina, hoy en día considerada hormona. Alcanzar unos niveles suficientes de vitamina D es especialmente importante en las personas mayores, ya que contribuye al fortalecimiento de los huesos y a su salud en general.
Cómo deben protegerse del sol los mayores
Los efectos que causa el envejecimiento se suelen reflejar especialmente en la piel, el órgano más grande y expuesto del organismo. La piel afectada por el envejecimiento muestra una ligera atrofia de la epidermis, con una producción de melanina disminuida e irregularmente repartida, con la aparición de manchas seniles, arrugas, flacidez y un mayor riesgo de cáncer cutáneo.
De este modo, la acumulación de los efectos de la exposición al sol se puede reflejar de diferentes formas:
- Fotoenvejecimiento. La exposición a los rayos del sol puede acelerar los cambios provocados por el envejecimiento en la piel.
- Insolación. La deshidratación, junto con una deficiente termorregulación debida a la edad pueden dar lugar a la aparición de insolación, especialmente cuando la exposición solar se alarga en el tiempo y las temperaturas son elevadas.
- Eritema solar. El exceso de exposición a la radiación ultravioleta provoca la aparición de quemaduras. Sus manifestaciones van desde un ligero enrojecimiento, hasta la aparición de ampollas con descamación de la piel.
- Urticaria solar. Se trata de una reacción alérgica que puede surgir al poco tiempo de producirse la exposición y desaparece al retirarse del sol, aunque en algunos casos puede tardar en desaparecer varias semanas.
- Fotosensibilidad por medicamentos. Muchas personas mayores suelen recibir diferentes medicamentos para tratar diversas patologías. Algunos de estos medicamentos pueden provocar una reacción de la piel ante la radiación solar. Entre estos fármacos destacan los antidepresivos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los diuréticos.
- Cáncer de piel. El principal factor de riesgo en la mayoría de los cánceres de piel es el exceso en la exposición a los rayos ultravioleta del sol. Esto también es así en el caso de las personas mayores.
- Enfermedades autoinmunes. Ciertas enfermedades cómo el lupus eritematoso y la dermatomiositis pueden desencadenarse y empeorar con la exposición solar.
Qué protectores solares deben elegir las personas mayores
Cuando se produce la exposición al sol, especialmente en horas en las que la radiación solar es intensa, es imprescindible la utilización de protectores solares. Para elegir el más adecuado es importante tener en cuenta las características de cada individuo (tipo de piel, nivel de exposición, etc.), así como las condiciones geográficas y meteorológicas.
Algunos consejos a la hora de elegir el protector solar más adecuado incluyen:
- El factor de protección de las cremas solares utilizadas debe ser alto (superior a 30) para protegerse frente a la radiación UV de la luz solar. El protector solar debe ser efectivo frente a las diferentes ondas ultravioleta, tanto UVA (responsables del envejecimiento de la piel), como UVB (causantes de las quemaduras). Ambas radiaciones son un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel.
- También es recomendable que el protector solar proteja de la luz azul de la radiación visible y que incluya reparadores del ADN, como enzimas y antioxidantes.
- La aplicación de la crema solar debe producirse de forma generosa, repitiendo la aplicación a menudo. También se debe repetir siempre que se salga del agua si se está en la playa o la piscina después del secado.
- En ocasiones, puede ser recomendable la protección solar de forma sistémica por medio de cápsulas que contenga diferentes compuestos protectores y antioxidantes como el polypodium leucotomus, que se obtiene de los helechos, así como antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, la astaxantina que se encuentra en el pigmento naranja del salmón y ciertas algas. También pueden ser beneficiosos el selenio, el licopeno, la luteína, las catequinas del té verde, los polifenoles de la uva o de los frutos rojos y los betacarotenos.
Algunos consejos adicionales de carácter general para que las personas mayores se protejan del sol de manera óptima incluyen:
- No se recomienda la permanencia al sol durante largos períodos, especialmente durante las horas centrales del día.
- Cubrir bien la piel con ropa, vestimentas y sombreros de colores claros en el exterior. También utilizar gafas de sol para prevenir la aparición de cataratas.
- Las precauciones también deben mantenerse los días nublados, ya que estos pueden ser tanto o más peligrosos que los días soleados en cuanto al nivel de radiaciones solares.
- Hidratarse bien de forma periódica. Beber agua y líquidos de forma abundante, aunque no se tenga sed.
- Vigilar regularmente el estado general de la piel y la posible aparición de manchas, lunares o deformidades, acudiendo al Dermatólogo de forma periódica.
Fuentes

Dr. Pedro L. González
Responsable de la redacción/ supervisión de los artículos publicados en AXA Health Keeper.
Pedro Luis González es médico especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública, periodista científico (Col·legi de Periodistes de Catalunya) y tiene varios postgrados en ciencias del comportamiento, administración sanitaria y diseño de sistemas de salud.
Life Coach y conferenciante público, ha creado la Propuesta Habittude basada en la ciencia del comportamiento aplicada a la autogestión de la salud, creando diversos servicios digitales de gestión del bienestar y del estilo de vida como forma de resolver la crisis de la cronicidad en los sistemas sanitarios.
Representa a la Organización Europea de Medicina del Estilo de Vida (ELMO) en España y trabaja con diversos actores sanitarios en el avance del pensamiento innovador para el empoderamiento de los ciudadanos respecto a su propia salud.