El estrés, la depresión y la ansiedad pueden provocar un rendimiento laboral disminuido, constituyendo de una de las mayores fuentes de deterioro de la salud mental de los trabajadores. Existen pruebas de que estos problemas son comunes y se pueden prevenir y tratar desde el mismo lugar de trabajo, aunque la aceptación de los tratamientos psicológicos sea baja.
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Existen distintos tipos de estresores, los cuales en realidad tienen una función biológica: la huida o la lucha. Uno de los estresores más comunes actualmente se da en el medio laboral.
De este modo, el estrés derivado de unas condiciones laborales no adecuadas ha sido identificado como un riesgo importante en el ámbito profesional. En muchas ocasiones, la precariedad del empleo, junto con la alta exigencia son el caldo de cultivo para que el estrés y la ansiedad aparezcan. Además, estos también pueden verse aumentados por situaciones de burnout y acoso laboral.
Por otro lado, no es sencillo prevenir y tratar los problemas psicológicos en el ámbito laboral, a la vez que se establecen mecanismos para su detección temprana. En este ámbito confluyen factores relacionados con la estructura de la empresa, las circunstancias sociales y las características individuales de los trabajadores afectados.
Problemas psicológicos en el trabajo
El estrés en el trabajo se ha convertido en una de las principales causas de baja laboral, llegando a afectar a casi un tercio de los trabajadores en España y la Unión Europea.
Pueden ser muy diversas las circunstancias promotoras de estrés en el entorno laboral. Una de las más comunes es el fenómeno conocido como burnout o síndrome del trabajador quemado. Por otro lado, las situaciones de acoso laboral o la precariedad también suelen actuar como estresores para los trabajadores. Finalmente, las situaciones novedosas impuestas, como puede ser el teletrabajo motivado por la pandemia de la COVID-19, han podido actuar como fuentes de estrés laboral.
Síndrome del trabajador quemado
El síndrome de “estar quemado” o burnout puede estar propiciado por unas malas condiciones de trabajo, la falta de realización personal o por una situación de agotamiento emocional. Se caracteriza por la falta de motivación en el trabajo.
El burnout, ligado a una situación de estrés crónico puede tener efectos físicos, emocionales y conductuales. Entre los físicos destacan dolores de cabeza, problemas de sueño y los trastornos gastrointestinales. A nivel emocional, el burnout puede causar incapacidad para concentrarse, síntomas depresivos y agotamiento emocional, entre otros. Finalmente, los síntomas que afectan a la conducta incluyen el absentismo laboral, el abuso de alcohol y drogas y la aparición de conductas agresivas.
Acoso laboral
Algunas relaciones entre los miembros de ciertas empresa u organizaciones vienen marcadas por la rivalidad y la competitividad, lo cual facilita la aparición de casos de acoso laboral o mobbing.
El acoso laboral es un problema grave que, además de a las víctimas, también afecta a sus compañeros y a sus familias. Las consecuencias psicológicas del mobbing determinan la aparición de cambios en el carácter, sentimientos de fracaso, apatía y agresividad. Este se caracteriza por la somatización, la aparición de problemas emocionales y ansiedad.
Por otro lado, el acoso laboral provoca pérdida de autoestima y sentimientos de culpa. Si se prolonga en el tiempo, puede desencadenar un trastorno depresivo.
Condiciones laborales precarias
La precariedad laboral también es un factor relacionado con la aparición de problemas psicológicos. En muchos casos, la precariedad propicia la aparición de episodios de ansiedad, afectación del estado de ánimo y cuadros depresivos.
Además, los empleos precarios también provocan que las personas afectadas vean mermada su autoestima y experimenten sentimientos de inseguridad y frustración.
Teletrabajo
Entre las nuevas modalidades de relación laboral, el teletrabajo destaca sobre otras, especialmente tras su auge durante la pandemia de la COVID-19.
En origen, el teletrabajo es una forma de flexibilización de la jornada laboral, permitiendo realizar parte de las tareas en el propio domicilio. El teletrabajo puede presentar teóricamente aspectos positivos, como el aumento de la autonomía y la mejora en la conciliación con la vida familiar. Sin embargo, el teletrabajo impuesto también puede producir algunos efectos negativos, fomentando una autopercepción de aislamiento y soledad. Como principal consecuencia, pueden aparecer estados bajos de ánimo, con un mayor riesgo de episodios de estrés y ansiedad.
Además, el trabajo desde casa o el hecho de “estar siempre conectados” puede fomentar el abuso de poder y el burnout. Es importante poder diferenciar entre espacios personales a nivel psicológico: el espacio de trabajo y de descanso.
Cómo solucionar los problemas psicológicos laborales
Debe ser una prioridad para las empresas y organizaciones el establecimiento de sistemas de control y supervisión con el fin de poder detectar los casos de riesgo psicológico en el entorno laboral para ponerles solución y, más importante si cabe, lograr prevenirlos.
Por otro lado, también resulta primordial establecer un canal de comunicación fluido y sincero con los trabajadores que les permita ajustar de forma realista sus expectativas profesionales. Además, la existencia de elementos motivadores, como la formación continuada y una evolución de la carrera profesional del empleado que esté basada en criterios objetivos y evaluables son ingredientes muy positivos para lograr un entorno laboral saludable.
Acciones de aplicación individual
Más allá de las acciones preventivas y la creación de entornos laborales saludables por parte de las empresas y organizaciones, cuando se identifica un caso de trastorno psicológico en el entorno laboral, la psicoterapia cognitivo-conductual puede ofrecer las estrategias adecuadas para ayudar al trabajador a neutralizar sus consecuencias negativas.
Las técnicas que han mostrado ser especialmente útiles en el entorno laboral incluyen:
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- Regulación de la respuesta emocional mediante estrategias cognitivo-conductuales.
- Trabajo con herramientas psicológicas de afrontamiento y estrategias de solución de problemas.
- Entrenamiento de la asertividad y las habilidades sociales.
- Programas de entrenamiento en gestión eficaz del tiempo y planificación de tareas.
- Puesta en práctica de forma regular de técnicas de relajación y meditación.
- Aumento del apoyo social dentro y fuera del trabajo.
- Tratamiento psicoterapéutico especializado adaptado a las circunstancias de cada caso.
Fuentes
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Dr. Pedro L. González
Responsable de la redacción/ supervisión de los artículos publicados en AXA Health Keeper.
Pedro Luis González es médico especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública, periodista científico (Col·legi de Periodistes de Catalunya) y tiene varios postgrados en ciencias del comportamiento, administración sanitaria y diseño de sistemas de salud.
Life Coach y conferenciante público, ha creado la Propuesta Habittude basada en la ciencia del comportamiento aplicada a la autogestión de la salud, creando diversos servicios digitales de gestión del bienestar y del estilo de vida como forma de resolver la crisis de la cronicidad en los sistemas sanitarios.
Representa a la Organización Europea de Medicina del Estilo de Vida (ELMO) en España y trabaja con diversos actores sanitarios en el avance del pensamiento innovador para el empoderamiento de los ciudadanos respecto a su propia salud.