Los baños de vapor a alta temperatura se emplean desde hace siglos como método de relajación. Recientes estudios corroboran, además, que pueden favorecer el corazón, estimular la circulación e incrementar la longevidad. Repasamos sus ventajas.

 

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Definición de sauna

 

Una sauna es un baño de vapor en un recinto de madera, a muy alta temperatura, que produce una rápida y abundante sudoración, y que se toma con fines higiénicos y terapéuticos.

Un calentador eléctrico lleno de rocas mantiene la temperatura a unos 90 ° al nivel del suelo y lo aumenta a unos 185 ° en la parte superior. El agua drena a través del suelo para mantener el ambiente seco. De esta forma, los niveles de humedad son solo del 10% al 20% y el sistema de ventilación intercambia el aire de 3 a 8 veces por hora.

 

Para qué sirve la sauna

 

En Finlandia las saunas se han utilizado durante miles de años para fines terapéuticos y como método de relajación. Aún hoy día casi un tercio de los finlandeses las toman regularmente. Y es que esta técnica de calor ofrece una serie de ventajas sobre nuestro cuerpo y mente, más allá del puro relax.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Balnearios, la sauna tiene efectos beneficiosos sobre el organismo, al liberar, mediante la sudoración (rápida y abundante) toxinas y activar la circulación sanguínea.

 

 

Beneficios de la sauna

 

Reduce el riesgo de ictus: una investigación editada en la Revista de Neurología ‘Neurología.com’ ha concluido que hombres y mujeres de edad media que usan habitualmente baños de sauna tienen un riesgo sustancialmente reducido de sufrir ictus.

Activa la circulación: al tomar una sauna nuestro ritmo cardíaco aumenta y los vasos sanguíneos se dilatan, lo que favorece la circulación. Este efecto puede ayudar a reducir el dolor muscular, mejorar el movimiento de las articulaciones y aliviar las molestias del artritis.

Favorece el corazón: las personas asiduas a las saunas registran unas tasas más bajas de enfermedad cardíaca y demencia. La razón es que las altas temperaturas de las sesiones reducen la presión arterial y aportan elasticidad a los vasos sanguíneos. Un estudio difundido por la Harvard Medical School sugirió que dos semanas de saunas diarias pueden incluso mejorar la función vascular en pacientes con insuficiencia cardíaca estable.

Cuida de la piel y de los pulmones: algunos pacientes con enfermedades crónica de la piel, como la psoriasis, reportan alivio de la picazón. Igualmente, los asmáticos pueden experimentar menos sibilancias.

Elimina bacterias: la sauna puede combatir los patógenos del entorno y ayudar a luchar contra los que ya nos han invadido. Por ello, puede ser un buen remedio para los resfriados leves.

Mejora el rendimiento aeróbico: favorece la termorregulación, es decir, disipa el calor que sentimos y retrasa la fatiga al hacer ejercicio. Además, eleva el riego sanguínea disminuyendo la frecuencia cardíaca en el entrenamiento.

Incrementa la longevidad: una investigación publicada en la revista Jama Internal Medicine concluye que realizar regularmente baños de sauna ayudaría a vivir más tiempo. El análisis encontró que los hombres que tomaban saunas más frecuentes (4-7 veces por semana) vivían más tiempo que aquellos que lo hacían una vez por semana.

Estrés: las altas temperaturas ayudan a ralentizar los impulsos nerviosos, combatiendo el estrés y el insomnio, y propiciando la calma, la relajación y el sueño.

De la misma manera que la sauna puede brindar una mejor sensación de bienestar, también es cierto que no hay ninguna prueba científica que demuestre que ayude a eliminar toxinas, desintoxicar el cuerpo o perder peso.

 

Tiempo para estar en la sauna

 

Unos 15 a 20 minutos de una sauna es el límite de tiempo aconsejado para la mayoría de las personas. Sobre todo, es importante no excederse con el tiempo y consultar al médico en caso de padecer alguna cardiopatía. Conoce ahora la salud de tu corazón con el nuevo Test Cardiovascular de la App.

Después de una sauna se recomienda enfriar el cuerpo gradualmente. Hay que evitar zambullirse de repente en agua fría, ya que esto produciría estrés circulatorio. Recuerda beber de 2 a 4 vasos de agua fría tras una sesión.

No tomes una sauna si estás enfermo. Si te sientes mal dentro de ella, sal en seguida. Ante todo, escucha a tu cuerpo. Una cabeza fría es la mejor manera de disfrutar de una sauna sana y agradable.

 

Fuentes:

Health Benefits of Sauna Bathing, April 2015, Jama Internal Medicine.

Effects of the sauna’, January 1982, Jama Network.

Efectos de los baños de sauna sobre el equilibrio catiónico en sudor, plasma y orina de sujetos normales, Rehabilitación Vol. 17, 1983.

Neurologia.com, Revista de Neurología Formación Online

Sauna health benefits: are saunas healthy or harmful?, July 2018, Harvard Medical School.

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